Servindi, 22 de agosto, 2021.- Alrededor de 1000 millones de niños viven en alguno de los 33 países considerados de “muy alto riesgo” por su exposición a los efectos del cambio climático.
Se trata de casi la mitad del total de 2200 millones que hay en el mundo, quienes se verán expuestos en su salud, educación, protección y al peligro de enfermedades mortales.
Así lo estima el Índice de Riesgo Climático de la Infancia elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en su primer análisis exhaustivo de los riesgos climáticos desde la perspectiva de los niños.
En el índice, los países se clasifican en función de la exposición de los niños a las perturbaciones climáticas y medioambientales, como los ciclones y las olas de calor, así como su vulnerabilidad a esas perturbaciones según su acceso a los servicios esenciales.
El Índice revela que unos 1000 millones niños se enfrentan a la combinación letal al estar expuestos a múltiples perturbaciones climáticas y medioambientales y ser altamente vulnerables.
Ello debido a la precariedad de los servicios esenciales que reciben, como el agua y el saneamiento, la atención médica y la educación.
Teniendo en cuenta esos términos, los jóvenes que viven en la República Centroafricana, el Chad, Nigeria, Guinea y Guinea-Bissau son más vulnerables a los efectos del cambio climático.
El estudio fue presentado en colaboración con Viernes para el Futuro cuando se conmemora el tercer aniversario del movimiento mundial de lucha por el clima de los jóvenes.
Esa lucha comenzó cuando la activista sueca Greta Thunberg llamó a una huelga escolar para exigir que se tomarán medidas inmediatas para frenar el calentamiento global.
Los adultos no escuchan
Según los resultados del informe, estas cifras seguirán empeorando a medida que los efectos del cambio climático se aceleren.
“Las perturbaciones climáticas y medioambientales están menoscabando la totalidad de los derechos de los niños", declaró Henrietta Fore, directora ejecutiva de la agencia de la ONU para la infancia.
"Desde su acceso a un aire limpio, alimentos y agua potable, hasta su derecho a una educación, a una vivienda, a estar protegidos contra la explotación e incluso a sobrevivir. La vida de prácticamente todos los niños resultará afectada” agregó.
Por su parte, en un artículo publicado en un diario estadounidense, Greta Thunberg, junto con las también activistas Adriana Calderón, de México, Farzana Faruk Jhumu de Bangladesh, y Eric Njuguna de Kenia, recuerdan que jóvenes como ellas han estado dando la alarma sobre el clima desde hace años sin que los adultos hayan escuchado.
“Para los niños y los jóvenes, el cambio climático es la mayor amenaza para nuestro futuro. Nosotros somos los que tendremos que limpiar el desastre que los adultos han hecho, y somos los que tenemos más probabilidades de sufrir ahora".
"Los niños son más vulnerables que los adultos a los peligrosos fenómenos meteorológicos, las enfermedades y otros daños causados por el cambio climático, y por eso es tan importante un nuevo análisis publicado el viernes por UNICEF”, aseguran.
Henrietta Fore señala que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia “respalda su reivindicación en favor del cambio con su mensaje irrefutable: la crisis del clima es una crisis de los derechos de los niños”.
Una escuela de la provincia rural de Bujumbura, cerca del lago Tanganika, en Burundi, no puede impartir clases debido a que su recinto está inundado. Foto: Triffin Ntore /IOM
Si bien casi todos los niños del mundo corren el riesgo de sufrir alguna de estas amenazas climáticas y medioambientales, los datos revelan que los países más afectados se enfrentan a crisis múltiples y a menudo solapadas que podrían mermar el progreso en materia de desarrollo y aumentar las carencias de la infancia.
Se estima que 850 millones de niños (uno de cada tres en todo el mundo) viven en zonas donde se solapan al menos cuatro de las perturbaciones climáticas y medioambientales anteriormente citadas.
Además, nada menos que 330 millones de niños –uno de cada siete en todo el mundo– viven en zonas afectadas como mínimo por cinco peligros considerables.
Algunos datos importantes del informeEl Índice de riesgo climático de la infancia revela los siguientes datos:
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Los que más sufren, los que menos contaminan
Del mismo modo, el informe revela incoherencias entre los países donde se generan las emisiones de gases de efecto invernadero y aquellos en los que los niños sufren las peores consecuencias del cambio climático.
