Por Mariano Vázquez
CLATE, 25 de mayo, 2019.- En 1980 el dictador chileno Augusto Pinochet creó las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). El objetivo: que los trabajadores sostengan el modelo neoliberal. Para el especialista en seguridad social Recaredo Gálvez “los ganadores del sistema son el gran capital y los perdedores son los ciudadanos que se están jubilando con migajas”.
¿Por qué la dictadura chilena fue tan elogiada en los circuitos financieros internacionales? Porque fue visionaria en el credo neoliberal. Adoptó la escuela económica de Milton Friedman, conocidos como los Chicago Boys, aún antes de la llegada de los neocon a Estados Unidos y Gran Bretaña.
En enero de 1979 asume el ministerio de Trabajo y Previsión Social, José Piñera, actor principal en el cercenamiento de los derechos laborales y sindicales (muchos de los cuales aún perduran en el país) e inventor del sistema privado de pensiones mediante el Decreto-Ley 3.500, del 13 de noviembre de 1980. Este hombre, clave en la estructura de poder de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es nada menos que el hermano del actual presidente de Chile, Sebastián Piñera.
El sistema de fondos de pensiones pinochetista es una de las herencias más nefastas de la dictadura que convirtió a la seguridad social en un negocio multimillonario para la elite y en una estafa para la ciudadanía. El Decreto-Ley de 1980 disolvió el Instituto de Normalización Previsional (INP) que administraba el fondo común al que cotizaban todos los trabajadores. En el sistema de AFP el aporte es individual.
Esta situación derivó en la organización de un gran frente social contra el sistema de capitalización individual. Su nombre: Coordinadora Nacional de Trabajadores y Trabajadoras por un Sistema de Seguridad Social No + AFP, que ha logrado poner en las calles de todo el país a millones de ciudadanos indignados, convirtiéndose en un fenómeno de masas.
Para el movimiento contra las AFP la capitalización individual es la concepción opuesta a la Seguridad Social ya que, su característica individualista, basada solo en el ahorro personal, genera jubilaciones miserables.
Este espacio, además, ha presentado “una iniciativa popular de ley” que funda un nuevo sistema de pensiones que reemplace al “instaurado en Chile bajo la Dictadura Cívico Militar en 1981 con la dictación del decreto ley 3.500, de 1980”, ya que tras “treinta y ocho años de aplicación de un sistema de ahorro individual forzoso, administrado por sociedades anónimas que lucran de su gestión, los peores temores avizorados desde su instalación se han confirmado” y exige que se cree “un sistema de pensiones con características de reparto, solidario intergeneracional e intrageneracional y de financiamiento tripartito, por parte de trabajadores, empleadores y Estado”. (Ver proyecto completo)
Recaredo Gálvez, investigador Fundación SOL, administrador público y cientista político especializado en seguridad social, dialogó con el portal web de CLATE sobre las AFP.
- ¿Cuál es la situación de los pensionados en Chile, en qué condiciones se están jubilando?
Las 11.437 personas que se jubilaron en el mes de enero de 2019 en la modalidad de vejez (los otras dos son invalidez y sobrevivencia, y se otorga a los 60 años para las mujeres y 65 para los hombres) que administran las AFP recibieron pensiones bastante bajas. La mitad por debajo de los 50.000 pesos (70 dólares). De este grupo, hay poco más de mil que cotizaron en el rango de los 30 a 35 años de aportes y recibieron pensiones que están por debajo del sueldo mínimo chileno, que es de 301.000 pesos (351 dólares). Estos datos contrastan con las utilidades que consiguieron las empresas dueñas de AFP. Si comparamos el primer trimestre de 2019, con el mismo período de 2018, aumentaron en un 100 por ciento sus utilidades. Razón por la cual es tan difícil que este sistema se transforme en Chile, ya que genera beneficios extraordinarios para los grupos económicos del país.
- ¿Cómo se compone ese grupo de empresas que administran AFP?
Observamos al menos 27 grandes grupos económicos, tanto de capitales nacionales como extranjeros, que son los que más se favorecen con el sistema de capitalización individual. Son empresas de servicios que fueron privatizadas, como el sector eléctrico, sanitario, de concesiones de carreteras y que invierten en el ahorro previsional. Un sistema con ganadores y perdedores, los ganadores son el gran capital nacional y extranjero que opera en Chile y los perdedores son aquellas personas que se están jubilando con migajas.
- Existe una propuesta del gobierno para reformar el sistema, ¿en qué consiste?
La propuesta del gobierno mantiene la capitalización individual en el centro del sistema de pensiones y mantiene las AFP. Además, abre la posibilidad de que estas recauden más ingresos a partir del aumento de la tasa de cotización que pasaría de un 10 a un 14 por ciento. Por otro lado, el proyecto de ley del Ejecutivo propone aumentar el gasto público asociado a las pensiones solidarias que son las que se les pagan al 60 por ciento más pobre de la población. Las reformas planteadas por este gobierno impactan al gasto fiscal para seguir sosteniendo el modelo de capitalización, compra un poco de tiempo con esta supuesta reforma que mantiene la estructura y condiciones sobre las cuales se financiarían pensiones bajas.
- La masividad de las protestas del movimiento No + AFP ha impactado a todo Chile y trascendido fronteras, ¿cuáles son sus propuestas?
Es un movimiento que desde hace unos 5 años ha combinado espacios de formación para poder transmitir con claridad cómo funciona el actual sistema y procesos de construcción de propuestas. Gracias a eso existe un proyecto técnico que demuestra la viabilidad de aplicar en Chile un modelo de reparto con un fondo de reserva que mejoraría la situación de las pensiones en el país. El tema es que el debate suele ser político y no técnico y allí el poder de las AFP es muy grande.
- ¿Cuál es el volumen de ganancias de las AFP?
El ahorro que ellos acumulan a partir de las cotizaciones de los trabajadores asciende a un promedio de un 75 por ciento del Producto Bruto Interno chileno (300.000 millones de dólares). Si se suman los activos en compañías de seguro, que también pagan pensiones, llegan a superar el 90 por ciento del PBI. Para colmo, son tan solo seis las AFP. Tres de ellas son compañías de seguro de los Estados Unidos: Metlife, Prudential y Financial Group, clara señal de cómo el capital transnacional y, principalmente estadounidense, tiene un fuerte interés sobre nuestro fondo de pensión y sobre el mantenimiento de la estructura de capitalización individual, puesto que estas tres AFP acumulan el 75 por ciento de todos los ahorros. Las demás empresas son Sura (Colombia) y Assicurazioni Generali (Italia) y una solo es de capitales nacionales y pertenece a una multinacional, que es Sonda.
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