La realidad muestra que allí donde se implanta este tipo de actividad, termina imponiendo escenarios de extrema violencia, explotación de todo tipo, incluido la trata de personas y explotación sexual, trabajo infantil, además de los gravísimos impactos ambientales que ocasiona.
Por José De Echave C.*
4 de diciembre de 2023.- Desde hace algunos años, La Libertad se ha consolidado como la primera región productora de oro a nivel nacional, con una participación del 32%, superando a Arequipa, que se ubica en el segundo lugar, con una participación del 22.9% y, Cajamarca en el tercer lugar, con una participación de 20.1%.
Las concesiones mineras ocupan el 51.36% del territorio regional y suman 1´299,263.9 hectáreas. En los últimos meses se apercibe un incremento en el número de concesiones otorgadas.
Las principales empresas formales, productoras de oro en La Libertad son: Poderosa, Horizonte y Retamas. Estas tres empresas se ubican en la sierra de La Libertad, en la provincia de Pataz (una de las doce provincias de La Libertad). Poderosa es la segunda empresa productora de oro a nivel nacional, después de Yanacocha.
Aparte del oro, La Libertad también se ha convertido en la principal región productora de carbón antracita. Aproximadamente, el 63% de este tipo de carbón se produce en La Libertad, actividad que también está envuelta en violentas disputas e, incluso, hechos de corrupción.
El avance del crimen organizado y la minería
Pero esta región del país no solo es la principal productora de oro y carbón antracita. También se ha convertido, desde hace un tiempo, en uno de los departamentos que registra los mayores índices de criminalidad, donde bandas delincuenciales vienen operando y sus acciones abarcan mayores territorios y actividades y se han convertido en una amenaza para las propias poblaciones.
Por ejemplo, ya era conocido que en la provincia de Pataz, a diferencia de otras zonas del país, la minería de oro formal convive desde hace tiempo con una intensa actividad informal. La convivencia se ha vuelto cada vez más compleja y está acompañada de sucesivos episodios de violencia y enfrentamientos que, en los últimos años, ha ido escalando y ha convertido a Pataz en tierra de nadie, donde imperan mafias, bandas de sicarios que, todo indica, en los últimos tiempos comienzan a intentar controlar la propia actividad minera informal, tanto la aurífera como la de carbón antracita.
Por lo tanto, lo ocurrido en la madrugada del sábado 2 de diciembre en un socavón de la minera Poderosa, con el trágico saldo de 10 personas asesinadas, es un nuevo capítulo de una escalada que ha comenzado hace bastante tiempo. Según informes periodísticos (1), en un inicio los propios mineros informales contrataban delincuentes, ya sea por temas de seguridad o también para ‘resolver’ disputas entre ellos por el control de concesiones y labores mineras, tal y como viene ocurriendo en otras zonas del país (2).
Sin embargo, todo indica que las mismas bandas organizadas están buscando controlar gran parte de la actividad minera en la zona –la informal y también la formal–, en algunos casos en alianza con los grupos de mineros más fuertes. Se habla de la presencia de algunas bandas como la del Tren de Aragua y otras que provienen de Trujillo, Lima y Callao. También hay denuncias que apuntan a temas de corrupción dentro de la propia Policía Nacional.
Lo cierto es que hoy en día, el negocio de la explotación aurífera informal es tremendamente lucrativo y ha convertido a la provincia de Pataz en un escenario de disputa entre bandas criminales, los denominados “parqueros” y mineros informales. Para completar el panorama, en algunos casos, integrantes de la Policía Nacional del Perú (PNP) han sido identificados como integrantes de las mafias que operan en la región: en un operativo realizado en el mes de septiembre, fueron intervenidos el coronel PNP Miguel Balta Paredes, jefe de la División de Orden Público y Seguridad de La Libertad, junto a otros cinco efectivos policiales. También fue detenido el ex gerente regional de Energía y Minas de La Libertad, Raúl Araya Neyra.
Otras regiones del país, en las que este tipo de minería ha comenzado a expandirse, deberían mirarse en el espejo de Pataz. La realidad muestra que allí donde se implanta este tipo de actividad, termina imponiendo escenarios de extrema violencia, explotación de todo tipo, incluido la trata de personas y explotación sexual, trabajo infantil, además de los gravísimos impactos ambientales que ocasiona.
Notas:
(1) Declaraciones de Pedro Yaranga, experto en seguridad integral y gestión de riesgos. La República, edición del 19 de agosto de 2023.
(2) Como el caso de Arequipa, en la provincia de Caravelí o el de Ica, en la provincia de Nasca. Son algunos ejemplos de la violencia que impera en las zonas de influencia de la pequeña minería y la minería informal.
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* José De Echave C. es doctor en Economía, con postgrado en Economía Internacional y Desarrollo; investigador y especialista en la problemática minera y ambiental del Perú. Actual responsable del Observatorio de Conflictos Mineros. Ex Viceministro de Gestión Ambiental en el Ministerio de Ambiente.
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Fuente: Publicado en el portal de la asociación Cooperacción: https://cooperaccion.org.pe/opinion/que-esta-pasando-en-pataz/
SOBRE EL COLUMNISTA
José De Echave C.
Doctor en Economía, con postgrado en Economía Internacional y Desarrollo; investigador y especialista en la problemática minera y ambiental del Perú. Actual responsable del Observatorio de Conflictos Mineros. Ex Viceministro de Gestión Ambiental en el Ministerio de Ambiente.
Comentarios (1)
Como siempre; la PNP involucrada en estos tipos de delitos y al fin, queda en nada.