En conjunto, los 33 países “de muy alto riesgo” son responsables tan solo el 9% de las emisiones mundiales de CO2. Por el contrario, los 10 países que generan más emisiones representan casi el 70% de las emisiones mundiales. Sin embargo, solo uno de estos países se encuentra clasificado como país “de muy alto riesgo” en el índice.
“El cambio climático es profundamente desigual. Aunque ningún niño es responsable del aumento de las temperaturas mundiales, ellos sufrirán las peores consecuencias. Los niños de los países menos responsables sufrirán más que nadie”, afirmó Fore.
“Sin embargo, todavía nos queda tiempo para actuar. Mejorar el acceso de los niños a los servicios esenciales, como el agua y el saneamiento, la salud y la educación puede aumentar notablemente su capacidad para sobrevivir a los peligros del clima" indica Fore.
"UNICEF insta a los gobiernos y a las empresas a escuchar a los niños y dar prioridad a las medidas que los protejan de los efectos del cambio climático, al tiempo que aceleran el trabajo para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero”, añadió.
Si no se toman las medidas necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero cuanto antes, los niños seguirán sufriendo más que nadie.
Tal y como afirmaba Greta Thunberg y sus compañeras en el citado artículo, en comparación con los adultos, los niños necesitan más alimentos y agua por cada unidad de peso corporal.
Los niños tienen menos capacidad para sobrevivir a los fenómenos meteorológicos extremos y son más susceptibles a las sustancias químicas tóxicas, los cambios de temperatura y las enfermedades, entre otros factores, indican.
“Seguirán surgiendo movimientos de jóvenes activistas por el clima que continuarán creciendo y luchando por lo que es justo porque no tenemos elección”, afirman las cuatro activistas, pertenecientes al movimiento Viernes por el Futuro y coautoras del prefacio del informe, al que también prestan su apoyo.
“Debemos afrontar los hechos, reconocer que el cambio climático es una crisis y actuar con la premura necesaria para garantizar que los niños de hoy hereden un planeta habitable”, añaden.
Después de que sus casas fueran destruidas por el ciclón Eloise, niños y sus familias tuvieron que ser realojados temporalmente en un centro de reubicación en Mozambique. Foto: Ricardo Franco / UNICEF
Exigencias de UNICEF a los gobiernos y las empresas
UNICEF exige a los gobiernos, las empresas y los actores relevantes que tomen medidas como las siguientes:
- Aumentar las inversiones destinadas a la adaptación y la resiliencia al clima en los servicios más importantes para la infancia. Si queremos proteger a los niños, a las comunidades y las personas más vulnerables de los efectos más graves del cambio climático que ya están comenzando a surgir es necesario adaptar los servicios más importantes, como los sistemas de agua, saneamiento e higiene y los servicios de salud y educación.
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. A fin de evitar los peores efectos de la crisis climática, es necesario emprender acciones contundentes de inmediato. Antes de 2030, los países deben reducir sus emisiones un 45% como mínimo (en comparación con los niveles de 2010) para impedir que la temperatura aumente más de 1,5 grados centígrados.
- Proporcionar a los niños educación sobre el clima y competencias ecológicas, ya que son fundamentales para su adaptación y su preparación ante los efectos del cambio climático. A pesar de ser los menos responsables, los niños y los jóvenes sufrirán las desastrosas consecuencias de la crisis del clima y la inseguridad del abastecimiento de agua. Tenemos el deber de actuar en defensa de todos los jóvenes y de las generaciones futuras.
- Incluir a los jóvenes en todas las negociaciones y las decisiones relacionadas con el clima a nivel nacional, regional e internacional, incluida la COP26. Los niños y los jóvenes deben participar en todos los procesos de formulación de decisiones relacionadas con el clima.
- Garantizar que la recuperación de la pandemia de COVID-19 sea respetuosa con el medioambiente, genere bajas emisiones de carbono y beneficie a todo el mundo, de una forma que no ponga en peligro la capacidad de las generaciones futuras para abordar y responder a la crisis climática.
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