Perú: El problema del indígena. Su nuevo planteamiento

El 14 de junio se celebró un año más del nacimiento de José Carlos Mariátegui la Chira (1894-1930), uno de los más destacados hombres de pensamiento y acción del Perú, autor de numerosos artículos y ensayos. Presentamos una breve selección de textos en torno al tema indígena formulados con notable perspicacia y profundidad allá en la década del 20. De esta manera rendimos homenaje a su digno aporte a la formación de una conciencia social en el país.

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"El pasadismo que tanto ha oprimido y deprimido el corazón de los peruanos es, por otra parte, un pasadismo de mala ley. El periodo de nuestra historia que más nos ha atraído no ha sido nunca el periodo incásico. Esa edad es demasiado autóctona, demasiado nacional, demasiado indígena para emocionar a los lánguidos criollos de la República. Estos criollos no se sienten, no se han podido sentir, herederos y descendientes de lo incásico. El respeto a lo incásico no es aquí espontáneo sino en algunos artistas y arqueólogos. En los demás es, más bien, un reflejo del interés y de la curiosidad que lo incásico despierta en la cultura europea.

El amor al virreinato le parece a nuestra gente un sentimiento distinguido, aristocrático, elegante. Los balcones moriscos,las escalas de sedas, las 'tapadas', y otras tonterías, adquieren ante sus ojos un encanto, un prestigio, una seducción exquisitas. Una literatura decadente, artificiosa, se ha complacido de añorar, con inefable y huachafa ternura, ese pasado postizo y mediocre.

(...) la colonia no nos ha legado sino una calesa, un caserón, unas cuantas celosías y varias supersticiones. Sus vestigios son insignificantes. Y no se diga que la historia del virreinato fue demasiado fugaz ni Lima demasiado chica. Pequeñas ciudades italianas guardan, como vestigio de trescientos o doscientos años de historia medieval, un conjunto maravilloso de monumentos y de recuerdos. Y es natural. Cada una de esas ciudades era un gran foco de arte y cultura.

Adorar, divinizar, cantar el virreinato es, pues, una actitud de mal gusto. (...) La epoca 'rococó' fue de una aristocracia auténtica. Francia, sin embargo, no siente ninguna necesidad espiritual de restaurarla (...) La 'Lima que se va' no tiene ningún valor serio, ningún perfume poético, aunque Gálvez se esfuerce por demostrarnos, elocuentemente, lo contrario. Lo lamentable no es que esa Lima se vaya, sino que no se haya ido más de prisa"

Pasadismo y futurismo, revista Mundial, 28 noviembre de 1924

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"Mientras el Virreinato era un régimen medieval y extranjero, la República es formalmente un régimen peruano y liberal. Tiene, por consiguiente, la República deberes que no tenía el Virreinato. A la República le tocaba elevar la condición del indio. Y contrariando este deber, la República ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión y ha exasperado su miseria. La República ha significado para los indios la ascensión de una nueva clase dominante que se ha apropiado sistemáticamente de sus tierras."

"Una política realmente nacional no puede prescindir del indio, no puede ignorar al indio. El indio es el cimiento de nuestra nacionalidad en formación (...) Cuando se habla de la peruanidad, habría que empezar a investigar si esta peruanidad comprende al indio. Sin el indio no hay peruanidad posible"

"El problema del indio, que es el problema del Perú, no puede encontrar su solución en una fórmula abstractamente humanitaria (...) La solución del problema del indio tiene que ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios"

El problema del Indio, revista Mundial, diciembre de 1924

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"Recuerdo nuestro encuentro en el Tercer Congreso Indígena, hace un año. El estrado y las primeras bancas de la sala de la Federación de Estudiantes estaban ocupadas por una polícroma multitud indígena. En las bancas de atrás, nos sentábamos los dos únicos espectadores de la Asamblea. Estos dos únicos espectadores éramos Zulen y yo. A nadie más había atraído este debate. Nuestro diálogo de esa noche aproximó definitivamente nuestros espíritus"

