Colombia: País Común llama a conformar bloque político de masas mediante asambleas regionales

País Común postula al líder indígena Feliciano Valencia como portador de una alternativa unitaria que exprese a la diversidad de movimientos sociales y políticos ante el Congreso y la presidencia de la República

- Llama a armonizar los procesos y movimientos sociales mediante Asambleas del País Común, región por región.

Servindi, 14 de abril, 2013.- La naciente agrupación política País Común convocó la conformación de un bloque político y de masas que sea expresión de los pueblos y comunidades locales y concrete su decisión de gobernarse a sí mismas de manera autónoma y democrática.

Mediante un llamamiento propuso realizar Asambleas del País Común región por región como "método para unificar los contenidos de un programa" que viene siendo perfilado por experiencias y procesos como la Minga Social y Comunitaria y el Congreso de los Pueblos.

También se menciona el movimiento por los derechos humanos, las agendas del movimiento de mujeres, el programa originario de la Alianza Social Indígena, el Ideario de Unidad del Polo Democrático, y en las plataformas del Movimiento Progresista, la  Marcha Patriótica, etc.

País Común destaca la necesidad de plasmar "una nueva forma de hacer política y de vivir en sociedad", donde los valores propios de las comunidades se conviertan en los principios que "se impongan a la corrupción, el sectarismo y el señalamiento, al rencor y a la muerte".

"Un bloque como ése debe tener como criterios la toma de las decisiones de forma horizontal y que todas las organizaciones y personas que lo conformen se sientan representadas" indica el manifiesto de País Común.

Se trata de conformar un "gran sujeto plural" que responda a las necesidades de enfrentar al neoliberalismo que hoy tiene la forma de la aplanadora minero-energética y financiera.

De igual modo enfatiza el apremio de terminar la guerra que mantiene atascados cientos de procesos sociales populares.

La única garantía para construir la paz "es desatar la más grande movilización popular que haya conocido Colombia" y efectuar transformaciones muy serias en el sistema político y en la estructura socio-económica del país.

Un indígena a la presidencia

País Común propone al líder indígena Feliciano Valencia como portador de una alternativa unitaria que exprese a la diversidad de movimientos sociales y políticos ante el Congreso y la presidencia de la República.

Así, puso a  consideración de los colombianos y colombianas, de las organizaciones sociales y políticas democráticas, populares, progresistas, a Feliciano Valencia como pre-candidato a la Presidencia de la República, en mérito a su trayectoria y liderazgo.

Feliciano Valencia es un comunero e indígena nasa, ex gobernador del resguardo de Munchique Los Tigres, en el municipio de Santander de Quilichao.

Gracias a su sabiduría y experiencia de lucha posee liderazgo y capacidad de convocatoria para construir una propuesta unitaria desde las bases indica el llamamiento.

A continuación reproducimos el pronunciamiento que también puede descargarse en formato pdf en el siguiente enlace:

¡El País Común es un hecho!

Necesitamos una expresión política que proyecte y exprese la decisión de las comunidades y los pueblos por gobernarse a sí mismas. Necesitamos un sistema político basado en esos gobiernos autónomos y democráticos de las comunidades locales y los pueblos. En pocas palabras: ¡necesitamos que la gente mande!

  • Necesitamos un quiebre en la lógica económica. Necesitamos que el crecimiento financiero de las empresas deje de ser --de una vez por todas-- la medida del bienestar social. Necesitamos detener la explotación desmedida y criminal de los bienes de la naturaleza, que amenaza a la totalidad de la vida. Necesitamos tomarnos en serio que la Naturaleza es un ser vivo y no una fuente de saqueo. En resumen: ¡Necesitamos liberar a la Madre Tierra!

  • Necesitamos una vida buena y digna. Necesitamos superar la profunda inequidad que hay en el país. Necesitamos erradicar de nuestra tierra la explotación, la opresión, la discriminación. Necesitamos agua, educación, salud, vivienda, trabajo para toda la gente de campos y ciudades. Es tan simple: ¡Necesitamos justicia, dignidad, solidaridad!

