Conozca el mensaje de los pueblos indígenas al Papa Francisco

Servindi, 8 de setiembre, 2017.- "El camino de la paz es la armonización y liberación de la Madre Tierra" es el mensaje de los pueblos indígenas de Colombia dirigido al Papa Francisco, quién en su tercer día de visita a este país desarrolla un encuentro con víctimas del conflicto armado en la ciudad de Villavicencio. 

}Mediante un mensaje difundido públicamente la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) demanda un diálogo directo entre la espiritualidad de los pueblos indígenas de nuestro Gran Continente del Abya Yala y la visión del Cristianismo, en cabeza de su Santidad.

Asimismo, construir un modelo de gobernabilidad, justicia y organización ambiental territorial, que respete la visión y conceptos de Buen Vivir de los Pueblos Indígenas.

Con el proposito de avanzar en dicho cometido, proponen al Papa Francisco "recibir una Comisión de los Pueblos y nacionalidades indígenas en el Vaticano, en el menor tiempo posible".

El documento también exhorta al Sumo Pontífice a promover que los diferentes jes de Estado reconozcan, garanticen y protejan los territorios ancestrales indígenas.

"Allí queremos desarrollar nuestras espiritualidades, ejercer nuestro derecho a la autodeterminación, nuestra facultad de ser autoridades ambientales para seguir cuidando la Madre Tierra" indica el comunicado de la ONIC.

Pide asimismo, respaldar los proyectos políticos y de la vida de los pueblos originarios del Gran Continente del Abya Yala "que conduzcan al reconocimiento y ejercicio de la libre autodeterminación, y de nuestras formas propias de gobierno".

A continuación el mensaje completo:

Mensaje de los pueblos indígenas de Colombia al Papa Francisco

El camino de la paz es la armonización y liberación de la Madre Tierra (1)

Villavicencio Meta, Colombia, 8 septiembre del 2017

Los Pueblos Indígenas de Colombia que sobrevivimos y resistimos dignamente y que seguimos siendo guardianes de la Madre Tierra, saludamos su visita a nuestro territorio y celebramos que su peregrinar de esperanza y paz, sea un primer paso que contribuya hacia la construcción de una paz estable, duradera y completa. Otros Pueblos no han sobrevivido a estos 5 siglos de exterminio; en su memoria también le saludamos.

Somos 103 pueblos ancestrales, cuidadores de la Madre Tierra, de los bosques, los ríos, las montañas, el viento, las lagunas, los mares, los pajaros, los animales grandes y pequeños, las piedras, y toda la creación de la naturaleza. Para nosotros la tierra es sagrada, es mujer, somos parte de ella y ella es parte de nosotros. Esa es la esencia de nuestra espiritualidad. 

Desde hace 525 años hemos sufrido condiciones de injusticia, eliminación de nuestras espiritualidades y exterminio físico y cultural, así mismo, la exclusión del Estado y el despojo territorial son producto de un colonialismo apalancado en una evangelización impuesta y basada en el desconocimiento, que en nuestros días se traduce en afectaciones a nuestros derechos humanos, comprometiendo con ello, la pervivencia de las diferentes culturas de los pueblos indígenas. También hemos sido víctimas de las guerras que otros han traído a nuestros territorios y de un “modelo económico, de desarrollo y de civilización” que no ve la tierra como la Madre y no trata a los demás seres como hermanos, sino como una mercancía, que se puede comprar, saquear y vender. Hoy en Colombia más de 63 Pueblos ancentrales nos encontramos en riesgo de extinción física y cultural. Esto es motivo de dolor y desesperanza para nuestros pueblos y debe ser motivo de preocupación para la humanidad, en tanto que la diversidad de pensamiento y conocimiento representa un patrimonio invaluable de todos.

Reconocemos que usted en 2016, en su visita a México, en nombre de la iglesia católica, pidió perdón por “el dolor, el maltrato y la inequidad” sufrida por los pueblos indígenas, e invitó a los Estados que también lo hicieran por excluirnos, menospreciarnos y expulsarnos de nuestras tierras.

En respuesta, ofrecemos nuestra mano. Con nuestros principios de armonía, equilibrio, reciprocidad y respeto por la vida, seguiremos aportado a la construcción de Paz y al Buen Vivir. Nuestros mayores nos enseñaron que este territorio es un préstamo que nos han hecho nuestros nietos. “Qué lo que ocurra con la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hicieré al tejido, lo hará a sí mismo”. Queremos dejarles un legado mejor a nuestros hijos y este es nuestro aporte a la humanidad. El camino es la defensa del TERRITORIO, la CULTURA, la AUTONOMÍA y la UNIDAD.

