El aún presidente de EE.UU., Barack Obama, bloqueó los océanos Ártico y Atlántico a las perforaciones con fines de extraer gas y petróleo. De esta manera, el futuro mandatario norteamericano, Donald Trump, no podrá poner en riesgo de derrames las aguas continentales de su país. Medida fue tomada en conjunto con Canadá.
Por José Carlos Díaz Zanelli
Servindi, 21 de diciembre, 2016.- En lo que será una de sus últimas acciones al frente de la Casa Blanca, el aún presidente de los Estados Unidos, Barack Obama prohibió de manera permanente perforaciones en aguas federales de los océanos Ártico y Atlántico.
La medida se expidió con el objetivo de frenar las excavaciones en dichas zonas en busca de petróleo y gas.
El anuncio se hizo por intermedio de una declaración conjunta al lado del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. La prohibición tendrá una vigencia indefinida y comenzará desde enero del 2017.
Entre las primeras reacciones se encuentra la del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), organismo que celebró la medida calificándola como una “decisión valiente” que allanará el camino hacia las energías renovables.
Por otro lado, el Instituto Americano de Petróleo (API) condenó la medida adoptada por los jefes de Estado de Canadá y EE.UU., y señaló que la decisión va en sentido contrario al panorama de producción de crudo en Norteamérica.
Bloqueo a Trump
Quien todavía no se ha pronunciado por la medida de Obama es el electo presidente norteamericano, Donald Trump, quien, como se sabe, desde un principio expresó su interés por convertir a EE.UU. en el principal productor de energías fósiles.
Y no solo eso, sino que desde sus días como candidato Trump se ha mostrado negacionista frente a las evidencias del cambio climático y la contaminación causada por el hombre.
No obstante, la medida adoptada por Obama no podrá ser revertida de manera unilateral por parte de Trump cuando este llegue a la Casa Blanca.
Y es que el actual mandatario invocó a la ley denominada Outer Continental Shelf Lands, que data de 1953, y que confiere al presidente norteamericano la potestad de definir el uso de sus costas bajo criterios de protección.
Ante esa situación, si Trump decidiese revertir la decisión, tendría que conminar al Senado –que será de mayoría republicana– a presentar una demanda constitucional. Es decir que solo los tribunales y el sistema de justicia podrían reabrir este territorio para actividades extractivas.
Por su parte, Canadá ha prohibido la emisión de licencias para trabajar petróleo y gas en el 100 por ciento de sus aguas marinas
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