Cambio climático no causó recientes sequías, pero agrava escasez de agua

Cultivo de sorgo en Uruguay. Foto: FAO/Sandro Cespoli Cultivo de sorgo en Uruguay. Foto: FAO/Sandro Cespoli

Así lo revela un análisis que estudió la relación entre el cambio climático y las escasas precipitaciones que provocaron sequías entre octubre y diciembre de 2022.

Servindi, 23 de febrero, 2023.- El cambio climático no es el responsable de las sequías registradas en Argentina, Uruguay y Chile, pero sí agrava la escasez de agua, empeorando los impactos de la sequía.

Así lo revela un análisis de la Atribución Meteorológica Mundial que estudió la relación entre el cambio climático y las escasas precipitaciones que provocaron sequías entre octubre y diciembre de 2022.

El estudio concluyó que el cambio climático no es el principal impulsor de la reducción de las precipitaciones, pero que sí ha producido un aumento de las temperaturas en la región.

Esto “probablemente ha reducido la disponibilidad de agua y empeorado los impactos de la sequía”, señala un reporte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicado el 22 de febrero.

El análisis se realizó en un contexto en que Argentina, Uruguay y Chile atraviesan una sequía extrema y altas temperaturas que provocan pérdidas de cosecha y ponen en riesgo la seguridad alimentaria.

En Argentina, se prevé que las exportaciones agrícolas para 2023 caigan en un 28%, mientras que, en Uruguay, más de 75.000 personas sufren la falta de acceso a agua potable y el agua para cultivos y ganado es limitado.

Los glaciares de Chile y Argentina han retrocedido considerablemente en las últimas dos décadas. Foto: OMM

En tanto, Chile atraviesa la sequía más larga de la región en al menos mil años, lo que agrava la tendencia a la desecación y sitúa al país a la cabeza de la crisis hídrica de la zona.

“El alto impacto de la sequía en la agricultura y la actividad económica pone de manifiesto la necesidad de reducir la vulnerabilidad ante la falta de precipitaciones”, añade el reporte de la ONU.

Los riesgos se extienden ante las olas de calor intensas que también sufre la región, cuya frecuencia y duración han aumentado por el cambio climático.

El reciente estudio demuestra que el cambio climático inducido por el ser humano “ha provocado que las temperaturas extremas en diciembre de 2022 fueran unas 60 veces más probables”.

Según el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina, los meses de noviembre a enero han sido los más calurosos de la historia y ya se está registrando la octava ola de calor de la temporada.

Esto ha provocado incendios devastadores en el centro de Argentina, y también en Chile, derritiendo los glaciares andinos, perjudicando la calidad del aire y enviando columnas de humo a través del Pacífico.

A ello se suma que América del Sur está experimentado actualmente los efectos de un tercer año consecutivo de La Niña, fenómeno natural con gran influencia para generar menores precipitaciones.

 

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