“No tenemos banco de dinero, pero sí de semillas”

El parque de la papa. Fuente de la imagen: Parque de la papa El parque de la papa. Fuente de la imagen: Parque de la papa

En Perú, la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria a pesar de ser un país megadiverso. ¿A qué se debe? ¿Y cómo puede ayudar la agrobiodiversidad a combatirla?

Por Joshua Sprenger*

Servindi, 9 de noviembre, 2024.- Si alguien quiere hablar con Jhon Ccoyo tiene que estar libre el viernes por la noche. Durante el día, Jhon Ccoyo no tiene tiempo; trabaja en el Parque de la Papa. Este viernes, se conecta a la plataforma de videoconferencia y empieza a hablar enseguida.

“Hoy llegó un equipo de una escuela francesa a ver cómo nosotros conservamos la papa, cómo estamos trabajando, cómo estamos manteniendo todos los conocimientos o también el trabajo ancestral”, cuenta Ccoyo.

En realidad, el grupo no quería visitar el parque, sino que tenía el objetivo que casi todos los turistas tienen: Machu Picchu.

Sin embargo, el parque es un ejemplo importante de agrobiodiversidad y seguridad alimentaria. El Parque de la Papa está ubicado fuera de Cusco, a 40 minutos en auto.

El parque alberga más de 1300 variedades diferentes de papa. Son muchas. Y Perú tiene en total más de 3500 variedades de papa. Por cifras como estas, el país es considerado un país “megadiverso”.

El país más afectado de Sudamérica

Y a pesar de esta agrobiodiversidad, Perú es el país con la mayor inseguridad alimentaria de América del Sur: en total, el 51 por ciento de la población está afectada por inseguridad alimentaria moderada o severa.

Perú está muy por encima del promedio sudamericano, que es aproximadamente del 29 por ciento.

Así lo muestra el último informe de la FAO para los años 2021-2023. Una persona sufre de inseguridad alimentaria “cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable.

La situación se ha deteriorado en los últimos años debido a varios factores. Ante todo, la pandemia de Covid-19, que también provocó una crisis económica, empeoró la situación de abastecimiento.

En Perú, el 70 por ciento de las personas trabajan en la informalidad, por lo que las medidas para combatir el virus dejaron a muchas personas en la nada.

Cusco, la provincia donde se encuentra el Parque de la Papa, es una zona especialmente afectada por la inseguridad alimentaria. Aquí, el 64,6 por ciento de la población está afectada por inseguridad alimentaria moderada o severa.


Índice de Inseguridad alimentaria según departamentos, Ago-Nov 2021 (En Porcentaje). Fuente de la imagen: Ministerio de desarollo e inclusión social

Las regiones vecinas de Puno, Ayacucho y Apurímac, junto con Cusco, son las cuatro regiones de Perú más afectadas por el hambre. Y en medio de esta zona se encuentra el Parque de la Papa, que a través de su agrobiodiversidad demuestra cómo también se puede lograr la seguridad alimentaria.

Cómo utiliza el parque la agrobiodiversidad

El parque fue fundado en 1998 por la unión de cinco comunidades indígenas quechuas. En sus 8,461.17 hectáreas viven un total de 6,520 habitantes.

El parque fue fundado principalmente con fines de investigación. “El Parque de la Papa se ha creado con fines de investigaciones, fines de conservar las diversidades, fines educativos, fines de investigar que vienen de investigadores al Parque de la Papa”, explica Ccoyo.


Jhon Ccoyo en el parque de la papa. Fuente de la imagen: Privado

Esta investigación se refiere, por supuesto, a las consecuencias del cambio climático. “En el Parque de la Papa, trabajamos en la adaptación de papas nativas, realizando investigaciones para enfrentar el cambio climático, incluyendo la distribución y polinización manual de variedades adaptadas”, destaca Ccoyo.

Un componente importante en esto es el banco de semillas. “No tenemos el banco de dinero, pero sí tenemos el banco de semillas” explica Ccoyo.

“El banco de semillas es muy importante para nosotros; ahí conservamos todas las variedades de papas que tenemos. Si una familia pierde su cosecha por el cambio climático, tenemos el banco. La familia puede venir a pedir las semillas de una papa específica o ver cómo funciona el banco de la papa.”