Vidas paralelas E.D. Morel - Pedro S. Zulen, revista Mundial, 1925

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"Lo que afirmo, por mi cuenta, es que de la confluencia o aleación de 'indigenismo' y socialismo, nadie que mire al contenido y a la esencia de las cosas puede sorprenderse. El socialismo ordena y define las reivindicaciones de las masas, de la clase trabajadora. Y en el Perú las masas -la clase trabajadora- son en sus cuatro quintas partes indígenas. Nuestro socialismo no sería, pues, peruano -no sería siquiera socialismo- si no se solidarizase, primeramente, con las reivindicaciones indígenas"

"Confieso haber llegado a la comprensión, al entendimiento del valor y el sentido de lo indígena, en nuestro tiempo, no por el camino de la erudición libresca, ni de la intuición estética, ni siquiera de la especulación teórica, sino por el camino -a la vez intelectual, sentimental y práctico-, del socialismo"

Indigenismo y Socialismo. Intermezzo polémico. Revista Mundial, 25 febrero 1927

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"En contraste con la política formalmente liberal y practicamente gamonalista de nuestra primera centuria, una nueva política agraria tiene que tender, ante todo, al fomento y protección de la 'comunidad' indígena. El ayllu, célula del Estado incaico, sobreviviente hasta ahora, a pesar de los ataques de la feudalidad y el gamonalismo, acusa aún vitalidad bastante para convertirse, gradualmente, en la célula de un Estado socialista moderno"

Principios de Política Agraria Nacional, Revista Mundial, 1 de julio de 1927

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"Porque la tradición es, contra lo que desean los tradicionalistas, viva y móvil. La crean los que la niegan para renovarla y enriquecerla. La matan los que la quieren muerta y fija, prolongación de un pasado en un presente sin fuerza, para incorporar en ella su espíritu y para meter en ella su sangre.

No hay que identificar la tradición con los tradicionalistas. El tradicionismo (...) es en verdad, el mayor enemigo de la tradición. Porque se obstina interesadamente en definirla como un conjunto de reliquias inertes y símbolos extintos"

Heterodoxia de la tradición, revista Mundial, 25 de noviembre de 1927

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"Para nuestros tradicionalistas, la tradición en el Perú es, fundamentalmente, colonial y limeña. Su conservatismo, pretende imponernos, así, una tradición más bien española que nacional (...)

"Mientras ha dominado en el país la mentalidad colonialista, hemos sido un pueblo que se reconocía surgido de la conquista. la conciencia nacional criolla obedecía indolentemente al prejuicio de la filiación española. La historia del Perú empezaba con la empresa de Pizarro, fundador de Lima. El Imperio Incaico no era sentido sino como prehistoria. Lo autóctono estaba fuera de nuestra historia y, por ende, fuera de nuestra tradición. Este tradicionalismo empequeñecía a la nación, reduciéndola a la población criolla o mestiza"

"(...) el pasado incaico ha entrado a nuestra historia, reivindicado no por los tradicionalistas sino por los revolucionarios (...) La revolución ha reivindicado nuestra más antigua tradición".

La Tradición Nacional, revista Mundial, 2 de diciembre de 1927

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"Recuerdo el imprevisto e impresionante tipo de agitador que encontré hace cuatro años en el indio puneño Ezequiel Urviola. Este encuentro fue la más fuerte sorpresa que me reservó el Perú a mi regreso de Europa. Urviola representaba la primera chispa de un incendio por venir. Era el indio revolucionario, el indio socialista. Tuberculoso, jorobado, sucumbió al cabo de dos años de trabajo infatigable. Hoy no importa ya que Urviola no exista. Basta que haya existido. Como dice Valcárcel, hoy la sierra está preñada de Espartacos".

"La reivindicación indígena carece de concreción histórica mientras se mantiene en un plano filosófico o cultural. Para adquirirla -esto es, para adquirir realidad, corporeidad-, necesita convertirse en reivindicación económica y política. El socialismo nos ha enseñado a plantear el problema indígena en nuevos términos. Hemos dejado de considerarlo abstractamente como problema étnico o moral para reconocerlo concretamente como problema social, económico y político. Y entonces lo hemos sentido, por primera vez, esclarecido y demarcado."

