Desde la moral aprendida y en formación es que también podemos afirmar que la consciencia popular sobre la percepción negativa de la moral, puede cambiar.
La moral en el Perú
Por Antonio Peña Jumpa*
15 de mayo,2023.- ¿Qué es la moral? ¿Qué es la moral en un país como el Perú? Son preguntas muy difíciles de absolver, sobre todo por la cantidad enorme de casos de corrupción, de casos de sicariato y crimen organizado, como por las distintas formas de abusos y apropiación (ilícita o lícitas) sobre bienes y servicios que personas realizan aprovechando la imperfección legal del país.
Así, los casos de corrupción irrumpen contra el sistema jurídico del país, configurando la violación de distintos tipos legales, civiles o penales, pero contradiciéndose en la moral popular como aceptables. “Aquella persona roba, pero hace obras”, es una expresión que se sigue en distintas regiones del país, y en la capital, al suponer que una autoridad o un político tiene permitido apropiarse de parte de los recursos o el presupuesto de su entidad, pero siempre que haga obras destacables a favor de su comunidad.
Solo los casos escandalosos, aquellos que son exagerados porque al apropiarse de parte de los recursos o del presupuesto se afecta directamente a alguna persona o grupos de personas, son los que estallan y son perseguidos judicialmente. Pero, en la mayoría de los casos, el propio sistema procesal utilizado por las y los abogados para asesorar y liberar a las personas involucradas en los casos de corrupción hace que se “legitime” esa expresión popular.
El sicariato como el crimen organizado son una derivación de la enorme cantidad de casos de corrupción que vive el país
Los casos de sicariato y crimen organizado están, de otro lado, en las noticias diarias superando hoy los casos de corrupción. Es que, en muchos casos, ambos están conectados. El sicariato como el crimen organizado son una derivación de la enorme cantidad de casos de corrupción que vive el país. El sicariato es un oficio de muchos jóvenes que no han tenido otra orientación de su entorno o que habiéndolo tenido su necesidad los ha encaminado a integrarse a ese macabro oficio. “Matar por dinero”, y en unos casos por unos cuantos soles (500 soles o 120 dólares, puede costar una vida), es una actividad inaceptable por quienes respetamos la vida. El crimen organizado se consolida por este oficio. El narcotráfico, la minería ilegal, la trata ilegal de personas, la prostitución, la tala y el tráfico ilegal de madera, los préstamos con extorsión, entre otros, son ejemplos de actividades criminales que se reproducen amparados en el sicariato.
Pero, frente a estos dos tipos de actividades “ilegales” ocurre otro que siendo “legal” se desarrolla como los primeros contribuyendo a configurar una moral cuestionable en el país. Los casos de abusos y apropiación (ilícitas o lícitas) de bienes o servicios son estas actividades “legales” que terminan configurando una moral compleja en el país. “Toda persona tiene que aprovecharse de la situación, sino deja de ser persona” es el símil de la expresión “LA PERSONA CUANTO MÁS VIVA O DESPIERTA, MEJOR”. Esto significa que, si se te presenta la ocasión, tienes que aprovecharla. Así, si se presenta la oportunidad de evadir o eludir el pago de tributos, o si se puede pagar a una persona para que acelere el trámite de un pedido, o si se tiene la oportunidad de vender a tres veces el valor de un bien porque pasó a ser escaso, o si se puede mentir o pagar una comisión para favorecerse en la elección o designación de un cargo o la adjudicación de una obra o servicio, se tiene que aprovechar. En el sentido popular, la persona que no aprovecha esta oportunidad es TONTA o LOCA.
Frente a estos ejemplos es difícil tener una definición positiva de moral. La moral es compleja, es cuestionable o, sencillamente, la moral en la práctica de las personas se percibe como un hacer o no hacer malo, oportunista y negativo.
La moral, hoy en un país como el Perú, simplemente carece de valores. En los tres grupos de ejemplos, de las personas vinculadas a los casos de corrupción, a los casos de sicariato y crimen organizado y de las personas “vivas”, no se tienen valores, o los valores subyacentes son negativos.
