El 9 de agosto fue un día aciago para los pueblos indígenas del Perú

9 de agosto de 2020: día aciago para los pueblos indígenas del Perú

“Al cumplirse seis meses de la declaración de la emergencia sanitaria mundial, la pandemia de COVID-19 está demostrando que la salud no es una recompensa por el desarrollo, sino la base de la estabilidad social, económica y política”.

Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Panorama sombrío

La población indígena mundial es más de 476 millones de personas. América Latina y el Caribe tiene el 8,5 por ciento del total, una elevada proporción respecto a otras regiones del mundo, pero también con índices de pobreza y extrema pobreza abrumadora.

Solo en América Latina, 44 millones de indígenas enfrentan niveles de pobreza y discriminación, ninguna calidad de acceso a la salud, a la educación, al saneamiento y a otros servicios.

La alta vulnerabilidad hace que el COVID-19 impacte mortalmente en poblaciones enteras, por la mayor proporción de personas en situación de pobreza extrema, reporta la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A seis meses de la emergencia mundial por la pandemia, la Organización Panamericana de la Salud lanzó la alerta sobre el brote sostenido del COVID-19 en las Américas.

Las cifras del 8 de agosto de 2020 muestran que en las últimas 24 horas de ese día se infectaron 156,817 personas y murieron 4,182.

Perú, sin control de la pandemia

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señala que la cuarta parte de la población peruana, casi 6 millones de personas, se autoidentificaron como parte de algún pueblo indígena u originario en el último censo de 2017.

Perú registra 55 pueblos indígenas u originarios, de estos, 51 son originarios de la Amazonía y 4 de los Andes.

También existen pueblos en situación de aislamiento y contacto inicial (PIACI), con altísima vulnerabilidad sanitaria, territorial y cultural, donde el COVID-19 significa prácticamente el riesgo de su exterminio.

Sin embargo, a la fecha el Estado no cuenta con datos de los indígenas infectados y muertos por COVID-19. Además, existe un subregistro que duplica las 'cifras oficiales' del Ministerios de Salud.

Las respuestas de las autoridades sanitarias son tardías e ineficaces mientras que la pandemia se expande fuera de todo control con consecuencias letales en la población más indefensa y vulnerable sin que nadie se haga cargo.

El domingo 9 de agosto , Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha de reflexión sobre la enorme deuda histórica con los pueblos indígenas se convirtió en un día de violencia y muerte para tres indígenas del pueblo Kukama.

Ellos esperaban llamar la atención del gobierno y ocupar la instalación petrolera del Lote 95 para ser atendidos en sus demandas postergadas. Pero las balas policiales segaron las vidas indígenas y dejaron heridas a otras diez.

SOS Mundial de la COICA

La Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) impulsa la campaña mundial ¡Amazonízate! Para llamar la atención del planeta en aras de evitar el exterminio de los pueblos amazónicos por la pandemia, el olvido y la exclusión.

En la cuenca amazónica viven 420 diferentes pueblos indígenas y al menos sesenta pueblos viven en condición de aislamiento.

Estos pueblos indígenas amazónicos representan el 11 por ciento del total de la población de los nueve países de la cuenca amazónica:  Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que se necesitan inicialmente 94.8 millones de dólares para apoyar los esfuerzos críticos de respuesta en los países que más necesitan ayuda hasta setiembre de 2020. A medida que este brote evolucione, es probable que las necesidades aumenten.

Los pueblos indígenas amazónicos son los protectores del bosque tropical más grande e importante del mundo que cubre aproximadamente siete millones de km², el equivalente a 40% del territorio sudamericano.

La cuenca amazónica representa el pulmón del planeta Tierra y gracias a sus servicios ecosistémicos podemos respirar y vivir.

Así como el COVID-19 corroe el pulmón de los infectados y les apaga la vida, si dejamos que mueran nuestros bosques y las comunidades que los cuidan y protegen nuestro mundo también dejará de vivir. Actuemos mientras podamos evitarlo… ¡Amazonízate!  

Fuentes consultadas:

 

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