Los Gobiernos Territoriales Autónomos (GTA) y los procesos que reivindican en los hechos las autonomías de los procesos sociales es la más importante y estratégica respuesta desde los pueblos a las políticas de exterminio.
Reflexiones y desafíos sobre el Fospa Perú
Por Jorge Agurto
1 de mayo, 2024.- Comparto algunas reflexiones a partir del Fospa Perú 2024 realizado en la ciudad de Tarapoto, en la amazónica región San Martín, realizada del 25 al 28 de abril.
La necesidad de un diagnóstico certero
Las amenazas que se ciernen sobre los pueblos son sistemáticas y enormes. El Estado peruano no es un referente viable de protección porque se encuentra al servicio de estructuras criminales organizadas que imponen economías ilegales.
Es esta situación la que explica la proliferación de la tala ilegal, la minería ilegal, el narcotráfico entre otros males endémicos que si son vistos en conjunto permiten entender la gravedad de la situación.
Esta se expresa en una política de exterminio hacia los pueblos indígenas mediante leyes regresivas y lesivas a sus derechos y que se orientan a favorecer la impunidad.
La oferta política seudodemocrática solo ofrece elecciones en una dinámica donde los poderes fácticos suelen salirse con la suya al corromper y capturar a quienes se embarcan ilusamente en un intento de cambiar las reglas de orientación del estado.
Carlincatura de Carlos Tovar, diario La República.
El desafío de los gobiernos autónomos
Los Gobiernos Territoriales Autónomos (GTA) y los procesos que reivindican en los hechos las autonomías de los procesos sociales es la más importante y estratégica respuesta desde los pueblos a las políticas de exterminio.
Tomando como base el derecho a la libre o auto determinación son varios los pueblos que vienen dando una lección al organizarse más allá de las comunidades y articularse como pueblo que reivindica una nación originaria.
El ejemplo del gobierno wampis es ejemplar, como lo demuestra al controlar su territorio y enfrentar la minería ilegal, capturar policías coludidos con esta actividad y entregarlos al Estado para su procesamiento y sanción ejemplar.
El ejemplo wampis no es fácil de emular para otros pueblos que se encuentran dispersos o con diversas dificultades para rearticularse territorialmente, pero señala un norte, un camino teórico y práctico para defender los territorios.
La lección, aún por asimilarse, es que la reivindicación de las autonomías de los procesos sociales forja, en los hechos, un replanteamiento del viejo Estado criollo seudodemocrático, y coloca los cimientos de una nueva democracia construida desde abajo, es decir, desde las comunidades de base, urbanas y rurales.
Hacia una gobernanza integral
Como podemos observar en un gráfico que busca resumir provisionalmente aspectos del debate sobre el tema, la gobernanza que reivindican los pueblos no es únicamente política o territorial. También reivindica la gobernanza económica y cultural.
El gráfico –en proceso de desarrollo– permite dimensionar la gobernanza en cuatro grandes ejes para que sea más didáctico de recordar y referir.
Sin duda, hay procesos que colocan más énfasis en los aspectos educativos o culturales, otros en la salud o en la alimentación. Lo importante es que la gobernanza que reivindican los pueblos es integral y abarca todas las esferas de la vida social.
Cada una de estas dimensiones tienen amenazas y agresiones que se orientan a desestructurar a los pueblos originarios. Sin embargo, también hay conocimientos, prácticas e innovaciones que los pueblos atesoran para el ejercicio cotidiano de su gobernanza integral.
El Estado es indiferente a estos conocimientos y no los valora, ni potencia ni las promueve con políticas de Estado. Es deber de los pueblos sistematizar, revalorar y compartir sus conocimientos para la defensa de la vida.
¿Desarrollo o Buen Vivir?
Sin duda uno de los temas que emerge en este tipo de debates es el referido a las propuestas de “desarrollo”, llámesele sostenible, sustentable, circular, “verde”, etc.
En respuesta a los modelos que vienen de la academia y el occidente los pueblos vienen construyendo sus propios conceptos y denominaciones de Buen Vivir o Vida Plena, que se corresponde más con sus aspiraciones comunes.
Hay conceptos muy entronizados como los llamados “recursos naturales” que para los pueblos son más bienes comunes que hay que proteger y conservar.
Esos y otros conceptos necesitan una revisión y debate. No olvidemos que “la palabra es fuente de malentendidos”.
A propósito de la conservación
Aplicada al patrimonio natural y la biodiversidad la conservación es muy buena y necesaria. Sin embargo, existen concepciones de conservación que tienen miradas sesgadas sobre el accionar de los pueblos indígenas.
Por este motivo, existe una corriente del conservacionismo que quiere conservar áreas protegidas ignorando la presencia de los pueblos indígenas, a quienes considera una molestia y un agente nocivo para la conservación.
El Fospa Perú 2024 realizado en la región San Martín, permitió conocer dos expresiones importantes de este denominado “conservacionismo excluyente”, por que no incluye a las organizaciones indígenas.
Me refiero al Parque Nacional Cordillera Azul y al Área de Conservación Regional Cerro Escalera. Ambas categorizaciones se han superpuesto a territorios de comunidades y consagran una modalidad de despojo territorial.
Hay una agenda por exponer al respecto desde el movimiento indígena que no es fácilmente asimilada por sectores que consagran toda área natural protegida y no admiten ni un ápice de cuestionamiento.
Peor aún, cuando hay de por medio una carrera por capturar beneficios derivados de los servicios ecosistémicos y que no desean compartir con los pueblos, a pesar que las áreas se han creado en parte sobre territorios ancestrales indígenas. Volveremos sobre estos temas.
AÑADE UN COMENTARIO