Por Fernando Eguren
27 de noviembre, 2013.- En el número anterior de La Revista Agraria (N° 156, octubre) afirmamos que el Gobierno central y el Congreso de la República no estuvieron a la altura de las expectativas cuando el año 2013 fue declarado oficialmente como de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad Alimentaria.
Aparte de los mil millones de soles otorgados apresuradamente al Ministerio de Agricultura y Riego para realizar obras de irrigación en la sierra en un solo año, sin ninguna estrategia ni prioridades claras —el Minagri avanza a trompicones—, nada digno de mención se ha hecho, ni para el desarrollo rural ni para la seguridad alimentaria. Salvo, en el caso de la seguridad alimentaria, de una ley aprobada, de Promoción de la Alimentación Saludable, que hasta el momento no ha sido reglamentada; de una propuesta de Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, que aún no ha sido aprobada por el Poder Ejecutivo; y de un proyecto de ley, que tampoco tiene cuándo ser debatido en el plenario del Congreso.
La importancia del tema no permite tales dilaciones. Es cierto que la desnutrición crónica infantil se ha reducido en los últimos años al 18.1%, según el MIDIS (¡aun así, son más de 530 mil niños!), pero tal promedio nacional no puede ocultar que en nuestro país, social y territorialmente tan inequitativo, en algunas zonas dicha desnutrición alcanza a más de la mitad de los niños menores de cinco años (54.2% en Huancavelica) o mantiene porcentajes que están estancados desde hace tiempo (alrededor del 32% en Loreto).
También es preocupante que las autoridades del Ejecutivo y el Legislativo reduzcan el tema alimentario a un problema de la población extremadamente pobre, mientras que el resto del mundo está haciendo proyecciones sobre si podrán abastecer a sus poblaciones en el largo plazo. Estas proyecciones se realizan debido a varias amenazas: desde los impactos que el cambio climático puede tener sobre la producción de alimentos, hasta las tremendas presiones que grandes corporaciones ejercen sobre la tierra y el agua, y cuya prioridad no es alimentar al mundo, sino cómo extraer de la agricultura la máxima ganancia.
En el Perú es tiempo no solo de ser efectivo en la lucha contra la desnutrición, sino de prevenir los desafíos del futuro para tomar acciones desde hoy. graphic
Precisamente, este es el tema que será abordado en el foro «Seguridad alimentaria: desafíos del futuro y tareas del presente», organizado por CEPES y auspiciado por varias instituciones, que tendrá lugar el jueves 28 y el viernes 29 de noviembre1. Es una iniciativa que por primera vez permitirá una reflexión sobre escenarios futuros de la seguridad —e inseguridad— alimentaria, y lo hará desde distintas disciplinas: la economía, la agronomía, la sociología, la biología y la ecología.
Además de las exposiciones y comentarios de especialistas en el tema, desde sus enfoques específicos, habrá mesas redondas en las que instituciones multilaterales, de la cooperación al desarrollo y de los sectores público, privado y de la sociedad civil del país, reflexionarán sobre la visión y responsabilidades de sus propias instituciones ante las incertidumbres del largo plazo.
Los lectores de La Revista Agraria están invitados (2).
Notas:
(1) El foro se desarrollará en el auditorio Hugo Lumbreras Cruz, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
(2) Pueden inscribirse en: observatorio.alimentacion@cepes.org.pe, o a nancy.ocampo.cobos@gmail.com o llamando al teléfono 433-6610.
----
Fuente: Artículo publicado en La Revista Agraria Nº 157.
AÑADE UN COMENTARIO