¿Qué hacer?
Frente a los hechos planteados, es muy difícil tener una definición de moral. O, mejor dicho, es difícil tener una definición positiva de moral.
Más aún, en un país como el Perú, la moral es relativa teniendo en cuenta la diversidad cultural del país, pero más aún lo es por su particular sentido práctico U OPORTUNISTA que predomina en la percepción de la conciencia popular.
Para acercar una definición, más allá de que fuera cuestionable, cabría acudir a los casos específicos de cómo se obtiene la moral. Entonces, habría que preguntarnos cada uno de los peruanos cómo obtuvimos lo que entendemos como moral y de allí obtener el concepto de moral.
Partiendo del caso particular de una persona como quien escribe, podemos decir que la moral se formó en el hogar, en la familia, con el aporte de Mamá o Papá especialmente, y se desarrolló en el barrio, en la escuela y el colegio, y se siguió desarrollando en la universidad o en nuestros centros de estudios superiores.
Si tuvimos oportunidad de viajar por estudios a otras regiones del país y fuera del país, la moral se siguió desarrollando en la diversidad de estos lugares diferentes y los centros de estudios extranjeros. Finalmente, la moral se sigue desarrollando, y, especialmente, se pone en práctica, en nuestro centro laboral y en el nuevo hogar que constituimos con nuestra pareja o matrimonio y nuestros hijos.
Bajo esta experiencia podemos afirmar que existe un concepto de moral en países como Perú. La moral es un hacer y no hacer que envuelve a la familia y la comunidad, y que se desarrolla desde la niñez y no termina hasta que una persona y su entorno desaparecen. La moral vive en esta formación; es un aprender constante. Los valores como EL NO MENTIR, EL RESPETAR LA VIDA DEL PRÓJIMO o EL NO APROVECHARSE DE LA SITUACIÓN HACIENDO DAÑO A OTRA PERSONA O A LA COMUNIDAD se encuentran en esta formación. Desde esta moral y sus valores es que podemos analizar los casos de corrupción, las actividades del sicariato y del crimen organizado, y los casos de abuso o apropiación lícita o ilícita de bienes o servicios, en el actuar de ciertas personas y juzgar este actuar como contrario o negativo.
Desde la moral aprendida y en formación es que también podemos afirmar que la consciencia popular sobre la percepción negativa de la moral, puede cambiar. Pero, ¿Cómo? Es una gran tarea: con el actuar diario (que pase a ser dominante) de quienes compartimos aquella moral aprendida y en constante formación.
(escrito el 13 y 15 de mayo de 2024).
* Antonio Peña Jumpa es profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Abogado, Magister en Ciencias Sociales y PhD in Laws. El autor agradece la conversación sobre el tema con Carlo Peña Campos el día 13-05-2024.
SOBRE EL COLUMNISTA
Antonio Peña Jumpa
Profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Abogado, Magister en Ciencias Sociales y PhD in Laws.
Comentarios (2)
La moral en el Peru se ha devaluado tanto que no hay posibilidad de retorno. Las/los políticos han sido los ejemplos de inmoralidad que se ha extendido en el país. Ellas/ellos son hijos del capitalismo ramplón y han extendido esa moral ramplona a la sociedad entera. Es muy triste no poder confiar en la gente.
En la cuna del capitalismo, se puede confiar en la mayoría de sus habitantes, aunque también existen ratones de cloaka.
La moral en la sociedad peruana está muy debilitada, en todo sentido, hasta los miembros de las organizaciones castrense, que deben ser los peruanos de una moral fuerte, indestructible, hasta ellos están desmoralizados por tanta corrupción vivida a diario, qué podemos esperar del peruano común? Es urgente mejorar la MORAL de los ciudadanos, y las autoridades hacen nada para ello, no perdamos las esperanzas de tener un país mejor pero eso sucederá si nosotros nos involucramos en las soluciones y dejemos de ser simples espectadores del evento artístico, contribuyamos con un granito de arena en ideas, intenciones, posibles soluciones, etc y quizás nuestros nietos o bisnietos tengan un Perú con una sociedad de alta MORAL!