Servindi, 28 de mayo, 2012.- Mediante una carta abierta la ciudadana Payo Pauch criticó la prédica conservadora, el autoritarismo e intolerancia del cardenal Juan Luis Cipriani, cuya "visión maniquea de fuerzas del bien y del mal, viene perturbando la conciencia religiosa de muchos feligreses".
Luego de recordar cuestionados pasajes del historial político del cardenal la carta abierta advierte el "fundamentalismo ideológico" y la "miopía" del cardenal que le impide dialogar sobre temas actuales, como el protocolo del aborto terapéutico, la píldora del día siguiente, la homosexualidad, la unión civil de parejas del mismo sexo, entre otros.
La carta destaca la necesidad de que la Iglesia Católica tome decisiones de cambio, de renovación de fe, de pluralidad y democracia frente a diversos temas, "dando ejemplo de reconciliación, de renovación moral y tolerancia hacia sus feligreses".
Entre esos temas señala el celibato, la participación de la mujer en la jerarquía eclesiástica y la aceptación de la salud reproductiva, entre otros.
Carta abierta
Señor Cardenal, Arzobispo de Lima y Primado del Perú:
Considerando que la concepción religiosa de un creyente pertenece a su fuero privado y a la libre opción de asumirla a su manera, la que suscribe, católica no activa en los rituales, pero sí practicante de las enseñanzas de Cristo, con el derecho que se me concede a la libertad de opinión, me permito formular algunas observaciones y cuestionamientos a su accionar como pastor y Primado de la Iglesia Católica del Perú.
Es usted el representante más conspicuo del Opus Dei (Obra de Dios), fiel seguidor de su guía y maestro Josemaría Escrivá de Balaguer, Marqués de Peralta, e incondicional aliado del dictador Francisco Franco. Su organización conservadora, ha logrado alcanzar varios obispados en el país, pero nunca la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana, a la cual postuló usted en seis oportunidades sin lograr su objetivo.
Su prédica conservadora, así como su autoritarismo e intolerancia con una visión maniquea de fuerzas del bien y del mal, viene perturbando la conciencia religiosa de muchos feligreses que como yo, se sienten afectados en su fe y en la confianza a su pastor principal. Siendo notorio el avance y el apoyo que usted brinda, a los grupos y movimientos eclesiales ultra conservadores como El Sodalicio, Camino Neocatecumental, Avanzada Católica, Pro Ecclesia Sancta, Los Heraldos del Evangelio, La Legión de María entre otros, abriendo el camino hacia una iglesia de derecha y de conservadurismo eclesiástico.
Con sus actos de prepotencia y provocación con criterios religiosos, no solo busca imponerse en las políticas sociales del Estado, sino también en el quehacer económico, político, y académico del país. Pareciera estar empeñado en desprestigiar y restarle credibilidad a la Iglesia Católica, con sus excesos de palabra y acción.
Sr. Cardenal, como olvidar su incondicional apoyo al gobierno dictatorial y corrupto del reo Alberto Fujimori, su falta de valentía y entereza para denunciar los crímenes y atropellos del fujimorato,
Como olvidar aquel sonado discurso al personal de la Fuerza Armada, en el cual denigra la imagen de la mujer utilizando un lenguaje soez y machista, impropio de un pastor de la Iglesia. O aquella entrevista en la que afirmó, que los Derechos Humanos relacionados con la guerra subversiva “era una cojudez”; o cuando se desempeñaba como Obispo de Ayacucho en pleno conflicto interno, en su oficina se leía un aviso “No se aceptan denuncias sobre Derechos Humanos”.
Cuando criticó la propuesta sobre la “Pensión 65” (hoy hecho realidad) del gobierno actual, considerando un gasto al Estado de manera subsidiaria, olvidando UD. que el Estado Peruano viene financiando desde hace mucho tiempo con un estipendio a la jerarquía eclesiástica, privilegio que desearían tenerlo los excluidos del país.
