Por Jorge Agurto
26 de enero, 2016.- Para mí, sin ninguna duda, Verónika Mendoza o simplemente Vero es la candidata que mejor representa los intereses actuales y futuros del pueblo peruano y del país en la contienda política electoral actual que tendrá su primera vuelta el 10 de abril de este año, y para la cual restan pocos meses decisivos. Las razones las expongo a continuación:
Es una propuesta legítima y legitimada
Pese a todas las limitaciones que pueden existir en un equipo joven, con un aparato orgánico poco afianzado y escaso de recursos, el Frente Amplio que postula a Verónika Mendoza ha practicado las elecciones internas en dos oportunidades con todos los riesgos, fallos y errores que este procedimiento puede conllevar.
La práctica de la democracia interna primero para elegir a la candidata entre siete postulantes, y luego para elegir a los candidatos al Congreso de la República, es una práctica política trascedental que marca un antes y un después en el proceder político de las agrupaciones políticas, sean estas de izquierda, centro o derecha.
La democracia interna es el único procedimiento que permite disolver el poder de los caudillos y las camarillas. Por esto ninguno de los partidos de derecha lo ha practicado, porque están enfeudados a intereses poderosos y muy específicos cuyo control no pueden poner en riesgo.
Tampoco lo practican las organizaciones de izquierda que no se renuevan ni en el discurso, ni en los métodos, ni en la propuesta, ni en el liderazgo. Las carcome el espíritu de secta y el interés de las cúpulas que se despierta de su largo dormitar en épocas electorales para ofrecer el lamentable escenario de sus inquinas y pugnas internas.
Por esto el Frente Amplio, de rostros y liderazgos nuevos, si bien no representa a todos los sectores populares o grupos de izquierda, es la opción más viable en curso para afirmarse como una propuesta auténtica, surgida del pueblo, y que ha sido legitimada por procedimientos democráticos de cara a la ciudadanía.
Resolución para enfrentar a la vieja política encallecida en el viejo Perú
El poder alcanzado por el gran poder transnacional que gobierna el Perú se ha visto acrecentado y consolidado durante los últimos gobiernos, que han continuado el modelo económico y político del fujimorismo, cuyas bases se han mantenido intactas en la Constitución Política de la dictadura.
Este poder fáctico que gobierna por encima de los gobiernos fantoches como el de Ollanta Humala se complementa con una poderosa maquinaria mediática que le viene permitiendo colocar más de cinco opciones electorales de derecha como favoritas en las encuestas de opinión.
Este poder mediático hiperconcentrado está diseñado para deslegitimar cualquier propuesta política que pretenda "cambiarle el plan" a aquellos que quieren seguir gobernando para el provecho exclusivo de los mismos grupos empresariales que se han enriquecido a costa de los recursos naturales y el desgobierno en los últimos 25 años.
Este poder es el que sistemáticamente difumina los intereses del pueblo y busca anular cualquier opción políticamente distinta o antisistémica. Por esto considera -a manera de ejemplo- un escándalo incrementar el salario mínimo vital, acusa de "terroristas antimineros" a quienes defienden los recursos y el ambiente, y ven los derechos humanos, como el derecho a la consulta previa, como un estorbo para la inversión y el crecimiento.
Este poder político es el que permite el crecimiento del narcotráfico y convive con él, sin inmutarse ante la configuración inminente de un narco-Estado de consecuencias extremas e imprevisibles para la escasa institucionalidad y frágil gobernabilidad existente.
Se trata de un poder al que no le importa la patria, ni la nación, ni el estado de derecho, ni los derechos humanos. Ha convivido y podría convivir muy bien con los pasivos ambientales, la tala ilegal, la minería ilegal, la corrupción, el sicariato y la delincuencia.
Este viejo poder, que aún domina al Perú, es un poder senil, caduco y maleante al cual Verónika Mendoza ha decidido denunciar y darle cara, sin temor. Esta valerosa resolución para decirlo en voz alta, de manera clara y directa, y llamar a las cosas por su nombre, es un valor político y moral que Verónika asume y debe ser respaldado.
