Por Miguel Ángel Vallejo
Andina, 25 noviembre.- Se siente cholo, tiene orgullo de serlo y, sin embargo, está convencido de que la choledad no existe. Lo cholo es un concepto urbano, dice Miguel Ángel Vallejo Sameshima a sus 25 años.
Este joven, egresado de San Marcos, acaba de editar el catálogo bibliográfico: "Lo cholo en el Perú: modernidad, poscolonialidad y ciudadanía", producto del trabajo que realizó en la Biblioteca Nacional del Perú con la nutrida serie de libros que tratan de delimitar o explicar este concepto.
Pero también es resultado de su búsqueda personal, de la revaloración que ha hecho de su propia vida. De sus vivencias y recuerdos. Como aquel del arpista Pelayo Vallejo, a quien Miguel Ángel le tiene especial cariño porque su padre le cargaba el arpa. "Los fines de semana mi vida no tenía nada que ver con mi rutina escolar en el Santísimo Nombre de Jesús en Chacarilla del Estanque", recuerda Vallejo.
Hace aproximadamente dos años empezó su interés por lo cholo, gracias a una intervención urbana (Vía Viento) que realizó con unos amigos sobre el transporte público al interior de microbuses y por medio de entrevistas.
"Según la lógica estamental, no debí tener mayor contacto con ellos; y en la del gueto profesional, tampoco. Descubrí que la distinción entre letrado y popular no me simpatizaba. Más que buscar las diferencias, me interesó encontrar similitudes."
Ser o no ser cholo
¿Qué es lo cholo? ¿Existe?, se preguntó Miguel Ángel durante el tiempo que duró aquella intervención urbana, las lecturas que realizó para desarrollar los coloquios sobre lo cholo en el Perú y hacer el catálogo que acaba de publicar.
Entre la choledad y lo cholo, este joven investigador sostiene que han cambiado los conceptos. Antes, lo primero se asociaba a una lógica de clase, no se sabía si era de una clase marginal. Era una especie de preocupación académica, afirma.
José Matos Mar y Aníbal Quijano fueron sus referencias lectoras. Pero, como buen parricida, no comparte sus tesis. "Quiero mucho al maestro Matos Mar, pero su libro Desborde popular y crisis del Estado termina con una visión horrorizada de la migración. La entiende como caos y desastre. Ese es el mensaje de su libro."
Mientras que Willy Nugent, con su Laberinto de la choledad a inicios de la década de 1990, explicó el crecimiento de una cultura informal que no perece, ahora no le asusta porque reconoce la materialidad, los logros de los llamados emergentes.
"Ahora existe un mayor orgullo por lo propio, por la herencia provinciana. En mi caso, a pesar de no identificarme con mi abuela paterna, reconozco similitudes como ser divertido, el gusto por la buena mesa y bailar huaino."
No obstante generarse un sentimiento de colectividad, Vallejo Sameshima reconoce que existen prejuicios, que se idealiza lo provinciano y, por tanto, se refuerza otra forma de racismo.
Contrastes y sensaciones
El autor del catálogo bibliográfico Lo cholo en el Perú: modernidad, poscolonialidad y ciudadanía encontró con este libro un mundo inmenso y concreto. "Logré contrastar la historia que leí a través de los libros con los recuerdos de mi niñez."
Se ratifica, por eso, de que lo cholo no existe. Es algo más bien emocional, un asunto personal y no un proceso generalizado. Rubrica esta creencia citando un estudio de Edmundo Murrugarra que da cuenta del sentimiento provinciano.
"Ellos no se sienten cholos, se sienten comuneros, runas, quechuas. Uno tiene que hacerle caso a sus sentimientos y percepciones porque ellas nos llevarán de la mano hacia el camino de la identidad."
Datos
- Miguel Ángel Vallejo Shameshima nació en Lima en 1983. Es bachiller en Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
- Publicó Móviles en difuminado en 2002. Una colección de relatos en edición artesanal.
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