Prologo de Tempestad en los Andes, Editorial Minerva, Lima, 1927

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"Todas las tesis sobre el problema indígena, que ignoran o eluden a éste como problema económico social, son otros tantos estériles ejercicios teoréticos -y a veces sólo verbales- condenados a un absoluto descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente, todas no han servido sino para ocultar o desfigurar la realidad del problema. La crítica socialista lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en la economía del país y no en su mecanismo administrativo, jurídico o eclesiástico, ni en su dualidad o pluralidad de razas, ni en sus condiciones culturales y morales. La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra"

"El nuevo examen del problema indígena, por esto, se preocupa mucho menos de los lineamientos de una legislación tutelar que de las consecuencias del régimen de propiedad agraria. (...) Esta crítica repudia y descalifica las diversas tesis que consideran la cuestión como uno u otro de los siguientes criterios unilaterales y exclusivos: administrativo, jurídico, étnico, moral, educacional, eclesiástico".

"La suposición de que el problema indígena es un problema étnico, se nutre del más envejecido repertorio de ideas imperialistas. El concepto de las razas inferiores sirvió al Occidente blanco para su obra de expansión y conquista. Esperar la emancipación indígena de un activo cruzamiento de la raza aborigen con inmigrantes blancos, es una ingenuidad antisociológica, concebible sólo en la mente rudimentaria de un importador de carneros merinos".

El problema del Indio, en Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, Editorial Minerva, 1928

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"No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heróica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano."

Aniversario y balance, revista Amauta, N° 17, septiembre de 1928

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"El socialismo encuentra, lo mismo en la subsistencia de las comunidades que en las grandes empresas agrícolas, los elementos de una solución socialista de la cuestión agraria, solución que tolerará en parte la explotación de la tierra por los pequeños agricultores, ahí donde el yanaconazgo o la pequeña propiedad recomienden dejar a la gestión individual, en tanto que se avanza en la gestión colectiva de la agricultura, las zonas donde ese género de explotación prevalece. Pero esto, lo mismo que el estímulo que se presta al libre resurgimiento del pueblo indígena, a la manifestación creadora de sus fuerzas y espíritu nativo, no significa en lo absoluto una romántica y antihistórica tendencia de construcción o resurrección del socialismo incaico, que correspondió a condiciones históricas completamente superadas y del cual sólo quedan como factor aprovechable dentro de una técnica de producción perfectamente científica, los hábitos de cooperación y socialismo de los campesinos indígenas. El socialismo presupone la técnica, la ciencia, la etapa capitalista, y no puede importar el menor retroceso en la adquisición de las conquistas de la civilización moderna, sino, por el contrario, la máxima y metódica aceleración de la incorporación de estas conquistas en la vida nacional".