  • Necesitamos que quien trabaje gane lo que merece, tenga garantías y que el trabajo de la gente y no la especulación sean la manera de construir y distribuir la riqueza del país. ¡Necesitamos dignificar el trabajo y la vida de la gente que trabaja!

  • Necesitamos terminar la guerra. Cientos de procesos sociales populares están atascados por la persistencia del conflicto armado, cuya terminación debe implicar transformaciones muy serias en el sistema político y en la estructura socio-económica del país. Necesitamos que terminar la guerra signifique desatar la más grande movilización popular que haya conocido Colombia, que es la única garantía para construir la paz. En síntesis: ¡Lucha popular para terminar la guerra, lucha popular para construir la paz!

  • Necesitamos una nueva forma de hacer política y de vivir en sociedad. Necesitamos que la solidaridad, la bondad y la sinceridad --los valores propios de las comunidades de nuestro país, sus formas de vivir-- se conviertan en los principios y valores que se impongan a la corrupción, el sectarismo y el señalamiento, al rencor y a la muerte. ¡A eso le llamamos una ética de lo común!

Todo esto es lo común. Y son hechos concretos de la gente común. ¡Lo está haciendo el país popular!

Es la heroica lucha de los campesinos y campesinas del Quimbo, construyendo autonomía, democracia popular, derecho al trabajo y a la tierra. Es la movilización ciudadana por la defensa del Páramo de Santurbán, garantizando el agua para los pobladores urbanos y el derecho a decidir. Es la lucha indígena del Cauca construyendo sus propios sistemas de salud, educación y gobierno. Es la resistencia del Tolima contra la destrucción de La Colosa y construyendo las condiciones para garantizar el derecho a la vida, la alimentación, el agua. Es la movilización estudiantil por educación gratuita y de calidad, que es ella misma educación de calidad. Son todas las luchas del pueblo colombiano imponiendo la terminación de la guerra y construyendo paz y justicia.

No se lo estamos pidiendo al Estado, ni al mercado. ¡Lo estamos haciendo!

Pensamos que es posible juntarnos quienes venimos construyendo directamente y sin permiso la democracia, la justicia social, la paz, la dignidad. Pensamos que es posible un País Común.

***

Por eso, este llamamiento

Llamamos a los miles de procesos sociales del país, a los millones de colombianos y colombianas que construyen con su trabajo, con su creatividad, con su profesionalismo, una Colombia distinta que hoy sigue invisible, pero que desde ahora es necesario nombrar, escuchar y visibilizar...

… los llamamos a construir juntos el País Común.

Para construir este proyecto proponemos la realización de Asambleas del País Común, siguiendo región por región el recorrido de las luchas populares de resistencia. Será nuestro método para unificar los contenidos de un programa que debemos realizar por nuestra cuenta... pero también exigirlo al Estado. Ese programa ya viene siendo perfilado e incluso profundizado: desde la Minga Social y Comunitaria y en el Congreso de los Pueblos; en las luchas de resistencia popular; en las plataformas del Comosoc, el Movice y del movimiento por los derechos humanos; en las agendas del movimiento de mujeres y de decenas de procesos y organizaciones sociales; en el programa originario de la Alianza Social Indígena, en el Ideario de Unidad del Polo Democrático, y obviamente en la plataforma de expresiones como el P-U-P, el Movimiento Progresistas, la  Marcha Patriótica, el Modep, el Partido Comunista, el MCP, Poder Ciudadano. El pueblo, los pueblos, han indicado ya el camino. Nuestra tarea deberá consistir en armonizar sus iniciativas, transformarlas de consignas en realidades.

