Siembra y cosecha de agua para combatir el cambio climático

ABA- Ayacucho ganó el Premio Nacional Ambiental 2014 en reconocimiento a las buenas prácticas a favor de la mitigación de los efectos del cambio climático. Fotografía tomada de PACC Perú. ABA- Ayacucho ganó el Premio Nacional Ambiental 2014 en reconocimiento a las buenas prácticas a favor de la mitigación de los efectos del cambio climático. Fotografía tomada de PACC Perú.

Ante la crisis hídrica provocada por el cambio climático, diversas comunidades luchan por preservar sus saberes ancestrales. El ayacuchano Jhanmarco Flores Huamaní, de 13 años, es uno de los impulsadores de la crianza del agua.

Por Meylinn Castro

Servindi, 20 de julio, 2017.- El estrés hídrico es uno de los principales efectos del cambio climático. A consecuencia de las sequías, inundaciones y la extinción de los glaciares se está perdiendo la fuente esencial de la vida: el agua.

De acuerdo al informe del Centro de Investigación Tydall Center de Inglaterra, Perú es el tercer país más vulnerable del mundo ante la crisis climática. Esta nominación se refleja en la posibilidad de perder el 40 por ciento del agua en 30 años.

La población más afectada por la escasez del agua es la rural y amazónica. Esto debido a su estrecha relación con Yakumama (Madre Agua). Su cosmovisión se basa en el Sumak Kawsay (Vivir Bonito). Es decir, en el cuidado, respeto y amor hacia la naturaleza.

Frente a este problema, diversas comunidades practican la siembra y cosecha de agua para mitigar los estragos del cambio climático. El Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) identificó 15 casos en diferentes zonas de Perú, uno de estos ubicado en Ayacucho.

Tal es la experiencia de la Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA- Ayacucho). Según el Minagri, logró una capacidad de almacenamiento de 1.7 millones metros cúbicos de agua (m3), favoreciendo a la comunidad ayacuchana de Quispillacta.

La crianza del agua forma parte del legado de los saberes ancestrales. Consiste en generar humedad en el suelo para aumentar la recarga hídrica en los acuíferos de las cabeceras de las cuencas mediante vasos naturales u hoyadas.

ABA- Ayacucho lleva más de 20 años trabajando en la preservación del medio ambiente junto con los comuneros y comuneras de Quispillacta. A través de la recuperación de los saberes ancestrales se ha logrado contar con agua para el autoconsumo, riego y conservación de pastos.

Jhanmarco Flores, impulsor quechua de la preservación

Los adultos no son las únicas personas en participar en la siembra y cosecha de agua. Niñas, niños y jóvenes también se encargan de promover esta práctica ancestral. Jhanmarco Flores Huamaní es un claro ejemplo de esta labor.

Con tan solo 13 años, Jhanmarco se dedica al cuidado de las lagunas. Asimismo, lidera la red de jóvenes de su comunidad. Hace unos días llegó a Lima para participar en la presentación de los acuerdos y conclusiones de la Mesa de Juventud del VIII Foro Social Panamazónico (FOSPA).

Una de las principales recomendaciones que destacó en la reunión fue la defensa de los derechos ecológicos a través del rescate y práctica de los saberes ancestrales. De esta manera, reafirmó su compromiso por la conservación del medio ambiente.

“Nosotros podemos luchar. Debemos unirnos y ser una sola voz para que se reconozcan nuestros derechos ecológicos y pedir que el Estado nos ayude”, enfatizó el líder quechua en su lengua materna durante su intervención.

Jhanmarco Flores participó en el VIII FOSPA. Durante el desarrollo del foro vistió la indumentaria típica de su comunidad. Fotografía: Patricia Saavedra / Servindi.

También habló sobre las consecuencias que sufrió su comunidad a raíz del cambio climático. Manifestó que la escasez hídrica produjo la muerte de varias especies. “Antes vivíamos con los cerros verdes. Todo era verde, verde. Era un verdor intenso. Después todo se secó. No había agua y eso nos afectó”.

Gracias al apoyo colaborativo de ABA- Ayacucho y la comunidad se logró revertir esa situación. “Con la organización hablamos sobre cómo recuperar el agua, ver dónde fundaríamos las lagunas de agua y lluvia. También saber dónde talar los eucaliptos para recuperar nuevamente los puquiales. Así llegamos a recuperar”, reafirmó.

El trabajo realizado por la asociación y la comunidad logró ser galardonado por el Ministerio del Ambiente (Minam). Durante la COP20 recibieron el Premio Nacional Ambiental 2014. Un reconocimiento por mitigar los efectos del cambio climático.

Así como Jhanmarco existen diversos defensores y defensoras del medio ambiente luchando por la recuperación de las técnicas ancestrales y el cuidado a la Pachamama. ¿Qué debemos hacer para sumarnos? Como diría él: “Poner la mano en el corazón y levantarnos por la Madre Tierra”.

El impulsador quechua de la crianza de agua participó en la presentación de los resultados de la Mesa de Juventud del VIII FOSPA. Fotografía: Meylinn Castro / Servindi.

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Comentarios (3)
Jorge Marreros ... (no verificado) Dom, 23/07/2017 - 18:03
"Crianza" de agua, no, sino de inmediato cuestionar el consumismo despilfarrador de agua y el extractivismo depredador de las fuentes de agua, en que persiste el angurriento régimen capitalista. Por favor, dejen de llamar con eufemismo (palabras bonitas para ocultar la cruda realidad) lo que ya se sabe aunque pocos lo hacen: usar agua solo lo necesario, reusarlo y reciclarlo.
Luana (no verificado) Lun, 04/05/2020 - 18:27
Es importante para la economía
Carlos David Be... (no verificado) Mar, 01/06/2021 - 15:11
No solo crianza y cosecha de agua, sino recuperar todos los saberes ancestrales tanto para restablecer el equilibrio dentro de nosotros mismos y con el mundo natural. Urgente!!!
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