El trabajo infantil y la exclusión de los niños indígenas de la educación son consecuencia directa de la marginación de las comunidades indígenas, según un nuevo análisis.
Servindi, 27 de setiembre, 2023.- Un nuevo análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que los niños de las comunidades indígenas corren un riesgo significativo de ser víctimas de la explotación infantil y a menudo carecen de acceso a la educación.
El “Documento temático sobre el trabajo infantil y la exclusión educativa de los niños indígenas” muestra que los niños indígenas están sobrerrepresentados en trabajos peligrosos.
El documento se presentó el 25 de septiembre durante una mesa redonda organizada en la sede de la OIT a la cual asistieron el Relator Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Francisco Cali Tzay, y Teresa Zapeta, directora ejecutiva del Foro Internacional de Mujeres Indígenas.
El estudio concluye que los niños indígenas enfrentan desventajas educativas que los hacen más vulnerables a la explotación infantil.
En los países estudiados, los niños indígenas, y en particular las niñas indígenas, tienen tasas de asistencia a la escuela inferiores a las de otros niños no indígenas.
La mayoría de ellos trabajan en la agricultura, pero también en la construcción, el comercio, la industria manufacturera y el trabajo doméstico.
El documento se basa en anteriores investigaciones y orientaciones políticas de la OIT y fue elaborado con financiación del Departamento de Trabajo de EE.UU.
El texto analiza datos de informes de todo el mundo, grupos de discusión con organizaciones de pueblos indígenas en Camboya, Kenia, la Federación Rusa, Nepal y Tanzania.
Del mismo modo revisa datos cuantitativos nacionales de seis países latinoamericanos: Bolivia, Brasil, Ecuador, Guatemala, Panamá y Perú.
Diferencias regionales
El análisis revela importantes diferencias regionales. Por ejemplo, en Perú, el trabajo infantil indígena es casi tres veces superior a la media.
En Ecuador, los niños indígenas tienen unas 11,6 veces más probabilidades de realizar trabajos peligrosos que la media nacional de todos los niños.
Según el documento, el trabajo y la explotación infantil indígena es consecuencia directa de la marginación social, económica y cultural de las comunidades indígenas.
Estas comunidades tienen tres veces más probabilidades de vivir en la pobreza extrema. A menudo son desposeídas de sus tierras y soportan el peso de la crisis climática y los conflictos,
A ello se suma que tienen un acceso limitado a los servicios esenciales y se enfrentan a obstáculos para mantener sus modos de vida tradicionales.
Esta situación puede obligar a los niños indígenas a trabajar para ayudar a sus familias, convirtiéndose en un elemento vital para su supervivencia.
También puede tener otras consecuencias, como la explotación de las niñas indígenas por parte de traficantes que se aprovechan de la ruptura de los lazos familiares y comunitarios.
Para superar la explotación infantil y la exclusión escolar se necesitan respuestas que incluyan también la promoción y protección de los derechos de los pueblos indígenas en general, señala el análisis.
Esto incluye intensificar los esfuerzos para establecer mecanismos de participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones, y el diseño y la aplicación de políticas y programas.
Asimismo, el acceso a una educación de calidad culturalmente apropiada, el acceso a la protección social y la protección de los derechos territoriales de los pueblos indígenas.
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