Foto: @EGudynas
Por Jonathan Hurtado
Servindi, 8 de agosto, 2015.- Bajo la atenta mirada del gobierno, la marcha que se inició el domingo en la provincia de Zamora Chinchipe no se detiene en su objetivo de llegar a la capital Quito. Participan en ésta organizaciones indígenas, campesinas, gremios de trabajadores, grupos de jóvenes, entre otros.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), organización que a mediados de julio lanzó la convocatoria, planteó los principales puntos por los que consideraron necesario salir a las calles en un recorrido de cientos de kilómetros con destino al Palacio de Carondelet.
Exigen al gobierno la derogación del polémico Decreto 16 del año 2013, cuestionado desde un inicio porque subordinaría a la sociedad civil al control gubernamental, a través de una serie de cambios al Sistema Unificado de Información de las Organizaciones Sociales (SUIOS).
Sobre este punto cabe precisar que hace solo unos días, faltando poco para el paro nacional indefinido convocado por los sindicatos para el 13 de agosto, el presidente Rafael Correa dio un paso atrás.
A través de un decreto ejecutivo modificó la polémica norma, lo que no le valió para ganarse la aprobación de las organizaciones, que, por el contrario, se reafirmaron en su denominado "Levantamiento Indígena y Paro Nacional".
Otra de las críticas fuertes hechas al gobierno tiene que ver con un paquete de 17 propuestas de enmiendas para que lo trate la Asamblea Nacional. Entre ellas figura una sobre reelección indefinida para cargos de mandato popular, lo que incluye el cargo de presidente de la República.
En otros puntos, la marcha busca un cambio en las políticas relacionadas con el medio ambiente.
Según reportes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE), que participa en la marcha, un punto central es el rechazo a la minería a gran escala y especialmente a la empresa china ECSA, a cargo del proyecto Mirador.
Este proyecto es visto como aquel que inaugurará la minería a gran escala en la nación.
La marcha
La movilización que se inició el 2 de agosto y que tiene previsto llegar a Quito el 10, partió de Tundayme, en el corazón de Zamora Chinchipe, sur de Ecuador, en plena selva amazónica.
A fin de cumplir con los plazos establecidos, los marchantes se han movilizado a pie y en algunos tramos en buses. Según reportan medios ecuatorianos, en el trayecto a la capital -tiene que recorrer en total ocho provincias- y dependiendo del lugar es grande o menor el apoyo que se ve a la marcha.
Los incidentes con la policía no faltaron y tuvieron que ver con el bloqueo de los vehículos que los trasladaban.
De acuerdo a La República de Ecuador, a su paso por Saraguro (provincia de Loja), Carlos Pérez, presidente de la Ecuarunari, afirmó que “mientras (Rafael Correa) hace declaraciones de guerra, nosotros hacemos la declaratoria de la paz. No le tenemos miedo a Correa y vamos a llegar a Quito”.
Cabe recordar, como señala el mismo diario, que, con motivo de la marcha, Correa llamó esta semana a los militares y policías a “combatir por la Patria sin esperar recompensa” y enfrentar los intentos desestabilizadores “con las armas de la Ley y la Constitución”.
División
Sobre el grado de participación de las organizaciones indígenas no hay un acuerdo. Mientras que la CONAIE señala que la movilización cuenta con el respaldo de la mayoría de indígenas, pronunciamientos surgidos desde diversos frentes -al parecer, incluso desde sus propias bases- ponen en duda que sea así.
Algo de esto se vio ayer viernes a su llegada a Guamote, en la provincia de Chimborazo, a unos 250 kilómetros de Quito. Allí, un grupo de simpatizantes del gobierno acusó a los que marchaban de "golpistas".
No se trata de un hecho aislado. Desde mucho antes, exdirigentes de la Conaie, como Antonio Vargas, Miguel Lluco y Gilberto Talahua, afirmaron su apoyo al Gobierno.
En Chimborazo, la Confederación de Organizaciones Indígenas y Campesinas de Licto (Coical), a través de su representante, sostuvo que no apoyan la marcha ni el paro convocado para el 13.
Ante este cuadro, tal como informa Ecuavisa, la CONAIE se ha defendido señalando que "el Movimiento Indígena reconoce como únicos aliados históricos a todos los sectores provenientes de las clases populares: trabajadores, estudiantes, maestros y otros gremios que conforman la gran base social popular del Ecuador".
Por lo pronto, no han estado ausentes los incidentes con la prensa, que acusaron agresiones durante la marcha. Al final del viernes la marcha llegó a la ciudad de Riobamba, ubicada a unos 200 kilómetros de la capital ecuatoriana.
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