Proponemos que esas Asambleas analicen las maneras de construir y conquistar lo que pensamos son también prioridades comunes del país:

  • La democracia radical y la construcción política desde la ética.
  • El derecho a la tierra y la equidad en su distribución y acceso.
  • El derecho a la vida digna: por trabajo, educación, salud y servicios públicos dignos.
  • La terminación de la guerra y la construcción de la paz.
  • La defensa de lo público y la construcción de una ética de lo común.
  • La garantía del buen vivir y el establecimiento de unas economías sustentables: la transformación del modelo productivo priorizando el buen vivir de la gente y la producción soberana del país.
  • El ordenamiento del territorio nacional y la construcción regional, que teja unidad desde la diversidad.
  • La profundización de la solidaridad de los pueblos y la unidad latinoamericana.

Por supuesto: también llamamos a las organizaciones y plataformas políticas y sociales ya constituidas a construir este País Común. Nuestra apuesta es estar en el escenario político para convocar con otros y otras a la articulación de las diversas fuerzas democráticas y de izquierda, a las fuerzas del movimiento social. Es imprescindible la conformación de un gran sujeto plural, un bloque político y de masas que responda a las necesidades del enfrentamiento al neoliberalismo –que hoy tiene la forma de la aplanadora minero-energética y financiera-- y que impulse la lucha popular en la fase que se abre con la negociación política del conflicto armado. Un bloque como ése debe tener como criterios la toma de las decisiones de forma horizontal y que todas las organizaciones y personas que lo conformen se sientan representadas.

***

Colombianos, colombianas:

Ahora es el momento para que todos esos esfuerzos de miles de procesos locales y regionales, no solo se concentren en resistir al capitalismo sangriento de las transnacionales y el latifundio armado, así como a la antidemocracia que nos gobierna, sino que construyamos y tengamos un instrumento político que decida gobernar a Colombia siguiendo los principios, mandatos y propuestas surgidas de ese sueño colectivo del país de abajo, del país sin dueños, del país emancipado.

Para gobernar a Colombia hay que sembrar la democracia directa con nuestros procesos. Pero millones de colombianos y colombianas todavía esperan que el Estado cumpla sus deberes y obligaciones. No lo harán las élites que lo han controlado durante siglos. Una gran confluencia política de los sectores populares y las capas medias deberá cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso y en el gobierno. País Común quiere sumarse a ese esfuerzo unitario que vienen realizando diversas expresiones políticas colombianas para presentar una alternativa unitaria al Congreso y a la Presidencia de la República.

Con todo respeto, País Común pone a consideración de los colombianos y colombianas, de las organizaciones sociales y políticas democráticas, populares, progresistas, el nombre de nuestro compañero y hermano Feliciano Valencia --indio nasa, comunero y ex gobernador del resguardo de Munchique Los Tigres, en el adolorido municipio de Santander de Quilichao-, como pre-candidato a la Presidencia de la República por la que debe ser una inmensa confluencia de gente digna, trabajadora, común. Estamos convencidos que su experiencia en la lucha, su sabiduría, su capacidad de convocatoria, su procedencia y su liderazgo se pueden manifestar como voz colectiva de todo el país, para construir una propuesta unitaria en mayúsculas y un programa situado y concreto de gobierno, que defina una vía de justicia, democracia, dignidad, seguridad y paz para todos.

Somos un hecho. ¡Seremos gobierno! Vamos a construir un país sin guerra y comprometido con la construcción de la justicia y la paz; una vida común con la Madre Tierra liberada; un nuevo orden territorial para que las gentes puedan mandar sobre sus recursos estratégicos y sus vidas; una economía para el buen vivir; una ética que respete y potencia la vida, y rechace la muerte; un sistema político que tenga como principio una democracia amplia, enraizada y sustentada en la solidaridad, basado en los gobiernos autónomos y democráticos de las comunidades locales, en la pluralidad de sujetos y ciudadanías, en la defensa de la soberanía del país y de los pueblos; y una cultura que rompa con la opresión patriarcal y el consumismo. Ése es el País Común.

Ustedes y nosotras, nosotros, ¡somos el País Común!

Ustedes y nosotras, nosotros, ¡somos un hecho!

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