Resistencia de Cañaverales contra la falta de consulta

Asamblea del Consejo Comunitario de Cañaverales. Foto: Periferia Prensa Asamblea del Consejo Comunitario de Cañaverales. Foto: Periferia Prensa

Desde 2018, la comunidad afrodescendiente de Cañaverales resiste las operaciones mineras de carbón de la empresa de capital turco Best Coal Company (BCC). Para ello, han creado un Consejo Comunitario, estudian los impactos socioambientales y abogan por la Consulta Libre, Previa e Informada. La explotación de 12 millones de toneladas de carbón contaminaría la Reserva Forestal Protectora El Manantial, afectaría la vocación agrícola de la comunidad y, contaminaría las aguas subterráneas que abastecen el consumo humano y las actividades productivas.

Socavando el derecho a la consulta en La Guajira: las luchas y resistencias de Los Negros de Cañaverales

Por Daniela Saffie Budnik*

La tierra no debería dividirse en mitades.
Somos habitantes del bosque, y si lo dividimos,
sabemos que moriremos con él.
Prefiero que los blancos hablen de naturaleza
o de la ecología en su totalidad. 
Si defendemos el bosque como un todo, permanecerá vivo.

Davi Kopenawa – A Queda do Ceu

Debates Indígenas, 8 de agosto, 2024.- La Guajira abarca una superficie de 20.848 kilómetros cuadrados y se ubica en el extremo norte de Colombia, en la costa del Mar Caribe y el límite con Venezuela. El departamento cuenta con una población de 965.718 habitantes, de los cuales una gran proporción pertenece a grupos étnicos: el 44,82% son indígenas wayuu, wiwa, kogui y arhuacos; la población negra, mulata o afrocolombiana constituye el 6,84%; y los raizales representan el 0,01%. Asimismo, la población es mayoritariamente rural con cerca del 51,01%.

Los gobiernos colombianos han caracterizado a La Guajira como un área estratégica para la extracción de recursos. Mientras el capital extranjero se apropia de los territorios, recursos y poblaciones de modo violento, el Estado controla los conflictos y les allana el camino a los intereses de las empresas. El deseo de las corporaciones de “tierras limpias” opera bajo la lógica de limpieza social y racial del territorio para ofrecerlo a los intereses del mercado. Esta dominación colonial y racista funciona de manera interseccional.

La comunidad afrodescendiente de Cañaverales se ubica en la zona rural del municipio de San Juan del Cesar, hacia las estribaciones de la Serranía del Perijá. El presidente del Consejo Comunitario los Negros de Cañaverales, Oscar Gámez, explica que inicialmente la región fue habitada por productores agrícolas dedicados a la producción de caña de azúcar. Actualmente, ya han diversificado su producción, incluyendo ganadería, cría de cerdos, elaboración de queso, cultivo de algodón, yuca, plátano, maíz y tomate.


El Consejo Comunitario Los Negros de Cañaverales comparte sus propuestas de cuidado del territorio con la Dirección de Asuntos de Comunidades Afrocolombianas, Negras, Raizales y Palenqueras. Foto: Víctor Hugo Moreno Mina

La resistencia a la minería del carbón

Desde 2009, los Negros de Cañaverales se han opuesto a la explotación de 12 millones de toneladas de carbón, principalmente para prevenir la contaminación de la reserva forestal El Manantial y la pérdida de su vocación agrícola. Las comunidades étnicas afrodescendientes han sido históricamente afectadas por la minería del carbón: más allá de la salubridad, a la larga termina impactando en la convivencia comunitaria.

El sociólogo Juan Federico Giraldo Salazar explica que en Cañaverales está emergiendo un debate sobre dos modelos territoriales que se superponen y se posicionan como incompatibles: la agricultura y la minería a gran escala. Por lo tanto, se está construyendo una disputa sobre territorialidades. Desde Brasil, los investigadores Denise de Castro Pereira, Luzia Costa Becker y Raquel Oliveira Wildhagen sostienen que los conflictos entre la actividad minera y las poblaciones son difíciles de resolver debido a los “usos diferenciados para el mismo territorio”.

Este tipo de explotación, en lugar de promover el desarrollo económico y social, genera impactos sociales y ambientales negativos cuyas dimensiones son mayores que las posibles ventajas de su explotación.

En este contexto, uno de los temas planteados por la comunidad es sobre las ganancias o beneficios que la explotación de recursos minerales podría traer a las comunidades locales donde se establecerán estos proyectos. El Consejo Comunitario de Cañaverales afirma que este tipo de proyectos, en lugar de promover el desarrollo económico y social, genera impactos sociales y ambientales negativos cuyas dimensiones son mayores que las posibles ventajas de su explotación.

