Por Milton López Tarabochia
- El lunes 3 de febrero una bombarda de carnaval dejó sin fluido eléctrico a 20 distritos de la capital afectando a 500 mil usuarios.
Servindi, 05 de febrero, 2014.- La capital del Perú será sede de la vigésima Conferencia de las Partes (COP 20) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del 1 al 12 de diciembre de 2014. Pero ¿Lima está preparada para acoger al mayor megaevento del mundo sobre cambio climático?
El Perú se ha caracterizado por la ausencia de políticas públicas de planificación. La costumbre -una herencia feudal- es atender los problemas de manera espontánea, “para el momento”. Esta política de lo inmediato también se trasluce en su gestión pública y en la conducta de sus políticos y gobernantes.
Salvo excepciones, la mayoría de sus autoridades diseñan planes de acción superficiales, en los que no se resuelven los problemas de fondo, y solo se colocan parches a la enfermedad.
En una ciudad global -categoría futura con la que algunos especialistas califican a Lima por su rápido crecimiento- la capacidad de organización y gestión debería ir en armonía con el tamaño de la metrópoli.
Sin embargo, el 03 de febrero se cortó el fluído electrico en 20 de los 49 distritos de la capital, afectando a 500 mil usuarios y dejando sin energía a semáforos, hospitales, empresas, dependencias públicas, entre otras instituciones.
El detalle preocupante es que han pasado dos días desde el corte y pese a que ya se restableció el servicio aún no hay una explicación razonable y contundente de las razones que ocasionaron tamaño incidente. La explicación de que una bombarda pirotécnica de carnaval dañó un cable de transmisión no hace sino incrementar el desconcierto.
Además del embotellamiento vehicular, la inseguridad ciudadana, la contaminación citadina, y otros males metropolitanos no auguran una satisfactoria acogida a las masivas delegaciones extranjeras que vendrán a visitarnos.
A pesar que ya se inicia el mes de febrero aún no existe una campaña masiva de publicidad sobre la Cumbre Climática, aún no aparece activo el sitio oficial del evento a cargo del Ministerio del Ambiente y no existe información relacionada en los medios de comunicación ni en las calles.
La organización de la COP 20 por el Gobierno recién se inició de manera tangible este mes, y estos detalles no brindan un clima de confianza. Así lo han advertido diversos diarios como El Comercio, y Perú 21, entre otros.
Cabe destacar que el Minam es uno de los ministerios más jóvenes del país. Creado recién el 2008 apenas cumplirá 6 años. Tiene entre sus pendientes actualizar la Estrategia Nacional de Cambio Climático que existe desde 2003 pero que aún continúa en proceso revisión.
Otro compromiso no satisfecho concierne al dinamismo que debe adquirir la Comisión Nacional de Cambio Climático (CNCC) creada en 1993 y reactivada mediante Decreto Supremo N°006-2009-MINAM cuando se adecuó a las disposiciones normativas que crearon el ministerio del Ambiente.
La vieja costumbre
“¿Caeremos en la vieja costumbre de dejar todo a último momento?” se pregunta Samuel Gleiser, presidente de la Cámara de Comercio de Lima.
Según la Agencia Andina, esta semana una delegación técnica de las Naciones Unidas arribó a Lima para trabajar el proyecto de organización la cumbre climática.
El comité se reunió con el viceministro de Desarrollo Estratégico de Recursos Naturales, Gabriel Quijandría, y el representante residente adjunto del PNUD en el Perú, Didier Trebucq.
La gestión de la COP 20 se llevará de manera conjunta entre el Ministerio del Ambiente (Minam), la Municipalidad Metropolitana de Lima, algunos municipios y entidades estatales.
Se han conformado cuatro equipos, informó el Minam. De organización y logística, negociaciones, comunicaciones y gestión del conocimiento.
Se espera que dichas comisiones estén a la altura de la misión encomendada y adopten las medidas necesarias para responder favorablemente ante la responsabilidad de organizar la cumbre más grande del mundo en materia climática.
Trascendencia
La COP 20 es la Cumbre mundial más importante sobre el cambio climático y suele congregar entre 15 y 20 mil participantes. Para darnos una idea, es casi el doble de los que visitaron Lima durante el Foro de Cooperación Económica Asia – Pacífico (APEC), que alcanzó la cifra de 8,400 visitantes.
El movimiento económico también es considerable. Algunas fuentes calculan que originaría ingresos que oscilarían entre 40 y 45 millones de dólares para el Perú, esto por el consumo en restaurantes, servicios, compras, hoteles, etc.
Vendrán a compartir con los peruanos, presidentes, ministros y empresarios de 194 países. El mundo tendrá sus ojos sobre el Perú, y se espera que el evento contribuya a dar pasos tangibles a favor de una respuesta efectiva a la crisis climática.
Naturalmente, la COP 20 conforma una serie consecutiva de conferencias que se han llevado alrededor del mundo, las cuales planean concertar esfuerzos a favor de un nuevo acuerdo climático vinculante.
La Conferencia de las Partes en el Perú viene a ser el un penúltimo eslabón de la cadena mundial frente a la crisis climática. La siguiente COP 21 se llevará a cabo en París el 2015 y debe cerrarse con un nuevo acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que ocasionan el calentamiento global.
2014: un año de compromisos
El 2014 fue denominado a nivel nacional como Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso Climático a raíz de que Perú fuera nombrado como sede de la COP 20.
Dicha denominación y el haber asignado 175 millones de soles -aproximadamente 62 millones de dólares- como presupuesto para la organización de la COP 20, según declaraciones del Minam, demuestra que el Estado ha reaccionado, aunque tardíamente, a la cumbre.
Pero la Cumbre Climática es un tema que concierne a todos. Es importante que el Estado, la sociedad civil y el sector empresarial trabajen en conjunto por un desarrollo sostenible, y no por un desarrollismo que acabe con el patrimonio y la riqueza cultural-natural a expensas de mantener la fecha del PBI en alza.
“El Perú deberá lograr lo que no se pudo en Varsovia. Diseñar un listado de elementos que deberán estar incluidos en el acuerdo. Para Lima será muy importante el contar con esos parámetros”, señaló Jorge Voto Bernales, embajador de Relaciones Exteriores y representante peruano en la COP 20.
Por otro lado, el presidente Humala se manifestó sobre el tema durante su exposición en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
“Tenemos un déficit industrial y una gestión poco eficiente de nuestra geografía. En este contexto, debemos reflexionar en torno a la posibilidad de crear polos de economía de carácter sostenible y responsable, capaces de crear energías renovables alternativas” afirmó.
Su discurso giró en torno a los tópicos de adaptación climática y reducción de la emisión de sustancias contaminantes.
Un tema serio que pone a prueba nuestra resiliencia y vulnerabilidad
A fines del año pasado el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) publicó el Informe sobre Desarrollo Humano 2013 para el Perú, en la que resalta que el Perú es un ejemplo de crecimiento sostenido que viene desarrollando su economía desde comienzos del siglo XXI.
Sin embargo, esta evolución de la cual se jactan muchos como una prenda del modelo económico- se ve gravemente amenazada por el cambio climático, el cual tiene la capacidad de revertir dicho crecimiento y poner en evidencia nuestras vulnerabilidades.
El Gobierno junto al comité de organización de la COP 20 deben tomar en cuenta esos factores para que la Cumbre sea capaz de reafirmar auténticas bases para el desarrollo sostenible a nivel mundial. Y sobre todo no olvidar que el Perú será uno de los principales afectados por esta crisis planetaria para la cual no estamos debidamente preparados.
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