Por Miguel Aragón
22 de junio, 2016.- A los gobernantes de turno, y a sus descendientes, se les acusa de ser "rateros". Incluso el candidato, recientemente elegido presidente, llegó a vociferar “hijo de ratero es ratero también, de tal palo tal astilla”. Y por ahí, últimamente dicen con cierto aire de alivio que, “el Perú se acaba de salvar de convertirse en un narco estado”, ¿será cierto?
Esas denuncias y acusaciones se han convertido en un hábito muy común en nuestro medio, y de tanto escucharlo o leerlo en los medios informativos, la mayoría del común de las gentes lo da por aceptado, y lo repite por repetir.
I
Se dice “Fujimori robó 6,000 millones de dólares”, se denuncia que “Toledo con el dinero robado se compró un departamento de lujo en San Isidro y una residencia en La Molina”, se agrega que “Alan García robó una gran cantidad de dólares, y hasta se compró un departamento de lujo en París”, y últimamente las páginas de los diarios de oposición dedican gran espacio para acusar “Humala y Nadine están robando grandes cantidades”, etc. Pero lo cierto es que, todos esos supuestos ingresos “extras” de los últimos gobernantes, no son resultado del robo como los denuncian, eso no es cierto.
Todos los gobernantes de turno, necesaria e inevitablemente, reciben coimas de las grandes empresas. Reciben pagos “extras”, otorgados por cumplir la función de sumisos y serviles mandaderos de los grupos de poder.
Los grupos de poder económico, que conforman la clase dominante, cada año obtienen y acumulan millones de millones de dólares, como ganancias, producto de la explotación de los trabajadores peruanos.
Los grupos de poder económico, que conforman la clase dominante, cada año obtienen y acumulan millones de millones de dólares, como ganancias, producto de la explotación de los trabajadores peruanos. Su fortuna se sustenta en la acumulación del “trabajo no remunerado” de millones de trabajadores asalariados que viven con sueldos y salarios ajustados al mínimo.
De esa gran cantidad de capitales acumulados, los grandes propietarios les entregan “las sobras”, “las migajas”, a sus serviciales funcionarios de turno. Es decir, la propia clase dominante corrompe a sus funcionarios, y después…., los denuncian como “corruptos”, y los entregan al circo de las acusaciones, para que el pueblo desfogue en ellos, una parte de sus frustraciones sociales.
¿Con que objetivo corrompen a sus funcionarios?
Los grupos de poder económico, que, a la vez, son los que controlan los medios informativos, impulsan esas campañas de denuncias contra la corrupción, con el premeditado objetivo de encubrir las millonarias ganancias que ellos obtienen al explotar a los trabajadores.
II
La corrupción tiene varios aspectos. Un aspecto es el ético y moral, que es el que más se comenta y más se denuncia (revisar páginas del “sacro santo” diario El Comercio). El otro aspecto de la corrupción es el aspecto económico y social, que es el más importante, pero que se encubre, y sobre el cual casi nunca se comenta.
La corrupción en el Perú republicano no comenzó “recién hace 25 años”, como se viene pregonando a todo pulmón. La corrupción tiene hondas raíces en el pasado, tanto en el país, como en el mundo entero. No es ninguna novedad.
Como ejemplo de lo ocurrido en el mundo, basta con revisar las páginas de esa gran leyenda del pueblo judío, escrita en la Biblia. Ahí podemos encontrar numerosas denuncias por corrupción.
Y en el Perú republicano, próximo a cumplir doscientos años, podemos encontrar gran número de denuncias, por el mismo motivo, en las páginas de la monumental Historia de la República escrita por Jorge Basadre, donde destacan, en primer lugar, las denuncias de la corrupción que apestaba a guano y salitre. Igualmente, en las beligerantes Páginas Libres y Horas de Lucha de Manuel González Prada. “El Perú es un organismo enfermo, donde pones el dedo salta la pus”, era una de las expresiones más condenatorias del escritor radical. Entonces ¿dónde está la novedad?
Gráfico del blog de JM Álvarez
La corrupción es una consecuencia directa de la competencia comercial, y la competencia es un componente inevitable en las relaciones de mercado, sean en una “economía de libre mercado”, como en una “economía social de mercado”, los dos modelos alternativos aplicados por el capitalismo, e incluso también es un componente en una “economía mercantil planificada” como se viene aplicando en los inicios de la construcción del socialismo.
La competencia entre productores surge con el desarrollo de la economía mercantil, y ésta, a su vez, surge con la formación de la propiedad privada sobre los medios de producción.
Si la historia de la humanidad, según las últimas investigaciones arqueológicas y antropológicas, tiene más de un millón quinientos mil años de existencia, la propiedad privada sobre los medios de producción no tiene más de cinco mil años, es decir es una característica relativamente “nueva” en la historia de la humanidad. Por lo mismo, la corrupción también es algo “nuevo” en el desarrollo de nuestra especie.
Resulta completamente falsa la teoría fatalista que afirma que “la corrupción es inherente al ser humano”. La historia niega por completo esa absurda teoría. Durante más del 99.5 % de toda la historia de la humanidad, no ha existido propiedad privada sobre los medios de producción, y por lo tanto no han existido relaciones mercantiles, ni tampoco ha existido corrupción.
Resulta completamente falsa la teoría fatalista que afirma que “la corrupción es inherente al ser humano”. La historia niega por completo esa absurda teoría. Durante más del 99.5 % de toda la historia de la humanidad, no ha existido propiedad privada sobre los medios de producción, y por lo tanto no han existido relaciones mercantiles, ni tampoco ha existido corrupción.