Principios Programáticos del Partido Socialista, pto. 6, octubre de 1928

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Comentarios (3)
Samuel (no verificado) Mar, 19/06/2007 - 15:00
El Pensamiento Mariátegui, sigue vigente, aunque las propuestas izquierdistas hayan desprestigiado su verdadera dimensión revolucionaria. Esas "izquierdas enfermizas" reaccionarias, que incluso impuñaron las armas para iniciar la "revolución", no tomaron en cuenta al movimiento indÃgena como cultura, ni hicieron la creación histórica, tampoco entendieron el mensaje genuino de la construcción de un socialismo andino. Los quechuas, aimaras y amazónicas, en estas 3 últimas décadas jugaron el papel de "carne de cañón" para destruir la esperanza socialista. Samuel
Aureliano Turpo... (no verificado) Mié, 20/06/2007 - 10:41
Es tiempo de la respuesta histórica y polÃtica sin calco ni copia del pensamiento ateo-cristiano, pues el siglo XXI es el siglo de los pueblos indios del mundo, particularmente del eje polÃtico y cultural de la hoy llamada América del Sur, (Ecuador, Perú y Bolivia), el mariateguismo manoseado por los pequeñoburgueses latinosudamericanos es la verguenza polÃtica de ellos, pues hoy yano es sutentable, en consecuencia asumen paternalistamente la invocación de lo indÃgena para no perder su protagonismo polÃtico sepultado por el muro de BerlÃn y la capitalización de la Europa del Este con Rusia y China a la vanguardÃa globalizadora de izquierda. Es tiempo de que los izquierdistas peruanos y latinoamericanos se indianicen y coadyuven la liberación plurinacional de los pueblos y naciones ancestrales como lo postula el instrumento polÃtico de liberación FILINATA, organización que nos ha hecho llegar su manifiesto polÃtico que lo acogemos y lo hacemos nuestra en este proceso histórico y polÃtico del INDIO.
Severiano Ferná... (no verificado) Mar, 19/06/2012 - 19:26
El indígena americano no tiene problema, le hicieron problema es otro discurso. El mundo indígena casi nadie loe entiende porque su cosmovisión, la espiritualidad es diferente. Apegado a la naturaleza, donde gira lo épico, lo lírico, la catarsis, lo lúdico, lo estético, es un mundo una visión que se vive. Celebración del quinto centenario de la invasión a América 1492-1992 La historia de los pueblos indios de américa, tiene para nosotros dos característica muy diferentes, se divide en dos grandes eras, uno antes de la llegada de los españoles y otra después de ese acontecimiento. Una era fue de gloria, de grandeza, soberanía, libertad, prosperidad y verdadera INDEPENDENCIA. Otra era de violencia, muerte, pobreza, opresión marginación e discriminación. El libro de los tiempos marca en sus páginas dos fechas históricas, fechas importantes en la historia de los pueblos indios de América, el 11 y el 12 de octubre respectivamente, el 11 de octubre marca y recuerda en nuestra historia sin lugar a duda, el último día en que los pueblos indios tuvieron paz, tierra, libertad, soberanía y prosperidad como auténticos pueblos. El 12 de octubre del fatídico año de 1492, marca para nosotros el inicio del holocausto en América, el inicio del genocidio, el inicio del etnocidio, del robo y de la masacre y de la barbarie en toda su dimensión, para los pueblos indios desde ese día se apagó la luz y reinó las tinieblas. En nombre de los reyes de España, en nombre de Cristo, en nombre de la Virgen María y en nombre de la Santa Iglesia Católica, nos arrebataron con violencia nuestras vidas, nuestros derechos, nuestras tierras, nuestras mujeres, nuestra cultura y nuestra dignidad como pueblos, con falsedades y mentiras y engaños confundieron nuestras mentes cercenaron nuestras lenguas, nos impusieron todo tipo de nombres humillantes y denigrantes y nos obligaron así sentir vergüenza de nosotros mismos. Estos visitantes malvados asesinaron nuestra cultura en el esplendor y en la plenitud de su gran evolución. Por esta cusa y muchos más 1992 será para nosotros el paso de quinientos años de injusticias, quinientos años de sufrimientos, de humillación y de desprecio, de robo y de saqueos, quinientos años sin tierra, sin paz, sin libertad sin esperanza, quinientos años de muerte, quinientos años de evangelización estéril con carácter domesticador y adormecedor, en la que nos quedamos con la cruz, y ellos se quedaron con nuestras riquezas, de pueblos cultos y trabajadores nos convirtieron pobres y mendigos. 1992 contabilizara quinientos años de repartición de nuestras tierras y de nuestros recursos y nos convirtieron extraños en nuestras propias tierras, hechos que la historia manipulada ha querido a través de quinientos años ignorar deliberadamente, y lo han sepultado tras un muro de silencio que debe ser develado para conocimiento y reflexión de la humanidad, después de la intención de total aniquilamiento de nuestra existencia, gracias a nuestro Sibö(Dios) hemos sobrevivido este largo tiempo, y también nos proyectamos hacia el futuro. Hace una década que los gobiernos de Europa de América y del Vaticano, preparan la celebración de los que ellos hoy después de quinientos años llaman el encuentro de dos mundos cuando en realidad debía de ser el encuentro de dos culturas o dos pueblos. Para tal efecto han designado presupuestos multimillonarios en una actitud Neronesca, quieren celebrar sus crímenes y sus injusticias, mientras todo esto sucede, en las montañas, los altiplanos, llanuras y bosques de toda América los indios siguen siendo asesinados, y muriendo de enfermedades, hambre de frío y de miseria, sin que haya ningún presupuesto para atenderlos o llevarles algún tipo de ayuda, el enorme presupuesto que se asigna a estas celebraciones bien podría destinarse a llevarles ropa, alimento medicina y hogar a miles de hermanos indígenas extremadamente necesitados en estos momentos. Por este motivo nuestra pregunta es ¿Qué es lo que quieren o van a celebrar el día 12 de octubre de 1992?