
Servindi, 9 de mayo, 2011.- Un llamado de atención a las autoridades hicieron las representantes indígenas de los pueblos nomatsiguenga, asháninka y awajún para que se atiendan sus demandas en salud, educación, justicia, economía, infraestructura y el respeto de sus territorios.
La audiencia realizada en el Congreso de la República sirvió para que se alcance una serie de propuestas y acciones que el Estado debería aplicar para solucionar sus necesidades.
En la audiencia se expuso las condiciones extremas de sobrevivencia que deben afrontar los indígenas amazónicos del país, a consecuencia del desamparo estatal y de la violación de sus derechos por empresarios privados.
Cifras que desdicen el crecimiento económico
La situación de las mujeres indígenas no ha variado en décadas y figuran como excluidas de toda oportunidad de desarrollo.
Según información del centro Flora Tristán, del total de mujeres indígenas fallecidas la mitad tenía menos de 42 años. La esperanza de vida de estas personas es inferior por lo menos en 20 años al promedio nacional.
Solo en el pueblo nomatsiguenga las mujeres analfabetas representan más de 76 por ciento, es decir, solo una de cada cinco entiende lo que lee. Igual ocurre con las analfabetas awajún que llegan al 74 por ciento.
La salud es también otro derecho no atendido. Solo la mitad de las más de mil 500 comunidades nativas cuentan con algún tipo de establecimiento de salud, de los cuales son pocos los que mantienen un botiquín adecuado para emergencias.
La violencia familiar y sexual es la parte más visible de las relaciones de dominación y sometimiento que sufren las mujeres. El Centro de Emergencia Mujer de Satipo registró 314 casos de este tipo en diez meses.
La respuesta del Estado no puede ser más funesta: ha colocado funcionarios que no conocen ni les interesa conocer ni el idioma, ni la cultura, ni la condición de afectadas por la violencia y la injusticia. Con ello, el Estado se vuelve más ajeno y desdeñoso.
Propuesta de las mismas indígenas
Las mujeres indígenas vinieron a la audiencia por una razón: reclamar al Congreso y al Ejecutivo que solucionen sus problemas. Y lo hicieron con una propuesta bajo el brazo que entregaron al presidente de la Comisión de Pueblos Andinos y Amazónicos del Congreso, Washington Zeballos.
Sin embargo, es poco lo que puede hacer este Congreso que fenece en pocas semanas. Como reconoció una de las lideresas, no habrá cansancio para hacer que respeten sus derechos.
Las acciones y propuestas que alcanzaron abarcan varios aspectos que muy bien podrían aplicarse de existir en el país una política intercultural. Ante la inexistencia de ésta, son las mismas afectadas quienes le exigen al gobierno que actúe.
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