Lo que si es cierto, es que mientras exista propiedad privada sobre los medios de producción, necesariamente existirá competencia comercial; y mientras exista competencia necesariamente existirá corrupción. Así ha sido durante las pasadas épocas del esclavismo y del feudalismo, y así es en la presente época de coexistencia del capitalismo agonizante con el socialismo naciente. Con el desarrollo del capitalismo a su fase de capitalismo monopolista, la corrupción se ha desbordado hasta llegar a sus máximas expresiones.
Y ahora, somos testigos presenciales que, durante la fase inicial del socialismo, próxima a cumplir cien años de experimentación, la corrupción heredada del capitalismo todavía no desaparece, y seguirá subsistiendo mientras subsistan las relaciones de mercado, así sean relaciones propias de una “economía mercantil planificada”.
En el mundo actual, la competencia libre y legal, que es reconocida por todas las constituciones, y códigos comerciales modernos, se complementa con la competencia ilegal, tanto en los países capitalistas, como en los pocos países que han iniciado la construcción del socialismo.
Reitero, la corrupción es una característica relativamente nueva y temporal en el desarrollo de la humanidad. Y así como en algún tiempo del pasado la corrupción surgió y se desarrolló; podemos estar seguros, que, de igual manera, en el futuro necesariamente se extinguirá, junto con la competencia y la propiedad privada sobre los medios de producción. Para llegar a esa etapa de desarrollo de la humanidad, todavía faltan muchas décadas por delante, e incluso varios siglos de lucha perseverante.
Frase de Iñaki Gil de San Vicente en el artículo "La corrupción es necesaria". Fuente: Canarias Semanal
III
La producción de hoja de coca, así como el procesamiento y exportación de pasta básica de cocaína, comenzó a incrementarse desde los inicios de la década de 1980, durante el segundo periodo gubernamental de Belaunde, y al amparo de la recién aprobada Constitución de 1979. Desde entonces, todos los grupos políticos burgueses (todos sin excepción) que se han alternado como "gobiernos de turno", han protegido y se han beneficiado de ese lucrativo negocio.
Con el transcurrir del tiempo, el valor de la exportación de pasta básica de cocaína se ha elevado hasta convertirse en el tercer producto de exportación del país, después del cobre y del oro.
A la vez, la exportación de pasta básica de cocaína se ha convertido en la tercera fuente de ingresos de dólares, y es uno de los principales componentes de las reservas de divisas del país, que sirven de respaldo a la moneda nacional, y permite mantener relativamente bajo y estable el precio del dólar en el mercado interno. Adicionalmente, la acrecentada producción de hoja de coca está sirviendo para amortiguar parcialmente el gran problema del desempleo en las zonas de la ceja de selva, donde varios cientos de miles de campesinos se dedican a su producción.
La gran red de oficinas bancarias instaladas en todas las ciudades medianas y pequeñas, ubicados a lo largo de la Carretera Marginal de la Selva, y en el VRAEM, principalmente del Banco de Crédito del Perú, son los canales a través de los cuales circulan y se “blanquean” los ingresos del narcotráfico.
Actualmente, toda la población se beneficia, de manera indirecta, del ingreso de dólares provenientes del narcotráfico, porque ese ingreso “extra” de divisas sirve para regular los precios de los productos importados. Entre ellos y en primer lugar el precio de la harina de trigo, con la cual se produce el pan diario. Si todavía podemos comprar "seis panes por un sol" (precio al cual yo lo compro en una panadería de Surquillo), es porque el pan está subsidiado por los ingresos de dólares del narcotráfico.
El libro de Alfonso Quiroz es una fantástica contribución al estudio de la corrupción en el Perú
IV
El estado peruano (...) comenzó a asumir las características de un narco estado desde comienzos de la década de 1980 (en el gobierno democrático burgués de Belaunde, PPK y Vargas Llosa), y ese carácter de narco estado se fue acrecentado en los siguientes gobiernos, sin excepción.
El estado peruano, estado de clase, sin dejar de ser un estado feudal burgués, comenzó a asumir las características de un narco estado desde comienzos de la década de 1980 (en el gobierno democrático burgués de Belaunde, PPK y Vargas Llosa), y ese carácter de narco estado se fue acrecentado en los siguientes gobiernos, sin excepción. Entonces ¿dónde están la novedad y la diferencia?
Desde 1980 en adelante, cada cierto tiempo se anuncia la captura de alguna banda de narco traficantes, entre otros, recordemos los nombres de “el padrino” Rodríguez, “vaticano” Peña Herrera, Fernando “Aero continente” Zevallos, y otros más. Pero cada vez que prospera y se ejecuta alguna de estas capturas, el narcotráfico, lejos de debilitarse, se fortalece más y más. Y es natural, porque cada vez que es denunciada y cae una de esas bandas, es por el ascenso de otro grupo rival mucho más fuerte. Si ahora último han denunciado al congresista Joaquín Ramírez por sus ingresos producto del narcotráfico, posiblemente sea porque otro grupo mucho más fuerte ya lo está desplazando y ocupando su lugar en el mercado del narcotráfico.
En el Perú actual, la lucha principal no es de "los buenos" (nosotros) contra "los malos" (ellos); tampoco es de los "honestos" (nosotros) contra las “mafias” y "deshonestos" (ellos). Digámoslo claro, para que no se preste a confusiones: La lucha principal es una lucha social.
La lucha principal es una lucha del pueblo (nosotros), contra la clase dominante (ellos). Entonces, para entendernos, asumamos una posición definida, y no nos dejemos manipular por las hipócritas campañas "anticorrupción" promovidas y dirigidas por los corruptos directivos del diario El Comercio, vocero principal de la cúpula de la CONFIEP.
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