Por ONAMIAP
14 de agosto, 2018.- Los pueblos indígenas representamos una gran diversidad en el mundo, ya que según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), somos más de 5 mil grupos distintos en 90 países que hablamos más de 7000 idiomas originarios. En Perú, existimos más de 55 pueblos indígenas (según Cepal somos 80) que hablamos 48 idiomas indígenas y poseemos el 49,6% del territorio nacional, donde resguardamos la biodiversidad, los bosques, los ríos y protegemos nuestras culturas milenarias.
Sin embargo, actualmente los pueblos indígenas, y en particular las mujeres indígenas, nos encontramos entre las poblaciones más desfavorecidas debido a que no se nos reconoce como sujetos de derechos y somos invisibles para un Estado que no tiene presencia en nuestras comunidades y que no tiene en cuenta nuestros aportes a la hora de elaborar políticas públicas.
Además, se ha profundizado el sistema neoliberal extractivista en el país, con sucesivos paquetes de normas que vulneran nuestros derechos colectivos, específicamente los territoriales, y que criminalizan nuestras luchas por la defensa de la Madre Tierra. Ello se hace evidente cuando muchas empresas pueden obtener derechos sobre la tierra en menos de un año, mientras que para los pueblos indígenas el mismo proceso puede demorar hasta 25 años.
Por otro lado, la situación para las mujeres en general, y en particular de las mujeres indígenas, se agrava a causa de los fundamentalismos religiosos y políticos que se oponen al enfoque de género que no es otra cosa que garantizar la igualdad de los derechos entre los varones y las mujeres.
A pesar de este contexto adverso, las mujeres indígenas andinas y amazónicas continuamos luchando para lograr el pleno ejercicio de nuestros derechos individuales y colectivos. Prueba de ello es el arduo trabajo que estamos realizando en las diferentes comunidades nativas y campesinas para fortalecer nuestras capacidades en temas como gobernanza territorial, gestión forestal, derechos y participación política.
En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, ratificamos que los pueblos y las mujeres indígenas seguimos resistiendo ante un modelo extractivista que solo busca despojarnos de nuestros territorios. Nosotros y nosotras tenemos mucho que aportar a la construcción de una sociedad justa, en armonía con la Madre Tierra para avanzar hacia la Vida Plena y el Buen Vivir.
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