Sputnik, 29 de agosto, 2018.- Los indígenas venezolanos Warao fueron de los primeros en migrar hacia Brasil, y hace más de un año viven en una situación de extrema vulnerabilidad en la ciudad fronteriza de Pacaraima.
"Vienen desnutridos, deshidratados, con diarrea, todo relacionado con el hambre; son los más castigados (…) en la frontera se les empieza a vacunar, es una norma estricta que tenemos para que puedan entrar en el albergue", explica en una entrevista con Sputnik el argentino Alejandro Cacopardo, responsable del albergue Janokoida, en esa ciudad fronteriza del norte de Brasil.
Sacerdote lucha en frontera de Brasil con Venezuela contra el hambre y la xenofobia. / Foto: Joan Royo Gual
En este recinto, construido por el ejército de Brasil y gestionado entre Fraternidad Internacional y la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), viven 434 indígenas de esta etnia, muchos de ellos niños.
Quienes ingresan a Janokoida cuentan con un gran espacio cubierto donde duermen en sus hamacas, además de enfermería, asistencia psicológica, y una ambulancia en la puerta por si hace falta.
Además, pueden utilizar un terreno espacioso para jugar al vóley y para cocinar con leña al aire libre; a diferencia de lo que ocurre en otros albergues, aquí son ellos mismos quienes se cocinan la comida, ya que se promueve la autogestión para preservar al máximo sus costumbres, explica Cacopardo.
Una venezolana Warao cocina en el albergue de Pacaraima. / Foto: Sputnik / Joan Royo Gual
Los indígenas Warao habitan el delta del Orinoco desde hace al menos 8.000 años, pero en las últimas décadas se vieron obligados a dejar sus tierras debido a la contaminación del agua y a problemas con la construcción de minas y represas.
Siguiendo la problemática de todos los pueblos nativos de América, a medida que se fueron acercando a los entornos urbanos empezaron a depender cada vez más de la comida que se vende en la ciudad; y cuando la inflación empezó a descontrolarse fueron de los primeros en dejar Venezuela.
Resistencia
Los responsables del albergue en Brasil explican que quienes allí residen son especialmente vulnerables al alcoholismo y a caer en las redes del tráfico de personas o del trabajo esclavo, sobre todo en este lugar de frontera, que se ha vuelto bastante peligroso.
Jorge Rodríguez: los venezolanos que emigraron van a volver. / Foto: Reuters / Andrés Rojas
Los Warao no son ajenos al clima de miedo y xenofobia que se vive en Pacaraima, sobre todo desde hace una semana, cuando un grupo de brasileños atacó el campamento que muchos venezolanos habían improvisado en el centro de la ciudad.
El ataque se produjo como represalia por la agresión y robo a un comerciante local por parte de venezolanos, y en el ataque de la turba, que actuó con palos y piedras, se quemaron lonas, pertenencias y documentos de muchos venezolanos.
Alrededor de 1.200 inmigrantes regresaron asustados a su país, y algunos Warao, a pesar de estar seguros dentro del albergue —que cuenta con vigilancia por parte de los militares—, también decidieron volver a Venezuela.
Un total de 22 indígenas fueron escoltados de regreso a Venezuela por miedo a que la situación se volviese más hostil.
"Violencia contra venezolanos en Brasil es una preocupante lucha de 'pobres contra pobres'" / Foto: Reuters / Nacho Doce
Los cuidados que reciben los Warao, además, les está poniendo en el punto de mira: el sábado un grupo de vecinos volvió a protestar (esta vez de manera pacífica) contra la entrada masiva de venezolanos.
Parte de los integrantes de la marcha eran indígenas locales, de las etnias Mucuxi, Tauperang y Wapichana, que aseguran que los indígenas venezolanos están siendo priorizados cuando ellos suman décadas de abandono por parte de las autoridades brasileñas.
Dirigente opositora: atender crisis en Venezuela es única forma de frenar la diáspora. Foto: Reuters / Nacho Doce
Según explicó a Sputnik el líder de los indígenas Mucuxi, Jesús Level de Almeida, en la región fronteriza de Pacaraima hay 26 aldeas donde viven aproximadamente 8.000 indígenas, y en muchas de ellas se están detectando brotes de sarampión y malaria, que atribuyen a la llegada de venezolanos.
Los indígenas locales dicen no estar en contra de los Warao, pero sí de que la ayuda sea un pretexto que les acabe perjudicando, y citan el proyecto que tiene el Gobierno brasileño para construir un nuevo albergue para venezolanos junto a la carretera que une Pacaraima con Boa Vista.
El camino entre ambas localidades es un largo trayecto de 215 kilómetros que atraviesa, en parte, el área indígena demarcada del Alto de Sao Marcos.
"Es una conquista que nos costó mucho sufrimiento, son nuestros derechos, no queremos que el Gobierno invada nuestra tierra para poner un albergue", remarcó Level.
Los indígenas de Pacaraima temen que si el Gobierno finalmente construye un albergue en su territorio empiece a haber conflictos con los militares, que son quienes se encargan de la logística y seguridad de la operación de acogida a los inmigrantes venezolanos.
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