Se deben proteger los conocimientos tradicionales

Servindi, 11 de agosto, 2024.- “Las comunidades son las guardianas del conocimiento tradicional, el cual es fundamental para el uso sostenible de los recursos biológicos. Sin embargo, la protección de este conocimiento no siempre ha sido una prioridad”.

Así lo sostuvo el profesor Carlos Andrés Echeverry, director del Departamento de Ciencia Jurídica y Política de la Pontificia Universidad Javeriana Cali en una reciente conferencia.

Echeverry subrayó el rol de las comunidades indígenas y locales en la conservación de la biodiversidad, destacando la necesidad de que estos saberes sean respetados y protegidos legalmente.

“El artículo 15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica no menciona explícitamente el componente intangible del conocimiento tradicional de las comunidades indígenas o campesinas”.

“No obstante, el Protocolo de Nagoya, adoptado por la Conferencia de las Partes, sí lo reconoce y establece medidas para su protección”, explicó el académico,

En la conferencia organizada por la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Echeverry, brindó una exposición sobre la COP 16 y su relevancia en la implementación del Convenio, a través de una mirada desde el Derecho Público.

Echeverry puso énfasis en los desafíos que enfrentan los países en desarrollo para garantizar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, subrayando el papel crucial que desempeña Colombia en este proceso.

Explicó que el Convenio sobre la Diversidad Biológica es un acuerdo internacional que busca la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de sus componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos.

Este convenio, firmado por 193 países, entre ellos Colombia, establece las bases para la cooperación internacional en materia de biodiversidad y su correcta implementación es supervisada por la Conferencia de las Partes (COP), el órgano supremo del Convenio.

Echeverry también destacó la importancia de la regulación en el acceso a los recursos genéticos, un tema que, según él, es de suma relevancia para Colombia.

“Colombia permite el acceso a sus recursos genéticos fundamentado en la Decisión 391 de 1996 de la Comunidad Andina de Naciones (CAN)”.

“Esa norma es la que utiliza el Ministerio de Ambiente para permitir el acceso a estos recursos, asegurando que se cumpla con un consentimiento informado previo”, señaló.

Asimismo, enfatizó que esta regulación no solo debe garantizar el acceso controlado, sino también asegurar que los beneficios derivados se distribuyan de manera justa y equitativa.

La conferencia también abordó los retos que presenta la cooperación internacional, especialmente en lo que respecta a la transferencia de tecnología y conocimientos desde los países industrializados hacia los demás países.

Este es uno de los aspectos más problemáticos del Convenio. “Los países desarrollados, que son los que poseen la ciencia y la tecnología, y deben transferir estos conocimientos a los países en desarrollo para que puedan investigar y aprovechar sus recursos”.

“Sin embargo, esta transferencia de tecnología no siempre se realiza de manera efectiva, lo que pone en desventaja a los países menos avanzados”, comentó.

Finalmente. Echeverry sostuvo que la COP 16 será crucial para discutir y negociar la distribución de beneficios derivados del uso de los recursos genéticos, especialmente en lo que respecta a las comunidades indígenas. 

“Lo que se discutirá en la COP 16 será fundamental para garantizar que los beneficios se distribuyan de manera justa entre las comunidades que han protegido y conservado estos recursos durante generaciones”, afirmó.

Echeverry también resaltó la complejidad de las negociaciones que se llevarán a cabo en la COP 16, las cuales, dijo, estarán influenciadas por la participación de observadores como Estados Unidos.

Estados Unidos no es parte del Convenio de Diversidad Biológica, pero tiene un gran peso económico y tecnológico en las decisiones que se tomen, indicó.

“Estados Unidos siempre participa en estas reuniones como observador, y aunque no tiene voz ni voto, su influencia es considerable”, concluyó.

Para liderar las acciones institucionales relacionadas con la COP16, la universidad ha conformado un equipo de delegados y representantes de las diferentes facultades y unidades.

Ellas, harán parte de la coordinación y ejecución de las diferentes iniciativas, desde cada una de sus áreas. Conoce más aquí

 

 

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