Por Gil Inoach Shawit*
La Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Madre de Dios, revocó su mandato de comparecencia restringida, y dictó Mandato de Detención, en el proceso penal que se le sigue injustamente al hermano y dirigente indígena Antonio Iviche Quique.
Este es un indicio claro del comportamiento que va a caracterizar a la justicia peruana contra los indígenas. Cuando los amazónicos, tan solo con el 20 % de su fuerza social, desafiaron al gobierno de mandar al tacho la cantinflada tesis del perro del hortelano y, en muestra de su disposición de luchar por sus vidas hasta la muerte, lograron que el Congreso de la República derogara los Decretos Legislativos 1015 y 1073, se escuchó por ahí decir de funcionarios que habrá una bajada en las comunidades para explicar a la población las bondades que ofrecen dichos decretos en señal de que el ejecutivo observaría dichas derogatorias.
Estas "bajadas" nunca fueron visibles pero confundieron a las comunidades quienes por medidas de prevención de ser filtrados cerraron filas al extremo de expulsar a todo extraño que ingresara en sus territorios, incluyendo a las empresas petroleras. Incluso está en la mira el INDEPA toda vez que los funcionarios que ingresan a las comunidades con sus cursos y talleres ya no inspiran confianza en sus discursos que mas parecen de consigna que promotoras, haciendo sospechar que habrían infiltrados para fichar a los lideres que mas se destacan.
Ya los perros del monte empezaron a husmear para contrarrestar la avanzada que dicha "bajada" representa, porque hoy más que nunca es cuando hay que estar alerta. Una razón no puede ir en contra de otra razón, salvo en la divergencia de intereses por el que se opone una posición, como lo es el caso de los indígenas que se oponen a la ley de la selva en contra de la ley del perro del hortelano que ahora no sabe con que artificios invadir la amazonía.
Precisamente, la Federación de Comunidades Nativas de Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD) es una de las organizaciones que prendió el fuego de la resistencia indígena en sur oriente del país (07 al 09 de julio de 2008), no con el fuego de candela como creen los perseguidores para justificar la orden de captura al máximo líder indígena de Madre de Dios, sino, para demostrar al gobierno con el fuego del corazón sediento de justicia que no están en el tiempo de la colonia para quedar callados ante el arrebato sistemático de sus territorios.
No es de extrañar que el juez haya emitido orden de captura contra los presuntos autores del incendio de la oficina pública, porque de lo contrario no habría más pretextos para basarse de algo e intimidar a los ciudadanos que reclaman sus derechos.
La lucha contra la llamada ley de la selva no estuvo dirigida a los gobiernos locales ni regionales, la mirada estaba centrada hacia el gobierno central y eran los ciudadanos y las autoridades regionales los que manifestaron sus primeros descontentos. De modo que bajo distintos puntos de vista no había razón alguna para que el pueblo se declarara enemigo de sus autoridades locales y cometiera semejante hecho en contra de su patrimonio.
Eso solo pudo haber provocado una mafia que se aprovechó de la situación para salirse de algún problema haciéndole cargar al muerto a los inocentes, como ocurrió con el incendio del Banco de la Nación para manipular a la opinión pública en contra de los organizadores de la marcha de los 4 suyos en el 2000.
Si los jueces actuaran vendados de ojos para equilibrar la balanza con las manos, al menos haciendo honor el emblema de la justicia, palparían con más claridad lo duro y lo suave de la verdad y la mentira que buscan encontrar. Antonio Iviche sabe, como cualquier indígena, que el que se esconde o se corre de la justicia en plena democracia es la actitud que toma de manera cobarde un culpable que siendo responsable de sus actos dice ser inocente desde la clandestinidad (a no ser que lo quieran asesinar).
Antonio Iviche no se corrió de la justicia, se puso a derecho al ser notificado y bajo mandato de comparecencia restringida estuvo cumpliendo todos los procedimientos establecidos para esclarecer los casos del que se acusa.