Ante la materialización del proyecto minero, alrededor de 2010 la comunidad de Cañaverales comenzó un proceso de organización comunitaria. Cuatro años más tarde, redactaron su estatuto y establecieron la junta directiva, la cual fue reconocida por el municipio de San Juan del Cesar como el Consejo Comunitario Los Negros de Cañaverales. Uno de los objetivos de esta organización es implementar procesos autónomos de defensa territorial ante la posibilidad de que se establezca una mina de carbón en el territorio.


El presidente del Consejo Comunitario los Negros de Cañaverales, Oscar Gámez, es una de las caras visibles de la lucha de Cañaverales. Foto: Daniela Saffie Budnik

El impacto en el agua potable y el bosque tropical

La periodista Maria Fernanda Padilha explica que el proyecto de explotación de carbón de la empresa turca Best Coal Company (BCC) afectaría las aguas y especies de la zona, de acuerdo con el estudio de impacto ambiental provisional presentado por la compañía. Mientras este tema ha cobrado relevancia en el territorio, la comunidad de Cañaverales y la empresa se preparan para retomar la Consulta Libre, Previa e Informada ordenada por el juez en Riohacha.

La BCC reconoció algunos de los impactos de la posible extracción de carbón: la alteración de la dinámica de los cauces de agua, la reducción de los bosques tropicales y el aumento poblacional por la llegada de trabajadores de otras regiones del país. Sin embargo, el Consejo Comunitario de Los Negros de Cañaverales insiste en que la información sobre las posibles consecuencias del proyecto es insuficiente y que la empresa se niega a proporcionar datos adicionales.

La explotación del carbón afectará el comportamiento de las masas de agua y podría llevar a una reducción del agua subterránea disponible, especialmente durante los períodos de sequía.

Entre las principales preocupaciones expresadas por los líderes del Consejo Comunitario de Los Negros de Cañaverales se encuentra el impacto que la extracción de carbón podría tener en la Reserva Forestal Protectora El Manantial: un ecosistema de bosque seco tropical, con presencia de un afloramiento de aguas subterráneas que abastecen el consumo humano y el desarrollo de sus actividades productivas. Según los residentes, el uso del agua para la minería generaría un impacto en la agricultura de subsistencia: la actividad que mantiene “la vida” en el territorio. 

El geólogo de Terrae Corporation Miguel Cáceres explica que la explotación del carbón afectará el comportamiento de las masas de agua y podría llevar a una reducción del agua subterránea disponible, especialmente durante los períodos de sequía. “Aunque se observa que los ríos tienen aguas superficiales durante todo el año, casi todos tienen aportes de agua subterránea. Esto les permite tener agua durante los períodos secos”, argumenta Cáceres. A esto se suma que la minería a cielo abierto contamina el aire con partículas de polvo, tanto por la explotación directa de la mina como del transporte del carbón en camiones pesados.


El área solicitada por la minera Best Coal Company (BCC) comprende 975,7 hectáreas en las que se encuentra la reserva del Manantial de Cañaverales. Foto: Comunidad de Cañaverales

El polvo de la minería de carbón

Por su parte, Best Coal Company asegura que el polvo generado por la mina estaría por debajo de los límites establecidos por la ley. Sin embargo, no aclaró si estos límites son los establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o por el Ministerio de Salud de Colombia. Si bien esto puede parecer un mero detalle, en verdad no lo es, ya que las regulaciones de la legislación colombiana son más flexibles que los parámetros internacionales.

En cuanto a la contaminación del aire que podría causar la explotación, Miguel Cáceres explica que durante la extracción de carbón no sólo se dispersan en el aire partículas como las incluidas en el estudio (técnicamente, llamadas PM10 y PM2.5), sino que también se pueden liberar otros elementos potencialmente peligrosos para la salud, como el cadmio, el selenio, el arsénico y el plomo.

“El polvo de carbón es perjudicial para los pulmones. Es similar a cocinar frecuentemente con leña y puede llevar a enfermedades como el cáncer y problemas en los ojos y la piel”, advierte el investigador de Indepaz Leonardo González.

El informe ¿Qué es una casa sin comida? El auge de la minería del carbón y los reasentamientos en Mozambique, de Human Rights Watch, enfatiza que la minería del carbón es una de las formas más degradantes, tanto ambiental como socialmente, de extracción de recursos naturales. La organización de derechos humanos advierte que esta forma de minería libera gases como el metano y el dióxido de carbono en la atmósfera, que son perjudiciales para la salud.