Para ver el vídeo dar clic al siguiente enlace: https://www.facebook.com/veromendozaf/videos/1146709052014783/?theater
El enorme desafío de afirmar un nuevo Perú, justo, moderno, democratico
Coincido plenamente con Hugo Blanco en que ninguna de las opciones políticas propone un cambio radical de modelo o sistema. Pero no creo que este sea el momento ni existan las condiciones para proponer un cambio de sistema y menos por la vía electoral. Cualquier cambio radical y profundo requiere sin duda de un movimiento social más fortalecido y de condiciones revolucionarias que hoy no existen.
Si la derecha bruta y achorada sigue gobernando como hasta ahora, pisoteando el estado democratico de derecho, su propia legalidad y legitimidad, y hace de la democracia una farsa, ella misma contribuirá a agravar la conflictividad y agudizar situaciones que el pueblo no soportará.
El escenario de la lucha actual en el plano electoral también es una lucha auténtica, legítima, necesaria, que tiene sus costos y sus oportunidades que hay que saber sopesar y valorar. En un contexto en que el poder fáctico transnacional hace tabla rasa del estado democrático de derecho y de la escasa institucionalidad democrática urge responder en todos los terrenos posibles.
La derecha cavernaria y neoliberal ha encontrado la forma de subvertir las garantías y derechos constitucionales expidiendo paquetes normativos que se elaboran en bufetes de abogados al servicio del sector privado y que se aprueban de espaldas al propio Congreso de la República.
Se imaginan ¿cuánto de abuso, impunidad, injusticia y pisoteo de los derechos ciudadanos y los intereses nacionales habría de gobernar cinco años Keiko Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski, Alan García, César Acuña, Alejandro Toledo o Julio Guzmán? ¿Alguien cree que alguno de los mencionados será capaz de gobernar sin seguir las orientaciones de la CONFIEP? ¿Puede el pueblo consciente permitir que se desgobierne el país un quinquenio más?
La convocatoria efectuada por Verónika Mendoza para construir una alternativa de gobierno desde el Frente Amplio debe ser valorada como una oportunidad para dar una batalla ideo-política y desmitificar las falacias y dogmas sembradas por la derecha y que a costa de repetición mediática se han vuelto creencias en sectores populares.
La lucha electoral es también la oportunidad para construir y exponer alternativas viables de un plan de gobierno que reafirme la vocación de poder de amplios sectores ciudadanos e incorpore sus perspectivas e intereses que no se ven representados en los programas caducos e insolventes de la derecha.
Todo depende de nosotros, los ciudadanos de a pie
El Nuevo Perú que propone Verónika Mendoza y el Frente Amplio, es la oportunidad histórica que tenemos hoy para afirmar nuestros sueños e ideales por una verdadera democracia, de cara al pueblo de las provincias y los agricultores, las comunidades y los pueblos originarios, los trabajadores y pequeños empresarios.
Aspiramos a un gobierno con identidad que trabaje no a favor de intereses particulares sino que ponga como centro los intereses de la nación peruana, en el que nadie se quede fuera, ni los niños ni los ancianos, ni las mujeres ni los jóvenes, ni los discapacitados ni las personas con habilidades diferentes.
Queremos un gobierno sin complejos que empiece a solucionar nuestros grandes problemas convocando a todos y le dé viabilidad a las enormes potencialidades que posee el Perú.
Solo gente honesta, consecuente y con valores puede emprender este enorme desafío.
Verónika fue elegida en elecciones abiertas y transparentes, no ha rehusado la responsabilidad y se ha puesto a la cabeza con resolución y entereza. Debemos acompañarla en esta enorme lucha que es un deber de todos en favor del país, de las nuevas generaciones y en especial de la Madre Tierra, que merece un gobierno que la reivindique y defienda.
Las encuestas que siempre se equivocan y los medios de la derecha que siempre mienten dicen que Verónika está baja en las encuestas y no tiene muchas posibilidades, Demostremos que cuando el pueblo entiende la situación, comprende lo que está en juego y recibe la señal adecuada sí es posible revertir situaciones límite adversas.
Demostremos a la vieja política nauseabunda que el Perú tiene futuro con otros rostros y con otras propuestas que surgen del Perú profundo.
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