¿Realmente se quiere hacer justicia o se pretende intimidar a la población? El audio que revela que hubo corrupción de funcionarios en la concesión de lotes petroleros, es un escándalo nacional pero las autoridades judiciales ponen paños tibios al asunto variándole la detención por arresto domiciliario a uno de los protagonistas del audio y dejando escapar a los compinches para que el escándalo no salpique más allá. ¿Como es que la justicia es tan efectiva para encerrar a los indígenas y es tan convaleciente con la corrupción?
Los indígenas lucharon para defender sus derechos en contra de las medidas legislativas genocidas y el precio que pagan por ello, es la cárcel. El gobierno insiste por privatizar la amazonía so pretexto de mejorar las condiciones de vida de los peruanos, pero el audio de la corrupción deja entrever que los decretazos podrían formar otro tanto de los negociados no precisamente para favorecer a la población con los beneficios que trae el capital externo sino para ganarse la comisión de cuanto cae por ahí a cambio de la riqueza natural del país.
¿Es esta la maraña de la hipocresía gubernamental que nos tendrá de manos cruzados a los peruanos? No señor. Sabemos que la injusticia que hoy le toca vivir a nuestro hermano Antonio Iviche es una advertencia para acallar la voz contestaría de los amazónicos y su contundente presencia nacional a raíz de la histórica lucha protagonizada el 09 de agosto.
Como ya lo estamos viendo venir, la bajada en las comunidades ya está armándose bajo distintas modalidades para persuadir a los indígenas que ya no sigan protestando más y la persecución a los líderes se puso en marcha. Debemos dejar claro los amazónicos que tales cálculos para tener controlados a los indígenas no tendrá éxito, como tampoco podrán intimidar al líder Harambuk, ahora privado por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Madre de Dios.
Los amazónicos tenemos agenda inconclusa, no hemos dicho nada en público algo que no esté relacionado con los 06 Decretos Legislativos aún pendientes por resolver, entre ellos, los Decretos Legislativos 1064, 1090, 994, etc. La Comisión Multipartidaria del Congreso de la República fue creada precisamente para resolver estos puntos. Sin embargo, estamos observando que cada vez que sesiona esta Comisión no hay quórum y no es de extrañar que estas ausencias sean parte de las estrategias de boicot de parte de los Congresistas menos comprometidos con la sociedad.
Los tiempos pasan y la paciencia se agota, las comunidades llaman y están al tanto de lo que está pasando, poco importa que los jueces traten de intimidar a sus adversarios y los Magaly vayan presos para cortinas de humo y shows mediáticos para presionar a los fujimoristas en tira y afloje del poder para demostrar que los nakazakis no podrán liberar a Fujimori si no se alinean al capricho del oficialismo, etc.
Toda esa cosa de "observa cuanto peso y cállate" no nos hará callar porque eso resbala lejos, no dependemos de recursos ajenos para dejarnos someter, ni nos beneficiamos del sistema global para preocuparnos de nuestras comidas como si lo está el perro del hortelano porque este no puede sobrevivir solo.
Como se pronunciara el Presidente de AIDESEP, Alberto Pizango, en pleno estado de emergencia en aquella movilización histórica "nos hemos preparado de manera solemne a morir defendiendo nuestras vidas". Nuestra bandera de lucha sigue blandiendo de este a oeste en una sola dirección y lo ha alineado a niños, jóvenes, mujeres y ancianos para seguir peleando por esta noble causa.
Cada sentencia en contra de los líderes indígenas o cualquier luchador por la justicia es un aliciente para abrir más la boca, cada amenaza nos robustece y nos une. Si deteniendo a nuestro hermano líder Antonio Iviche creen que los perros del monte esconderán su rabo tras las piernas, simplemente pierden tiempo las autoridades. Si quieren controlar a los indígenas como pretenden hacerlo, tendrán que construir una cárcel para más de 400 mil almas.
Antonio Iviche Quique saldrá en libertad y contra todos los pronósticos políticos y de cálculos de poder, la amazonía será rescatada de las manos del entreguismo y los perros del monte seguirán vigilando su bosque por si vuelven más perros del hortelano.
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* Gil Inoach Shawit, es indígena del pueblo Awajun y se desempeñó como Presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) durante dos periodos, de 1996 al 2002.
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