La apuesta es por la vida, pese a tanta muerte

Desde Berta Cáceres, en Honduras; hasta  José Napoleón Tarrillo, en Perú; la lista de defensores que entregaron su vida por la naturaleza y la tierra amenaza seguir creciendo. 

Por Rosa Montalvo Reinoso*

Noticias SER, 2 de marzo, 2018.- El dos de marzo se conmemora un año más del vil asesinato de la lideresa indígena lenca Berta Cáceres, un año más en que recordaremos su lucha y veremos cómo se esparce su semilla alrededor del mundo, trayendo la memoria de los sueños de una vida digna, de un mundo justo para todos los pueblos, sueños y esperanzas que la movilizaron a ella y que siguen movilizando a tantas otras mujeres y hombres en el mundo, que defienden sus territorios aun a costa de su propia vida.

Un año más en el que su país, Honduras, sigue siendo uno de los más peligrosos del mundo para quienes defienden la tierra y sus territorios. Un año más en el que defensores y defensoras siguen siendo asesinados y amenazados por su lucha y por exigir que se respete su propia visión de desarrollo, en un contexto en el que, en la mayoría de nuestros países, las políticas de inversión en industrias extractivas han sido las priorizadas, sin que los habitantes de los territorios en donde se asientan o pretenden hacerlo sean consultados ni participen en las decisiones.

Por ello, han opuesto una férrea resistencia a que su hábitat, sus modos y medios de vida sean trastocados para siempre, porque el modelo económico extractivista, como bien lo ha señalado Mirna Cunningham, presidenta de Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe, en un reciente evento celebrado en Lima, “ha significado el sacrificio mayor a los pueblos indígenas; no solo representa la descomposición de las formas de gobernanza, sino también la destrucción de los elementos que contribuyen a la transmisión intergeneracional de los conocimientos”.

Los Pueblos Indígenas, y en general los pueblos campesinos, saben que la continuidad del modelo va a significarles muy probablemente desposesión, desplazamiento, deterioro de su calidad de vida, al privárseles de los recursos que han cuidado durante siglos. Por ello, la firme oposición a proyectos mineros, hidrocarburíferos, hidroeléctricos y también a la caza y la extracción ilegal de madera que está causando una seria deforestación en territorios amazónicos.

en la región de Latinoamérica se concentra el 60 por ciento de los asesinatos de defensores y defensoras del medio ambiente y los territorios, siendo el 40 por ciento de ellos indígenas.

Hace unos pocos días, fue publicado el informe anual de Global Witness, que nos sorprende nuevamente con el dato de que en la región de Latinoamérica se concentra el 60 por ciento de los asesinatos de defensores y defensoras del medio ambiente y los territorios, siendo el 40 por ciento de ellos indígenas.

Brasil encabeza la lista con 46 asesinatos en el 2017,  seguido de Colombia, que ocupa el tercer lugar a nivel mundial y en donde se han producido 32 muertes. México está en cuarto lugar con 15 asesinatos en el año.(1) Perú, aunque no está entre los primeros de la lista, también está enfrentando asesinatos y amenazas a quienes defienden su territorio y los recursos naturales.

El 30 de diciembre, fue asesinado en Lambayeque José Napoleón Tarrillo por defender la reserva de Chaparrí, la cual constituye la primera área de conservación reconocida en el Perú y es gestionada por la comunidad campesina.

En este bosque seco habita el oso de anteojos y otros animales en peligro de extinción. Traficantes de tierra quieren apropiarse de este territorio para ampliar la frontera agrícola y han deforestado gran parte del bosque.

La resistencia de José era una piedra en el camino. Varias personas más están amenazadas por defender esta reserva de la voracidad de los traficantes, según han denunciado autoridades en la zona, mientras otros defensores temen lo que les pueda ocurrir.

El temor que infunden para quebrar la resistencia es uno de los principales logros de los que invaden los territorios con el afán de apropiárselos. También en Ucayali, en el distrito de Nueva Requena, donde en el 2017 fueron asesinados seis campesinos por negarse a entregar sus tierras para el cultivo de palma africana, la situación es dura y conflictiva.

Las amenazas a los comuneros de la comunidad nativa shipibo Santa Clara de Uchunya, han continuado pese al mandato judicial de paralizar las actividades de la empresa de aceite de palma, Plantaciones de Pucallpa SAC (Ocho Sur P SAC), como lo denuncia un pronunciamiento presentado por ORAU.(2) La comunidad exige el reconocimiento de su territorio ancestral y que se anulen las constancias de concesiones otorgadas de manera ilegal en su territorio.

