- Hacer buenas películas es mejor que explotar minas de oro. "Hija de la laguna" es un gran negocio y Ernesto Cabellos un gran director.
Por Luis Manuel Claps
Servindi, 11 de agosto, 2015.- Si bien la última película de Guarango es un éxito y ha recibido muy buenos comentarios, algunos se pusieron a transpirar la camiseta buscando argumentos para descalificarla.
Pero los que critican y atacan a la película y sus protagonistas, ¿resisten realmente el debate?
Para empezar, "Hija de la laguna" confirma que el negocio del cine y la realización audiovisual es mucho mejor que el negocio del vil metal.
Las industrias culturales no contaminan, no matan ni reprimen a sus opositores, no generan conflictos sociales y no contratan empresas de seguridad privada para defenderse.
Al contrario, hacen pensar y entretienen. Le gustan a la gente, apelan a los sentimientos y alimentan el alma.
Además, dan mucho trabajo y reparten más equitativamente las ganancias que la gran minería transnacional.
El arte implica la cuidadosa elaboración de la materia prima, no su exportación en bruto a gran escala sin valor agregado.
La producción de documentales y películas de ficción no consume desaforadamente la energía ni genera cantidades abismales de residuos tóxicos.
Su eficiencia no radica en el mayor volumen, sino en la calidad y belleza.
"Hija de la laguna", junto a las instituciones que apoyaron el proyecto, nos han demostrado una vez más que la realización audiovisual con sentido ecológico, revalorización local y defensa de los derechos humanos y el medioambiente pueden ser un gran negocio.
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