Servindi, 11 de julio, 2023.- El reconocido analista político y economista Alberto Acosta comparó la devastación ambiental en la Amazonía ecuatoriana al provocado por el accidente nuclear de Chernobyl debido al avance del extractivismo y la minería.
Acosta y cuatro dirigentes indígenas de la Provincia de Napo, en Ecuador, denuncian el desastre ambiental en un podcast producido por Late Latinoamérica.
Ellos coinciden en que la selva ecuatoriana se encuentra en un contexto de emergencia ambiental y social debido al peligro en que se hallan los bosques, la biodiversidad y a las comunidades indígenas y locales.
El primer episodio del podcast creado por Colmena Lab, titulado ‘Napo Resiste’ es solo un pequeño reflejo de lo que ocurre a nivel regional.
“El extractivismo es uno de los problemas más fuertes que enfrenta Latinoamérica. En los últimos años este fenómeno se ha recrudecido especialmente por el avance voraz de la minería y la mega minería”.
De acuerdo a las cifras presentadas en 2019, por el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL), la región registró más de 470 proyectos mineros.
Esos proyectos han provocado aproximadamente 1.456 conflictos socio ambientales, según los últimos registros del Atlas de Justicia Socioambiental.
A pesar que la Provincia de Napo está cubierta por áreas naturales protegidas (ANP) y territorios indígenas (TI), el Estado ecuatoriano ha dispuesto concesiones mineras superpuestas a las dos figuras territoriales.
Ecuador está viviendo un desastre ambiental en la Amazonía por una actividad extractivista, la petrolera, la destrucción del nororiente de la Amazonía ecuatoriana es brutal. Se habla de que allí se produjo lo que podría ser otro Chernobyl, un Chernobyl ecológico en un país del sur, en la Amazonía. La destrucción del suelo, del aire y del agua provocó la desaparición de dos pueblos enteros en la Amazonía ecuatoriana, los tetetes y los sansahuaris. Las enfermedades catastróficas alcanzan niveles increíbles, el cáncer para mencionar un caso, está en 31%, cuando el promedio nacional es de entre el 11% y el 13%. Las provincias petroleras son las más pobres de todo el Ecuador. Y con todo esto están abriendo las puertas a la megaminería” - Alberto Acosta.
Según los datos de la Agencia de Regulación y Control Minero (ARCOM) publicados en 2021, Napo posee 288 concesiones mineras que ocupan el 3.14% de la superficie provincial, pero que comprometen las principales fuentes de agua de toda la provincia, principalmente, del Río Napo, afluente del Amazonas.
De acuerdo con el reporte 184 sobre el Avance de la Minería en Napo elaborado por Monitoring of the Andean Amazon Project, publicado en marzo de 2023, entre 2015 y 2021, la actividad minera en esta provincia ha crecido aproximadamente 300 por ciento.
El impacto ha afectado a las comunidades aledañas de múltiples formas que van desde el abastecimiento de agua y la contaminación de las cuencas hídricas hasta serios problemas de salud y alteraciones a los medios de vida.
“Se ha visto un aumento en la violencia y la creación de conflictos entre las comunidades y también se ha visto un gran ecocidio en donde están estas concesiones las cuales están operando legal y legalmente”, denunció Leo Cerda activista y vocero del colectivo Napo Resiste.
Mientras la industria minera recibe el apoyo directo e indirecto de los gobiernos, para mantener y ampliar sus operaciones en Napo y en el país, las comunidades enfrentan los impactos sociales, económicos y ambientales así como la militarización, la violencia y los daños a la salud y medios de vida.
Según las denuncias realizadas por las comunidades, hasta 2021 se analizaron 146 concesiones mineras de oro aluvial en la Provincia de Napo y se estableció que al menos 45 de ellas fueron otorgadas sin cumplir con la consulta ambiental, ni la consulta previa libre e informada.
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