Unimos nuestra voz y voluntad como Pueblos Indígenas frente a la buenas intensiones manifestadas por su Santidad, referidas al perdón por todos aquellos hechos de colonización en nuestro Continente, los cuáles aún hoy día, traen consigo genocidio, etnocidio y ecocidio. La voluntad de perdón debe estar soportada con hechos de los actores en las distintas instancias de los Estados responsables del desmedro de los derechos individuales y colectivos de las distintas sociedades, así como de los derechos de la Pacha Mama. De esta manera, garantizar la reparación, la justicia y la no repetición, es sin duda, el primer paso firme en el camino hacia la Paz, con un compromiso profundo y sentido para volver a creer en la palabra y florecer la esperanza.

Por ello, instamos a su Santidad establecer:

  1. Un diálogo directo entre la espiritualidad de los pueblos indígenas de nuestro Gran Continente del Abya Yala y la visión del Cristianismo, en cabeza de su Santidad.
  2. Construir un modelo de gobernabilidad, justicia y organización ambiental territorial, que respete la visión y conceptos de Buen Vivir de los Pueblos Indígenas.
  3. Con el proposito de avanzar en dicho cometido, proponemos a su Santidad recibir una Comisión de los Pueblos y nacionalidades indígenas en el Vaticano, en el menor tiempo posible.

Además, como hechos de reconciliación y reparación con la Madre Tierra y con los Pueblos ancentrales consideramos urgente que:

  • Desde sus pronunciamientos oficiales como Jefe del Estado Vaticano y Máximo Jerarca de la Iglesia inste, promueva y recomiende a los diferentes Jefes de Estado para que reconozcan, garanticen y protejan nuestros territorios ancestrales. Allí queremos desarrollar nuestras espiritualidades, ejercer nuestro derecho a la autodeterminación, nuestra facultad de ser autoridades ambientales para seguir cuidando la Madre Tierra.
  • Asimismo, se promulguen en los distintos escenarios de parte de su Santidad, la definición y decisión de los proyectos políticos y de la vida de los pueblos originarios del Gran Continente del Abya Yala, que conduzcan al reconocimiento y ejercicio de la libre autodeterminación, y de nuestras formas propias de gobierno, autonomía, jurisdicción, organización social y política, y se garantice nuestro derecho a decidir y definir nuestro destino mediante el ejercicio legitimo del derecho al consentimiento previo, libre e informado.
  • Por otra parte, es indispensable, que el Sumo Pontífice promueva y recomiende a los Estados pertenencientes al continente del Abya Yala para que den cumplimiento efectivo a los distintos instrumentos jurídicos del orden internacional que existen para la garantía de los derechos de los pueblos originarios, tales como el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos y Naciones Indígenas y la Declaración Americana de Derechos de los Pueblos Indígenas, entre otros.
  • Ahora que Colombia ha logrado firmar un acuerdo de Paz. Es imperativo que se nos incluya de manera cierta y verificable y no como una mera referencia o procedimiento, pues eso no fuimos en la guerra. Paz significa implementación efectiva del Capítulo Étnico. Es indispensable que se reconozca a la Guardía Indígena y otros formas de protección como Actores de Paz y guardianes del territorio y de la vida, así como la protección a los pueblos en riesgo de exterminio físico y cultural, como lo es el caso del Pueblo Nukak.
  • Finalmente, desde el territorio de los pueblos originarios de Colombia, requerimos que su Santidad, Papa Francisco, en su visita oficial a territorio Mapuche – Wallmapu en enero de 2018, exhorte e inste al gobierno chileno a reconocer y proteger los derechos territoriales, autonómicos y culturales en aras de garantizar la pervivencia de este pueblo originario.

Junto a usted Papa Francisco, los Pueblos Indigenas hacemos un llamado a la humanidad para que protejamos y cuidemos la Madre Tierra que nos queda y evitar su destrucción.

¡Todos los hijos debemos honrar a nuestra Madre Tierra! ¡Sigan contando con nosotros para la Paz, Nunca para la Guerra!

#PorLaPazyLaMadreTierra
#OrigiNaciones
#OrigiNations
#OrgulloIndigena

Consejero Mayor ONIC
Luis Fernando Arias Arias /3183501737

Nota:

(1) Este comunicado se suma a los diversos pronunciamientos que desde la Cumbre de los Pueblos y Naciones Originarias del Abya Yala se han enviado al Estado Vaticano: (i) Comunicado a la Santa Sede, El Vaticano, en el marco de la V Cumbre Continental de los Pueblos Indígenas del Abya Yala, La María, Piendamó, 2013, (ii) Comunicado de la Comisión Continental Abya Yala, Equinoccio de Otoño, Septiembre de 2015, Territorios de la Nación Lenape, Filadelfia, Pennsylvania, (iii) Comunicado sobre el Desmantelamiento de la Doctrina del Descubrimiento, Valle de Jovel, San Cristobal de Las Casas, Chiapas, México, febrero 2016 (iv) Carta de los Pueblos Indígenas a su Santidad Papá Juan Pablo II, junio de 1986.

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