En Espinar, Cusco, en donde existen grandes proyectos mineros que han ocasionado por diversas razones protestas de la población, también nos enfrentamos al acoso y hostigamiento, en este caso a mujeres, como recientemente lo han denunciado en un comunicado público organizaciones de mujeres y de derechos humanos. En este caso, los ataques los han sufrido la Asociación de Mujeres Defensoras del Territorio y Cultura K’ana de Espinar y especialmente la defensora Elsa Merma Ccahua, quien es parte de la directiva de Frente Único de Defensa de los Intereses de Espinar, habiéndose incrementado las amenazas desde el momento en que asumió este cargo. Asimismo, las y los firmantes del comunicado señalan que consideran “altamente preocupante (sic) las campañas de desprestigio, estigmatización, difamación y violencia física que se viene (sic) dando hacia defensoras y defensores de derechos humanos y sus familiares”.(3)

En muchos lugares de nuestra región en donde se vienen desarrollando grandes megaproyectos, en la  mayoría de casos inconsultos, son las mujeres las que presentan una mayor resistencia, pues ellas saben que las afectaciones van a ser enormes para ellas y sus familias, impactando sin duda en su salud, en sus formas de vida y culturas, resultando en la desintegración del tejido social  y la contaminación y degradación del medio ambiente, por citar algunos de estos impactos.

Por ejemplo, la extracción petrolera y los vertidos en el Amazonas han contaminado las cuencas del Amazonas y cambiado la composición del agua, como lo señala una investigación de la Universidad de Barcelona. Dicho estudio también afirma que:

“Esta contaminación no sólo estaría impactando directamente a la fauna silvestre en general de una región que es megadiversa y donde habitan algunas especies que ya se encuentran en peligro de extinción, sino que además afecta a las comunidades indígenas que dependen de la caza y la pesca como fuente de proteína animal.”(4)

Por otra parte, para las mujeres, como lo ha señalado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, estos proyectos “pueden dar lugar a situaciones de vulnerabilidad y exacerbarlas y, en el caso de las mujeres indígenas en particular, volverlas “más vulnerables al abuso y la violencia, como la violencia sexual, la explotación y la trata”.(5)

Estas y otras son las razones por las que las comunidades, sus líderes y lideresas se oponen y resisten a grandes megaproyectos en sus territorios, proyectos que, pese al crecimiento económico que pueden significar para los países en este momento, tienen un impacto que para ellas es enorme.

Los pueblos saben que, a largo plazo, no solo serán ellos los afectados, sino también quienes ahora critican su resistencia, quienes se hacen de la vista gorda frente a los asesinatos de tantos defensores y defensoras cada año. Pero pese al dolor por tanta valiosa vida perdida, sus ideas y esperanzas, como las de Berta, son ahora semillas que se diseminan por el mundo y que hacen brotar la solidaridad de los pueblos, de las mujeres y los hombres que apuestan por un mundo más justo y humano, donde el centro del desarrollo sean las personas, la naturaleza y no el gran capital y el beneficio de unos pocos. ¡Berta Vive!

Notas:

(1) “Nueva información revela que 197 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente han sido asesinadas en 2017”, Blog de Global Witness, 2 de febrero del 2018. https://www.globalwitness.org/en/blog/nueva-informaci%C3%B3n-revela-que-197-personas-defensoras-de-la-tierra-y-el-medio-ambiente-han-sido-asesinadas-en-2017/

(2)“Pronunciamiento internacional de preocupación sobre amenazas de muerte contra líderes indígenas de la comunidad Santa Clara de Uchunya (Ucayali, Perú)”, Noticias SER, 22 de febrero del 2018. http://www.noticiasser.pe/23/02/2018/nacional/pronunciamiento-internacional-de-preocupacion-sobre-amenazas-de-muerte-contra-li

(3)“Pronunciamiento contra el acoso político a las mujeres de Espinar”, Derechos sin Fronteras, 26 de febrero del 2018. http://derechosinfronteras.pe/pronunciamiento-contra-el-acoso-politico-a...

(4)“La contaminación petrolera del Amazonas está modificando la composición química del agua”, Universidad Autónoma de Barcelona,  31 de julio del 2017.http://www.uab.cat/web/sala-de-prensa/detalle-noticia/la-contaminacion-petrolera-del-amazonas-esta-modificando-la-composicion-quimica-del-agua-1345667994339.html?noticiaid=1345734672816

(5) Las mujeres indígenas y sus derechos humanos en las Américas, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2017. http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/MujeresIndigenas.pdf.

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*Rosa Montalvo Reinoso es especialista en temas de género e interculturalidad. Obtuvo su Maestría en Género, Sociedad y Políticas, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

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Fuente: Noticias Ser: http://www.noticiasser.pe/28/02/2018/teleidoscopio/la-apuesta-es-por-la-vida-pese-tanta-muerte

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