Aficionado a ningunear a personajes que no piensan como UD. cuando se expresó de mala manera de la Alcaldesa de Lima, Susana Villaran, al decir “hoy cualquier chilindrina quiere explicarnos el mundo”. Esa no es manera de expresarse de una autoridad eclesiástica.
Su intolerancia al diálogo sobre temas como el protocolo del aborto terapéutico, la píldora del día siguiente, la homosexualidad, la unión civil de parejas del mismo sexo entre otros, demuestra su fundamentalismo ideológico y su deliberada miopía de lo que ocurre dentro de su grey, ocultando o silenciando casos de pedofilia, homosexualidad, abuso sexual etc.
Hay que dejar de actuar como Tartufo, ese personaje de Moliere que representa la fiel imagen de la hipocresía.
Su tozudez de querer apropiarse de la Pontificia Universidad Católica del Perú, una de las universidades más emblemáticas del país, para ponerla bajo la batuta del Opus Dei.
El retirarle la licencia sacerdotal en la arquidiócesis de Lima a uno de los más prestigiosos sacerdotes como es el padre Gastón Garatea, ha levantado una ola de rechazo a su verticalismo e intolerancia y cientos de voces de solidaridad y apoyo al pastor ejemplar.
Felizmente el accionar de una autoridad eclesiástica, no opaca la labor pastoral de cientos de sacerdotes, con verdadera vocación de servicio a favor de los más necesitados, comprometidos con la defensa de la igualdad, la justicia y los derechos humanos.
A manera de reflexión permítame compartir el pensamiento sobre Dios, del filósofo y pensador holandés del siglo xvii, Baruch de Spinoza .
Resumiendo las palabras del filósofo, podemos decir que el Dios de Spinoza es infinito está en la naturaleza, en el universo. Su casa no está en los templos, sino en las montañas, los bosques, los ríos, las playas, los lagos, ahí es donde vive y expresa su amor por la humanidad. Al Dios de Spinoza, no hay que tenerle miedo, ya que no juzga, ni critica, ni castiga, porque él es puro amor, ¿cómo podría castigarnos por ser como somos, si él nos hizo así?, ¿cómo podría crear un infierno para sus hijos que se portan mal? si él nos ama infinitamente. Nos enseña a respetar a nuestros semejantes y no hacer lo que no quieras para ti.
El Dios de Spinoza nunca dijo que la sexualidad fuera algo malo, el sexo es un regalo que nos ha dado para expresar nuestro amor, nuestra alegría, no le culpemos por lo que nos han hecho creer.
Ese Dios no quiere que crean en él, sino que se le sienta en nosotros mismos, cuando besamos a un ser querido, cuando arropamos a nuestros hijos, cuando ayudamos al prójimo, cuando acariciamos a un perro. No hay que buscarlo afuera, sino dentro, ahí está latiendo en nosotros. Pensamiento vigente y aleccionador para muchos creyentes ya sea judío, musulmán, cristiano, católico o budista, ya que Dios es uno solo, con diferentes nombres.
Frente a los desafíos del mundo contemporáneo, es necesario que la Iglesia Católica tome decisiones de cambio, de renovación de fe, de pluralidad y democracia frente a temas como el celibato, la participación de la mujer en la jerarquía eclesiástica, la aceptación de la salud reproductiva entre otros, dando ejemplo de reconciliación, de renovación moral y tolerancia hacia sus feligreses. Hace 50 años lo hizo el Papa Juan xxiii, cuando proclamó el “AGGIORNAMENTO” (puesta al día del cristianismo), con cambios sustanciales frente al mundo moderno, el diálogo confesional y la iglesia de los pobres.
¿Porqué no seguir ahora el camino de renovación de Juan xxiii?, tarea abierta para la Iglesia Católica.
Gracias por respetar mi derecho a la libertad de pensamiento.
Payo Pauch
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