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Servindi, 4 de diciembre, 2013.- Compartimos con ustedes el editorial “López Meneses y el montesinismo” que acompaña la edición 88 de la revista Lucha Indígena y que tiene como director a Hugo Blanco Galdós. Quienes deseen acceder a la edición virtual completa pueden dar un clic en la imagen o si desean también adquirirlo de manera solidaria en puestos céntricos de periódico.
López Meneses y el montesinismo
Hay gran escándalo en el Perú porque el domicilio de un notorio cómplice del ex cogobernante de Fujimori, Vladimiro Montesinos, ahora preso, estaba custodiado por la policía. Se acusa al gobierno de Humala de “montesinista”
¿Qué es el montesisismo?
¿Usar el dinero público para beneficio privado?
Repetimos lo expuesto por un organismo oficial del Estado Peruano, publicado en nuestro anterior editorial: “La corrupción en el Perú es, lamentablemente, tan antigua como la fundación o los orígenes de la República del Perú." Se dirá que montesinismo es eso acompañado de atropello ilegal a los derechos humanos.
Esas características son inherentes al sistema que vivimos: El régimen que tiene por objeto mantener la opresión del gran capital sobre la sociedad. En el anterior número ya hablamos de la corrupción, hablemos del atropello ilegal de los derechos humanos: El dictador Morales Bermúdez convertido en “demócrata” por la “clase política”, participó del “Plan Cóndor”, que fue la internacionalización de asesinatos ilegales pactado por los gobiernos militares. Envió refugiados argentinos a ese país para que fuesen asesinados y envió a presos peruanos a Argentina con el mismo objeto, aunque esto le fallo pues un periodista tomó foto del avión del secuestro. Fue requisitoriado por Argentina. Se elevó en su defensa el coro de la “democrática clase política” para impedir que fuese enviado a Argentina para su juzgamiento.
Durante el gobierno del “demócrata ejemplar” Fernando Belaúnde Terry se cometieron múltiples asesinatos extrajudiciales, entre ellos el de 8 periodistas en Uchuraqay, Ayacucho, bajo el gobierno dictatorial del general Clemente Noel. Belaúnde nombró al “insigne demócrata” Mario Vargas Llosa para que investigara, quien exculpó a Noel, “sin ver” que los indígenas no acostumbran enterrar a los muertos en bolsas de polietileno.
La cámara “democrática” suspendió a Hugo Blanco por 120 días por haber dicho que Noel era asesino. Años después murió Noel en Lima, fugitivo de Ayacucho que lo había juzgado como asesino. Son conocidas las masacres de Cayara y Acomarca durante el primer gobierno de Alan García, además del caso de la masacre de El Frontón.
Todo esto sucedió antes de que Montesinos cogobernara con Fujimori. Por lo tanto, parafraseando a la comisión oficial mencionada, también podríamos decir: “Las masacres y asesinatos extrajudiciales, en el Perú, son, lamentablemente, tan antiguos como la fundación o los orígenes de la República del Perú." De esto se desprende lo que dijimos arriba, que el uso de los dineros públicos para beneficio privado y el atropello ilegal de los derechos humanos son inherentes al sistema de gobierno del gran capital, que precisamente tiene como objetivo aplastar a la población en beneficio de los capitalistas. ¿Por qué el escándalo? Porque hay escándalo de corrupción cometida por los principales sectores políticos, quienes quieren llegar a un pacto: “Ya que todos somos delincuentes, dejemos los delitos sin castigo”.
Comencemos por el gobierno: Toda la “clase política” tanto la derecha como la izquierda, sabía desde hace tiempo que Ollanta Humala fue montesinista eficiente, por eso Montesinos lo puso al mando del cuartel Locumba y le ordenó que fabricara una insurrección para cubrir con el escándalo su huida del país en el barco Carisma. Todos también sabían que en ese “levantamiento contra el gobierno” durante más de un mes los “insurrectos” se paseaban por los departamentos de Arequipa y Moquegua sin que hubiera ningún herido ni rasguñado.
Digo que todos sabían porque bastaba buscar en internet “Levantamiento de Locumba” para ver esto, que por otra parte fue lo declarado por Montesinos luego de su captura. El “montesisnismo” del “fujimorismo” está sobrentendido, puesto que eran la dupla gobernante. El “montesinismo” del Apra se vio claramente en que el régimen fujimontesinista hizo que “prescribieran” los delitos del primer gobierno de Alan García. La caricatura de un periódico decía: “¡El humala-montesinismo debe ser denunciado en el parlamento por la oposición fujimontesinista y apromontesinista!”. La bulla por el caso López Meneses tiene un objetivo: “Ya que todos somos corruptos, dejemos sin castigo los narcoindultos del Apra y los aportes del narcotráfico a la campaña de Keiko Fujimori.”
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