"Ahora mismo estamos decidiendo, casi sin querer, qué caminos evolutivos permanecerán abiertos y cuáles quedarán cerrados para siempre. Ninguna otra criatura había hecho esto jamás, y será, por desgracia, nuestro legado más perdurable".
Por Cristián Frers (*)
27 de julio, 2017.- El impacto creciente de las actividades humanas en la naturaleza está provocando una pérdida de biodiversidad acelerada. La causa principal es la destrucción de ecosistemas, cuando se ponen tierras de cultivo sobre tierras vírgenes, desecando pantanos o talando bosques o cuando se cambian las condiciones de las aguas o la atmósfera por la contaminación o cuando se destruyen hábitats en la extracción de los recursos.
Cuando se piensa en la extinción de especies, lo normal es imaginarse animales como la ballena franca austral, el oso panda, el rinoceronte negro u otros animales bien conocidos, que han desaparecido como especie o que están en grave peligro.
El tamaño, las costumbres de vida o la apariencia de éstos u otros animales hacen que la opinión pública se sensibilice con especial facilidad con estas especies.
Aunque es muy difícil cuantificar el ritmo que se están perdiendo estas especies, algunos autores suponen que todos los años se extinguen miles de ellas y que para el 2025 podrían desaparecer hasta la mitad de las actualmente existentes.
Se debe entender que estas cifras no son especies concretas y conocidas que ya se han extinguido. Son estimaciones y cálculos que se hacen en base al ritmo de destrucción de hábitats o ecosistemas.
Los mares y océanos se enfrentan a una pérdida masiva sin precedentes, la desaparición de las especies más grandes puede alterar estos ecosistemas durante millones de años.
El gobierno argentino del Ingeniero Mauricio Macri está avanzando con un ambicioso plan a fin de proteger el 10 por ciento de la superficie del Mar Argentino, a través de la creación de parques nacionales marinos en la zona económica exclusiva (ZEE), para cumplir antes del 2020, con los compromisos internacionales, asumidos durante el gobierno anterior, donde poco y nada se avanzó.
Fui uno de los impulsores de estos proyectos, junto a muchos otros científicos; se puede leer mi proyecto en Revista INTER-FORUM publicado en el año 2003: http://www.revistainterforum.com/espanol/articulos/052603Naturalmente_ballenas-frers.html.
A nivel mundial, se busca aunar esfuerzos para resguardar muestras viables de poblaciones biológicas, tipo de hábitats y procesos del ecosistema oceánico y, así, crear condiciones de sustentabilidad a corto, mediano y largo plazo.
Proteger el mar argentino es una deuda pendiente y supone un salto cualitativo en temas de conservación ambiental.
Si bien las áreas a ser protegidas serán sometidas a debate, algunas de las zonas potenciales serian:
-El frente marítimo del Río de la Plata, un área neurálgica para la conservación de la corvina rubia, principal alimento de pingüinos, albatros y lobos marinos.
-La franja oceánica en la Provincia de Chubut, un extenso corredor marítimo, donde se reproducen la merluza y el langostino. Es un área de importancia para la alimentación de lobos y elefantes marinos, pingüino de Magallanes, delfines y aves acuáticas.
-El borde de la plataforma continental austral, denominada Agujero Azul, que se ubica sobre el talud de la plataforma y es relevante durante el ciclo anual del calamar argentino.
Las riquezas que proporcionan los océanos son limitadas y, dependiendo del uso responsable que hagamos de ellas, se asegurará o no la perpetuidad de esos recursos para nosotros y las futuras generaciones.
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