Por Paul E. Maquet
26 de mayo, 2009.- "Significa que estamos en guerra", me decía Marta mientras me pintaba la cara de rojo con achiote. Eso fue hace dos días en la comunidad nativa de Wawas, que constituye el primer piquete que controla el tránsito en la carretera que une Bagua chica con Santa María de Nieva, todo esto en la región Amazonas. En esa ruta se encuentra la Estación 6 del Oleoducto Norperuano de PetroPerú, que está totalmente cercada desde el 9 de abril.
Estuve en Wawas acompañando a una delegación del Comité Regional de Lucha, encargada de informar pueblo por pueblo acerca de las últimas noticias y de las próximas acciones. Nos recibió el apu Heriberto Tiwijam, quien convocó rápidamente a una asamblea con las 40 o 50 personas presentes, entre nativos y mestizos o "apash" como nos llaman acá.
Salomón Awanash, presidente del Comité de Lucha, se dirigió en sus hermanos en idioma awajun para informar acerca del DS 031-2009 PCM que oficializa la creación de una Comisión Multisectorial para reestablecer el diálogo en torno a las demandas de los nativos, pero que eso no significa el levantamiento de la protesta porque aún no se derogan los decretos que ponen en peligro la amazonía. Además, explicó que por unos días se flexibilizaba el corte del tránsito, para reabastecerse de comida, combustible y otros productos que empiezas a escasear.
En Wawas empieza en control territorial efectivo de las comunidades nativas. De aquí en adelante, piquetes controlan el tránsito en Shushug, Shiriaco, Nazareth y en la propia Estación 6, ubicada en Kusu Grande. Cinco horas más allá, en Nieva (donde me encuentro en este momento) no hay Policía, Fiscalía, Banco de la Nación ni ninguna institución del Estado desde hace semanas, salvo los servicios de salud atendidos en buena medida por técnicos nativos. La ciudad está en calma y de esta manera los awajun están demostrando que el Estado no les sirve de mucho y a pesar de eso tiene la con...ciencia de subastar sus tierras a empresas petroleras y mineras.
Sin embargo, el primer punto en Amazonas en el que uno puede notar que algo ocurre es el puente Corral Quemado, que une Jaén y Bagua. Allí un contigente de la DIROES está destacado desde el desalojo del día de la madre, hasta ahora la única acción represiva concreta del Estado en esta zona. Hasta ahora, ni estando aquí mismo me termina de quedar claro si la violenta acción policial dejó personas desaparecidas o no, a pesar de haber hecho la misma pregunta una y otra vez.
La dirigencia de ORPIAN maneja dos nombres: Hernández Wisun Ñanjun (de 24 años) y Manuel Denktai. Sin embargo, hermanos de Condorcanqui aseguran que Denktai estuvo muy grave en el hospital, pero que ya se recuperó. En tanto, mientras unos me dicen que Wisun ya apareció, otros me dicen que su familia en la cuenca del Cenepa ya está velando su ropa. Según me explicó el profesor Hugo Ortiz, de Bagua, los nativos no llegaron a la toma de Corral Quemado con una contabilidad exacta ni con una lista de los manifestantes, y eso dificulta mucho obtener información clara sobre el hecho.
En lo que la mayoría parece estar de acuerdo es en que la acción de Corral Quemado fue precipitada y poco coordinada. Esta vez, se intentó tomar el puente con unas 260 personas, mientras que el año pasado habán sido más de 2 mil. Parece ser que esta vez, la huelga empezó con fuerza en el distrito de Imaza pero las comunidades de otras zonas se mantuvieron al margen inicialmente, por desacuerdos entre las dirigencias locales. Sin embargo, la represión en Corral Quemado generó un sentimiento de solidaridad muy amplio y empezaron a desplazarse miles de nativos de las zonas más alejadas. Hoy, la mayoría de las comunidades está participando activamente y han decidido dejar la solución de los desacuerdos para más adelante: lo primero, dicen, es lograr el objetivo de derogar los decretos.
Ese fue el ambiente que viví en la Estación 6. Hoy en día está cercada por unos 5 mil awajun, pero quienes la tomaron inicialmente no pasaban de 2 mil. Cuando llegué, encontré cargamentos de plátanos y yucas llegando de todas las comunidades de las cuencas cercanas, y víveres enviados por los mestizos de las ciudades: 4 toneladas uno, 14 toneladas otro, 2 toneladas otro más. El ambiente es tranquilo, los nativos están armados solo con lanzas y han llegado a acuerdos de no agresión con la DIROES y con los dos efectivos de seguridad que se encuentran dentro de la estación. Pero la decisión es clara: no se va a dejar bombear el petróleo hasta que se logre el objetivo del levantamiento.
En este momento estoy en Nieva, registrando las coordinaciones logísticas y comprobando que aquí no corren "miles de dólares" para sostener la movilización, como dicen algunos medios y políticos: los aportes se consiguen con el sacrificio de todos y, también, con la capacidad de negociación de los dirigentes. Fui testigo de cómo uno de los hermanos awajun comprometió a unos conocidos suyos a prestar un camión para trasladar a los nativos hacia Bagua en los próximos días. También he visto cómo un municipio provincial y un gobierno regional amigos han prestado apoyo muy puntual para trasladar víveres que, como les cuento, son aportados principalmente por las familias que se han quedado en las comunidades.
Cuando uno ingresa a la selva es natural pensar "el paraíso existe". Estoy en donde se cruzan los ríos Nieva y Marañón: cerca de aquí, en el Cenepa, la empresa minera Dorato/Afrodita y la petrolera HOCOL tienen denuncios y lotes en etapa de exploración. Muchas empresas mineras están buscando oro y uranio, y algunas empiezan a operar. Así que la lucha de los hermanos awajun no es solo ni principalmente legal: si los "decretos del hortelano" siguen vigentes, será mucho más fácil imponer estas actividades extractivas sin el consentimiento de las comunidades. Ellos conocen la experiencia de sus hermanos Achuar en el río Corrientes, cuyos niños tienen cadmio en la sangre, y no van a permitir que ocurra lo mismo en esta cuenca.
En realidad, su lucha nos interesa a todos. Esta semana va a ser particularmente importante, pues se realizarán movilizaciones, paralizaciones y jornadas de lucha en todo el país en solidaridad con los nativos: ¡es muy importante participar de estas jornadas y demostrar que los hermanos ndígenas no están solos! Además, el miércoles el Congreso debería votar acerca de la derogatoria de uno de los DL cuestionados, el 1090. Pero la pregunta que todos se hacen acá es: ¿qué ocurrirá si después de todo no se logra derogar el paquete completo?
Más adelante completaré la información. ¡Saludos desde el paraíso en huelga!
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Fuente: Blog La Palabra Ingenua
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