Por Iván Herrera
Servindi, 4 de diciembre, 2015.- Expertos del Real Instituto de Asuntos Internacionales Chatham House, aseguran que reducir el consumo global de carne será fundamental para controlar el incremento de la temperatura global bajo el “nivel de riesgo límite” de 2ºC, objetivo de las negociaciones de la cumbre climática COP21.
Así lo dieron a conocer en el informe “Changing Climate, Changing Diets: Pathways to Lower Meat Consumption”, que difundió la citada institución el pasado 24 de noviembre, a pocos días del inicio de la cumbre climática mundial en París, Francia.
El Chatham House, afincado en Londres, indica también en su informe que las emisiones del sector de la ganadería comprenden el 15 por ciento de las emisiones globales, equivalentes a las emisiones de todos los vehículos del mundo.
Asimismo, concluye que cambiar hacia “patrones más saludables” de consumo de carne proporcionaría un cuarto de la reducción de emisiones necesarias para no sobrepasar el tope de incremento de temperatura de dos grados centígrados propuesto en las negociaciones internacionales.
Esta sería una medida de muy bajo costo en la reducción de emisiones, señala el estudio.
Problema creciente
El consumo global de carne aumentará un 75 por ciento para el año 2050, indica el informe y explica que en los países industrializados una persona promedio ya consume el doble de la cantidad de carne recomendada por los expertos en la salud.
Asimismo, recordó que el exceso en su consumo tiene un impacto negativo en la salud de la población, puede causar obesidad y el aumento de enfermedades no transmisibles como la diabetes tipo 2 y el cáncer.
Ciclo de inercia y temor a intervenir
Los autores indicaron que los gobiernos están perdiendo una oportunidad clave en la mitigación del cambio climático al no tomar acciones para reducir el consumo de carne.
Por el contrario, señalaron, los países permanecen en un “ciclo de inercia”, pese a la necesidad de un cambio en la dieta. Esto se debería a que temen las consecuencias de intervenir.
Asimismo consideraron que existe poca conciencia en la población acerca de la relación entre la dieta y el cambio climático.
“Existe una considerable brecha en la conciencia sobre la relación del ganado, la dieta y el cambio climático”, señalaron.
Consideraron al respecto que la concientización por sí sola no logrará los cambios en los hábitos alimenticios requeridos, y que será crucial la intervención de políticas gubernamentales.
Del mismo modo, concluyeron que son los gobiernos quienes deben liderar las acciones para que las sociedades reduzcan drásticamente su consumo de carne.
Los mensajes de concientización al público para el cambio de dieta deben ser simples, impactantes, accesibles, significativos. El mensaje general debe ser claro: “Debemos de comer menos carne a nivel mundial”, precisaron.
Fuentes confiables
Asimismo, indica el informe que es importante que los mensajes de concientización provengan de fuentes confiables, debido a que la información que promueve cambios en el consumo de carne es recibida con resistencia.
“La confianza en los Gobiernos varía considerablemente entre países pero los expertos son vistos como la fuente más confiable en un país”, explican los autores.
Finalmente, el informe del Chatham House recomienda, entre otras cosas, iniciar debates nacionales acerca del consumo de carne como un medio para despertar la conciencia de la población y romper el “ciclo de inercia”, creando también espacios políticos para la intervención política.
Impuesto a la carne
El informe recomienda intervenir en el precio relativo de los alimentos, como una de las formas más eficaces de cambiar los patrones de consumo.
Dichas intervenciones incluyen la eliminación de subsidios al sector ganadero, las subvenciones a alternativas basadas en vegetales, o intervenciones para elevar el precio de la carne y otros productos no sostenibles como un impuesto al carbono.
Al respecto, mediante encuestas y grupos de opinión en 12 países, el estudio afirma que un impuesto a la carne sería aceptado si es visto como de interés público.
"La idea de que medidas como ésta son difíciles de implementar no está justificada. Nuestro estudio muestra que la sociedad espera que los gobiernos lideren la acción en asuntos que son para el bien público", afirmó Laura Wellesley, del Chatam House.
"El estudio también muestra que cualquier reacción negativa por tomar medidas impopulares acabaría en corto plazo si el motivo para la medida está justificado", agregó.
Pese a que ninguno de los autores del informe es vegetariano, Rob Bailey, del Chatham House, afirmó que luego de trabajar en la investigación ha reducido drásticamente su consumo de carne. "Ahora la consumo una vez al mes", indicó.
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