Servindi, 24 de noviembre, 2011.- La población indígena de la Sierra Tarahumara se encuentra en peligro debido a la peor sequía de los últimos 70 años, la cual produce una hambruna severa.
El párroco José Guadalupe Gasca, director de la Clínica Santa Teresita, estimó que este año han muerto por lo menos tres niños indígenas debido a la desnutrición.
Cientos de familias de indígenas rarámuri han tenido que migrar desde la Sierra Tarahumara hacia los principales centros poblados en busca de alimento y trabajo.
Guadalupe Gasca señaló que están llegando a las clínicas de la zona cerca de 10 niños cada día por desnutrición, mientras que antes sólo llegaban como máximo tres.
"Nosotros asistimos a las comunidades y aunque muchos este año migraron a la cosecha de la manzana, muchos también se quedaron y advertimos que los niños que ya se encontraban con deficiencias alimentarias, no tuvieron mejoría alguna ni en su peso ni en su talla y otros incluso empeoraron", dijo.
Los niños que ahora ingresan a las clínicas, además indicó, ahora lo hacen en un estado más grave de desnutrición, algunos en estado vegetal, con fallas renales, pulmonares y cardiacas.
En la región de las barrancas se padece las peores condiciones, aunque también las comunidades aledañas tienen problemas para acceder al agua potable y para alimentarse.
Ocho niños de Pamachi, en las barrancas de Urique, fueron detectados con tuberculosis y llevados de emergencia a la capital del estado por la Secretaría de Salud.
A las mismas conclusiones llegó René Cuéllar, director médico de la Clínica, quien además admitió que la desnutrición en la zona ha perjudicado también a los adultos que presentan cuadros severos de desnutrición.
"Niños en la fase crítica tardan en equilibrarse entre 7 y 15 días, pudiéndose alargar hasta por un mes y para una recuperación nutricional total, hasta tres meses", precisó.
Por otro lado, sor Juana Enriqueta Cota, contó que hace unas semanas llegó a la Clínica una niña de dos años proveniente de una comunidad muy lejana de Urique, con una expresión extrema y literalmente en los puros huesos.
"Ya venía sin piel, con daños en riñones, en pulmones y lamentablemente falleció", dijo. Así es como la lejanía de las comunidades dificulta el acceso a la salud: la pequeña que murió, tuvo que ser transportada en camionetas y en avioneta.
La sequía empeorará, afirman
La indígena anciana Gumersinda Madrid Vázquez cuenta de que hace dos años no levantan cosechas en la comunidad de Cerro Pelón, municipio de Carichí, porque las lluvias han dejado sin maíz, sin frijol y sin arroyos.
"Me quedan frijolitos para la cena, viven conmigo mi hijo y mi nuera y tengo muchas nietas, he perdido hijos por el hambre cuando vivía allá arribita", comenta.
De otro lado, la joven Angélica García manifestó que esta es la crisis más severa que han enfrentado, porque no se dio el maíz ni el frijol por falta de lluvias y las vacas se caen solas por inanición.
Para obtener agua, los pobladores deben caminar hasta 3 kilómetros para conseguir el líquido que les venden y que sólo usan para beber, a pesar de que ya ha provocado en algunos brucelosis, porque está contaminada con la orina del ganado.
Cerca de 80 mil cabezas de ganado ya se han perdido, estimó el Gobierno del Estado. Los municipios serranos han tenido que sacrificar a sus animales antes de que mueran de inanición.
Mientras tanto, la Coordinación Estatal de la Tarahumara entregó 28 toneladas de maíz y 16 toneladas de frijol en la comunidad de Pichique.
El Gobierno del Estado hizo entrega de herramientas de trabajo, entre las que se encuentran: una tableteadora, tarimas y una sierra palillera, para desarrollar un aserradero.
AÑADE UN COMENTARIO