Por Jorge Ovelleiro
ÚltimoCero, 19 de noviembre, 2019.- Con el trasfondo de las movilizaciones de Fridays For Future y de las próximas cumbre y contracumbre sobre cambio climático de Madrid, representante de Ecologistas en Acción y exconcejal de Izquierda Unida, Javier Gutiérrez, ha ofrecido una conferencia bajo el título “Cambio climático. Regulación internacional y nuevos actores sociales”.
Presentada por Miguel Ángel Ceballos, también de Ecologistas, ha intervenido en el Ateneo Republicano asegurando que hay “límites evidentes” a la llamada “economía verde que se quiere poner en marcha”, apuntando a una “batalla político cultural en cuanto al modelo de crecimiento” y advirtiendo de que “si no añadimos comportamientos diferentes esto no tendrá salida”.
Centrándose en la segunda parte del título de la charla, los “nuevos fenómenos sociales entorno al cambio climático”, destacó que la “buena ciencia” se está posicionando a favor de que “los problemas son crecientes”, como demuestra el último informe firmado por más de 1000 científicos de todo mundo. Aunque mientras tanto “el problema no se resuelve” y “como los efectos no son inmediatos hay una tendencia a la inercia”.
Se refirió también a los nuevos movimientos internacionales como los Friday For Future o el que considera “más consistente” Extintion Rebelion que “tiene entre sus bases la desobediencia civil y pacífica”.
Rememoró la movilización internacional del pasado septiembre, que “no fue huelga ni fue general” con la que Ecologistas en Acción colaboró “en lo que nos dejaron”, destacando que estos movimientos “inciden en los comportamientos personales” entorno a lo que “se pueden dar batallas político culturales importantísimas”.
Puso el ejemplo de la futura cumbre climática de Madrid para la que se está buscando la manera de que acuda la joven Greta Thunberg, que se niega a tomar aviones por su huella ecológica siendo el “método más contaminante por persona”, algo que contrasta con otras prácticas “como puede ser que el presidente del Gobierno que la invita se haya pasado la campaña subido al avión, hasta tres veces diarias”.
Apunta también a una “batalla político cultural también en cuanto al modelo de crecimiento”. Siguiendo con en el ejemplo de los aviones, cuestionó cómo pueden ser posibles tasas de crecimiento de pasajeros aéreos de hasta el doble de los actuales, mientras bajan otros transportes: “El modelo de movilidad con el que se trabaja no es el correcto, no es el que va a permitir acabar con estas previsiones”.
Anunció que desde Ecologistas en Acción han preparado para finales de este mes un encuentro para debatir sobre la sostenibilidad del vehículo eléctrico ya que “quizás estamos haciendo castillos en el aire”, algo que ya pusieron de manifiesto la pasada primavera durante las anteriores campañas electorales.
En este sentido, aseguró que “hay límites evidentes a esa economía verde que se quiere poner en marcha” ya que “si no añadimos comportamientos diferentes esto no tendrá salida”, abarcando lo empresarial, institucional y personal, valorando la economía circular frente a la tradicional, pero apuntando que no basta con reciclar.
Pegándose a la actualidad, denunció la “insuficiencia de las medidas adoptadas” en comparación con la “gran cantidad” de informes científicos de distintos ámbitos sobre los efectos asociados al cambio climático siendo “todos ellos son ya demoledores”.
“En Occidente llama más a la acción inmediata que nos empiecen a ocurrir fenómenos meteorológicos extremos con efecto en la vida”, afirmó el representante de Ecologistas en Acción. Durante su razonada alocución, expuso varios estudios de “hace ya algunos años” como el que afirmaba que “7 millones de personas que aceleran su muerte asociado a la mala calidad del aire” o los datos de una empresa internacional “puntera” en el mercado de los seguros que “lleva 10 años haciendo informes” asegurando que la cobertura de estos fenómenos en el futuro será “inasumible”.
Hablando sobre la “regulación internacional”, hizo historia para contextualizar cuando se empezó a hablar de cambio climático, remontándose a los años 70 con el famoso informe del Club de Roma que advertía que “de seguir el modelo de crecimiento exponencial íbamos directos a la catástrofe” pues “no se puede pensar en un crecimiento exponencial cuando la Tierra es finita”. Algo que según Gutiérrez produjo “ronchas en bastantes pensamientos”, incluida la izquierda.
Siguió su relato con la llegada de cumbres de la Tierra o algunos acuerdos internacionales que concluyeron que “de todas las agresiones sobre el planeta, la más agresiva iba a ser el cambio climático”, alcanzando el llamado acuerdo de Montreal, encabezado “curiosamente” por los Estados Unidos, para frenar el deterioro de la capa de ozono por efecto de los llamados CFC mediante la técnica del “palo y zanahoria”, prohibiendo su producción y dando incentivos a países subdesarrollados como destino de los gases.
“El protocolo de Kioto no se cumplió ni de lejos”, aseguró respecto al siguiente pacto internacional para intentar reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que EEUU ni llegó a ratificar, y tenía como objetivo reducir el 6% de emisiones de CO2 en todo el mundo en 2012. Criticó, entre otros aspectos, que solo afectara a un grupo de países quedando el resto “en excepción”.
El último acuerdo ha sido el firmado en 2015 en París, fijándose en este caso en vez de en las emisiones, en los planes que presenta cada país a los técnicos expertos de las Naciones Unidas para acabar con el calentamiento global.
Finalmente, se fijó que en 2030 la temperatura no podía aumentar más de 2º, aunque este grupo de expertos llamado Panel Intergubernamental Contra el Cambio Climático señalaba que el 1, 5º sería ya “muy problemático”, un objetivo que a día de hoy se considera “una locura”.
Ofreció algunos datos que apuntan a que este objetivo, aun siendo insuficiente, no se logrará, como las declaraciones del secretario general de Naciones Unidas apuntando que de seguir los planes que hasta ahora han presentado los países no se van a disminuir las toneladas de CO2 equivalente y se incrementarán en un 16% para 2030 las emisiones de gases efecto invernadero a la atmósfera.
Resaltó también la gravedad de haber sobrepasado ya la “cifra totémica” de 400 partes por millón de CO2 que se colocan en la atmósfera.
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