En el mismo sentido, el investigador de Indepaz Leonardo González advierte sobre los riesgos para la salud asociados con la explotación del carbón: “El polvo de carbón es perjudicial para los pulmones. Es similar a cocinar frecuentemente con leña y puede llevar a enfermedades como el cáncer y problemas en los ojos y la piel”. El especialista ejemplifica la situación de las personas en áreas rurales cercanas a la mina que ya existe en Cerrejón: si bien tienen agua para cocinar o bañarse, existe polvo de carbón en la superficie o incluso asentado en el fondo.


Vista aérea de las 69.000 hectáreas de la mina del Cerrejón. El mineral de carbón tiene mucha presencia en La Guajira colombiana. Foto: Felipe Abondano

Cañaverales quiere ser escuchado

El conflicto comenzó en 2019, cuando la Best Coal Company llegó a la comunidad y se negó a reconocer a los habitantes como afrodescendientes. En consecuencia, los Negros de Cañaverales presentaron una acción legal para que, como grupo étnico, se les realizara una consulta. Este proceso ha sido complicado: la última reunión terminó sin avances significativos en la socialización del proyecto minero debido a que los reclamos presentados por la comunidad eran similares a los de 2021. Por su parte, la comunidad de Cañaverales espera que el gobierno de Gustavo Petro cumpla con sus compromisos.

De este modo, el proceso de consulta con la comunidad no se respetó. Así explica el comportamiento de la compañía el presidente del Consejo Comunitario de Cañaverales: “No hubo consulta previa. Más bien, se impusieron fechas y todas las actividades que querían llevar a cabo sin consultar a la comunidad. En otras palabras, no fue ni previa ni libre. La comunidad percibió esto como una forma de violar sus derechos”.

Debido a la falta de información, tuvieron que solicitar una prórroga para la primera reunión de consulta previa programada para febrero de 2020. Como justo llegó la pandemia, el decreto del Ministerio de Salud prohibió las reuniones con más de cinco personas y se retrasó el encuentro. “Fue difícil para Los Negros de Cañaveral asistir a las reuniones, ya que temían por su salud y no contaban con las instalaciones necesarias para enfrentar la pandemia. A pesar de su disposición para avanzar con el proceso, el riesgo de reunirse era considerable”, explica Óscar Gámez.


Como suelen hacer las corporaciones mineras, la Best Coal Company ingresó al territorio con sus políticas de beneficencia para atraer el apoyo de la población. Foto: Maira Fragozo

La inviabilidad de convertir todo en mercancía

La lucha de los Negros de Cañaverales se ha orientado hacia una forma de vida que trasciende los entendimientos del modelo individualista de convivencia y comprensión de la naturaleza. La disputa sobre la territorialidad entre el pueblo afrodescendiente de Cañaverales y las empresas mineras replican la lógica capitalista, neoliberal y racista. Este proceso configura la opresión estructural, la colonialidad y las relaciones sociales caracterizadas por la violencia, usurpación, represión y exterminio.

Sin embargo, a pesar de todas las adversidades, Cañaverales resiste y no acepta que los intereses externos quieran socavar sus derechos. La lucha de las comunidades contra la imposición de proyectos mineros demuestra la diversidad y complejidad de los procesos de acción colectiva. Este proceso ha mostrado que el uso de la movilización colectiva ha sido muy valioso, especialmente porque gran parte de la comunidad está unida por un sentimiento común, a pesar de los intentos de división. Hoy en día tienen vínculos importantes que se han fortalecido a lo largo del proceso.

Finalmente, en medio de luchas y resistencia, la comunidad de Cañaverales ha demostrado que es posible alterar las relaciones de poder preestablecidas. Apuntan a nuevas posibilidades basadas en proyectos de (re)existencia contra las luchas hegemónicas. Existen grupos y movimientos sociales que buscan alternativas al modelo de “ser” y “existir”. Estas estrategias enfrentan la colonialidad y reafirman la inviabilidad de un modelo de desarrollo que sólo privilegia una lógica capitalista que convierte todo en mercancía.

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* Daniela Saffie Budnik es psicóloga (Universidad del Desarrollo) y defensora de Derechos Humanos. Ha estado involucrada en diferentes causas internacionales y nacionales vinculadas a la vulneración de derechos de pueblos indígenas y niños y niñas.

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Fuente: Publicado en Debates Indígenas el 1 de agosto de 2024 y reproducido en Servindi respetando sus condiciones: https://acortar.link/LLUPFb

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