Sumaq Kausay: un enfoque holístico

Fundamental para el concepto del parque es el sistema “Sumaq Kausay”, que se traduce como reciprocidad, dualidad y equilibrio.

“Yo diría que lo tenemos en toda la zona andina. No es un sistema político-administrativo ni una configuración geográfica definida; es más bien una construcción ideológica, con una comunidad de humanos, otra de lo silvestre y otra de lo sagrado”, explica Alejandro Argumedo.

Él trabaja para la fundación Swift como director de los programas Andes-Amazónica y apoya las comunidades del Parque de la Papa desde el año 2000.

Jhon Ccoyo explica más sobre el concepto. “Dentro del Parque de la Papa tenemos el Sallqa Ayllu, una familia de silvestres, familias de plantas y animales. Además, en el Runa Ayllu tenemos las personas, nuestro traje típico, nuestra gastronomía. Y en el Auki Ayllu tenemos las montañas sagradas.”

Desde esta perspectiva, el sistema alimentario no es solo humano”

Alejandro Argumedo añade: “Desde esta perspectiva, el sistema alimentario no es solo humano; es un sistema que nutre toda la estructura y las funciones de la territorialidad, con una comprensión holística que enfatiza las relaciones entre organismos vivos, espirituales y el contexto cultural que forma el paisaje.”

Las definiciones académicas de agrobiodiversidad y seguridad alimentaria están estandarizadas y no reflejan el conocimiento indígena, según Argumedo.

“Para nosotros, el sistema alimentario es una conexión con la identidad, historia, valores culturales y espirituales, mucho más compleja que los conceptos impuestos desde afuera.”

El conflicto entre las comunidades y el capitalismo

El problema, desde la perspectiva de Argumedo, es fundamental. Las comunidades indígenas por un lado y el Estado y las organizaciones internacionales, por otro, a menudo tienen enfoques muy diferentes. El comercio en las comunidades históricamente era un comercio sin dinero.

“Es un intercambio fluido, con sus propias reglas, criterios e indicadores específicos —cuántos maíces por cuántas papas, por ejemplo—, que, al observarlo más a fondo, realmente sostiene lo que conocemos como seguridad alimentaria.”

Para ilustrar esto, Argumedo menciona el ejemplo de la Zona de Henares, en Cusco. “La cumbre está especializada en tubérculos y raíces como la papa nativa, las comunidades intercambian sus productos con las zonas medias y bajas: ahí están los granos —maíz, quinoa— y, en las áreas cálidas, las frutas.”

Y así no solo se cubre la necesidad calórica. “Esta red de alimentos complementarios, ricos en carbohidratos, proteínas, vitaminas y micronutrientes, asegura que la gente acceda a nutrientes clave sin dinero, protegiéndola del hambre.”

Estos enfoques no encajan en un sistema de conocimiento indígena”

Los programas de ayuda provenientes del Estado o de organizaciones internacionales siguen una lógica diferente: el capitalismo. “Así que encuentras estrategias como pagos por servicios de agrobiodiversidad, créditos de biodiversidad y la agricultura climáticamente inteligente, que siguen un marco capitalista.”

“Estos enfoques no encajan en un sistema de conocimiento indígena; más bien, marginan estas prácticas, pues no armonizan con el mercado y terminan siendo narrativas coloniales y soluciones falsas, dejando el dominio a expertos académicos, mientras que las comunidades se consideran incapaces de entender.” prosigue John.

El Parque de la Papa tampoco puede escapar a la lógica del capitalismo. El dinero nunca ha sido importante para ellos, dice Jhon, pero hay que pagar las cuentas, la educación de los niños o las facturas de la luz.

Por eso, han comenzado a utilizar el parque de forma turística. Quien quiera visitar el parque ahora debe pagar una entrada. Sin embargo, el sistema “Sumaq Kausay” sigue siendo lo más importante dentro del parque.

Alejandro Argumedo concluye con un mensaje importante: "Siempre estamos mirando hacia afuera para copiar, y también influye la presencia de Lima, que determina nuestras referencias y decisiones. Tenemos que creer más en nosotros mismos.”

---
* Joshua Sprenger es un joven periodista alemán y colaborador voluntario de Servindi gracias a un intercambio con la DW Academie.

Escucha nuestro podcast


AÑADE UN COMENTARIO
CAPTCHA
This question is for testing whether or not you are a human visitor and to prevent automated spam submissions.