Uno de los más relevantes documentos que circula en el V Foro Permanente de las Naciones Unidas destaca la importancia de fortalecer las estructuras y las instituciones de gobernanza de los pueblos indígenas en favor del desarrollo efectivo y sostenible de las comunidades indígenas.
Se trata del Informe de la Reunión internacional de un grupo de expertos sobre los objetivos de desarrollo del Milenio, la participación de los pueblos indígenas y la buena gobernanza que usted puede leer en archivo pdf cliqueando aquí.
El informe señala que los pueblos indígenas se caracterizan por sus propias estructuras de gobernanza pero al mismo tiempo enfrentan una diversa gama de asuntos relacionados con la interacción de las estructuras de gobernanza de los países en que viven.
Los participantes lamentaron el hecho de que muchos proyectos de desarrollo debilitan las estructuras tradicionales de gobernanza. "La gobernanza indígena - se precisó - no es estática, sino que evoluciona".
"El papel de las autoridades tradicionales en el proceso de cambio es muy importante y se corre el riesgo de debilitar el poder las autoridades más tradicionales si éstas no participan en la gestión del proceso de cambio" indica.
Los modelos de gobernanza que reconocen una diversidad de cosmovisiones y se basan en valores y tradiciones culturales propician una auténtica facultad de adopción de decisiones y el control local.
Los pueblos indígenas tienen intereses como ciudadanos pero también como pueblos con sus propias ideas sobre la sociedad en la que quieren vivir. "Por lo tanto, es fundamental que los pueblos indígenas participen en los procesos estatales de adopción de decisiones a fin de proteger sus derechos e intereses".
El documento observa que los objetivos de desarrollo del Milenio y sus indicadores conexos "no reflejan las necesidades y preocupaciones específicas de los pueblos indígenas ni permiten realizar un seguimiento específico del progreso logrado por esos pueblos".
La compartimentación de los ocho objetivos de desarrollo del Milenio "no concuerda con la percepción más integral del desarrollo propia de los pueblos indígenas y no tiene en cuenta sus prioridades, por ejemplo, en lo que se refiere a las tierras, territorios y recursos".
Las metas e indicadores no son adecuados para un gran número de pueblos indígenas porque "dan más importancia a los ingresos monetarios que a las economías de subsistencia no estructuradas cuya importancia es fundamental para satisfacer gran parte de sus necesidades básicas".
Existe el riesgo de que los objetivos de desarrollo del Milenio "orienten las labores de desarrollo hacia una participación cada vez mayor de los pueblos indígenas en el trabajo asalariado y la economía de mercado, dos contextos en los que sus sofisticados conocimientos tradicionales y sus sistemas de gobierno carecen de valor".
El documento destaca que para abordar los ODM se debe utilizar como principios orientadores los cinco objetivos del Segundo Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo y que son los siguientes: a) No discriminación e inclusión; b) participación plena y efectiva; c) Políticas de desarrollo culturalmente adecuadas, con respeto a la diversidad; d) Programas y presupuestos que tengan objetivos específicos para el desarrollo de los pueblos indígenas, con especial atención a las mujeres, los niños y los jóvenes indígenas; e) Mecanismos de supervisión y rendición de cuenta más estrictos.
El documento señala que algunos países sólo permiten la participación de representantes indígenas si dominan el idioma mayoritario o si son miembros de los partidos políticos nacionales. "Para que la descentralización contribuya verdaderamente al respeto de los derechos de los indígenas -afirma a continuación- es necesario aceptar las estructuras de gobernanza propias de los pueblos indígenas y su integridad territorial y concederles un trato diferenciado".
Para lograr que los procesos tengan aceptación y legitimidad es preciso que los asociados para el desarrollo participen en las actividades sobre el terreno, cuentan con el respaldo de los gobiernos, los procedimientos se ajusten a las exigencias culturales y se empleen metodologías participativas y nuevas tecnologías. Asimismo, se reconozca la importancia de la participación de las mujeres, se desarrollen en lenguas indígenas y se adapten a las nociones indígenas de tiempo y espacio.
El documento concluye con una serie de recomendaciones para los pueblos indígenas y los gobiernos y destaca que es fundamental el principio del consentimiento libre, previo e informado.
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El documento al cual se hace referencia y otros pueden ser revisados y grabados desde la sección documentos del sitio web del Foro Permanente para los Asuntos Indígenas de las Naciones Unidas
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