¿ Qué es lo que se proponen a mejorar a partir de esa fecha en beneficio de los pueblos indios? Qué decisiones concretas tomarán los distintos gobiernos de américa y del mundo, para garantizar las aspiraciones de autodeterminación de los pueblos indios? O es que quieren celebrar el genocidio cometido durante todo este tiempo en contra de los pueblos indios, o el baño de sangre que le costó la vida a más de doscientos millones de indios en todo el continente? O quieren celebrar el arrebato y reparto con no menos violencia de nuestras tierras? Y nuestras riquezas? El empobrecimiento y aniquilamiento paulatina y sistemático de todo vestigio de indianidad, para los pueblos indios 1992 no debe ser un año de simples retóricas, de discursos superficiales llenos de engaños e encubridores de la verdad, para nosotros mil novecientos noventa y dos debe ser un año de profunda reflexión, de parte de gobernantes, políticos, religiosos, científicos, científicos sociales, intelectuales y porque no, también de cientos de millones de hombres y mujeres, por cuyas venas corren la sangre india y de la cual hoy sienten vergüenza. En novecientos noventa y dos la sociedad Debe de hacer un alto en el camino, después de quinientos años, y analizar profundamente los hechos acontecidos a los pueblos indios a lo largo de estos quinientos años situación de género precisamente la sociedad no indígena. Mil novecientos noventa y dos debe marcar el inicio de la plena recuperación de todos los derechos del indio, nuestro gobierno debe promulgar legislaciones antidiscriminatorias en materia de la tenencia de la tierra para los indígenas. Debe de reconocerse por ley el derecho territorial de los pueblos indios. El Estado costarricense debe reconocer por ley a los indios como pueblo porque poseemos nuestra propia lengua nuestra cultura y nuestra idiosincrasia. El Estado costarricense debe de elaborar junto con los pueblos indios una verdadera política india que respondan a las verdaderas necesidades del indígena. Todos los calificativos impuestos al indígena en la época pre colonial deben ser eliminados. El indio debe ser dueño legítimo de sus tierras en cualquier parte del territorio nacional donde decida vivir, nuestro gobierno y los demás gobiernos de América que no han reconocido constitucionalmente a los pueblos indios, a partir de mil novecientos noventa y dos deben de incluir este capítulo en la constitución política. A partir de 1992 todos los estados del mundo que de uno y otra forma se hayan beneficiado con nuestras riquezas deben de retribuir parte de esas riquezas directamente a los pueblos indios para su desarrollo, cuando todo esto haya sucedido entonces si se puede hablar de democracia, de justicia social, de respeto y desarrollo con dignidad . Este es el cambio de actitud de los indios esperamos se produzcan en mil novecientos noventa y dos, por parte quienes nos gobiernan, como un tributo a la justicia y a la memoria de nuestros hermanos caídos a lo largo de estos quinientos años, creemos que por justicia a partir de 1992, el día 11 de octubre de cada año debe de declararse día internacional del indio, esta petición obedece a fundamentos históricos que recordaría nuestro pasado como legítimo pueblo, ya que para nosotros el 19 de abril obedece más a los criterios antropológicos y no a fundamentos históricos, al hacer esta pequeña reflexión de nuestra historia, no me mueve ni me anima ni el odio ni la venganza, porque ya no hay lugar para ello, quinientos años han sido bastante para olvidar y pedir más respeto hacia nosotros, lo único que me ha movido es el espíritu de lucha y la alcanzable búsqueda de la justicia y del respeto, en procura de un mundo mejor para nuestros hijos y para toda la humanidad, 1992 no debe ser un año de celebraciones, porque los indios no tenemos nada que celebrar, pero que si mucho que lamentar. El verdadero nombre de la paz es el respeto, donde hay respeto habrá paz, donde no hay respeto no habrá paz. Ya están pasando 510 años y sigue la discriminación, la alienación, la transculturación y la barbarie, el menosprecio, las humillaciones, las agresiones físicas y emocionales, por nuestras tierras, por nuestra cultura, nuestra espiritualidad y nuestra cosmovisión.. ¿Dónde está la democracia, la justicia, el respeto y los derechos humanos, que tanto hablamos a nivel nacional y mundial? Reflexionemos qué estamos haciendo con nuestros actos, en las trincheras donde estamos. Alejandro Suaby Rodríguez Líder bribri de Talamanca. Costa Rica-América Central.
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