Carlos Rojas: “El papel de las mujeres es fundamental en nuestra historia”

Carlos Rojas sostiene un ejemplar de su último libro "Libertadores. Héroes de la Independencia". Foto: El Peruano/Archivo Carlos Rojas sostiene un ejemplar de su último libro "Libertadores. Héroes de la Independencia". Foto: El Peruano/Archivo

Conversamos con el historiador Carlos Rojas Feria, quien resalta el papel de la mujer en la lucha por la Independencia del Perú a propósito del Día Internacional de la Mujer.

Servindi, 8 de marzo, 2022.- Para el historiador Carlos Rojas Feria las mujeres tuvieron un papel fundamental a lo largo de la historia del Perú y, en particular, en la lucha por la Independencia.

Así lo destaca en sus libros el autor que sumerge la historia en una mezcla de historietas y humor reflexivo para hacer más digeribles y disfrutables los relatos históricos del país.

Bajo esa fórmula, Rojas ha escrito en historietas las biografías de Miguel Grau, Andrés Avelino Cáceres, Manco Inca, entre otros, donde también resalta el papel de la mujer.

El autor, además, confiesa que tiene en mente escribir al menos dos relatos vinculados a seguir resaltando la función de las mujeres en la historia peruana: uno biográfico y otro colectivo.

Servindi conversó con Rojas a propósito del Día Internacional de la Mujer y de su última publicación donde destaca varias voces femeninas, como el de las rabonas y la matriarca Matiaza Rimachi.

También habla sobre el desafío de compartir la historia mediante el formato de la historieta documental y de sus próximos proyectos como historiador. Los detalles en la siguiente entrevista.

El papel de la mujer

- En su última publicación titulada Libertadores. Héroes populares de la independencia (Lima, 2021) resalta a personajes invisibilizados del Perú. Cuéntenos quiénes son y por qué fueron invisibilizados en su momento.

Mis libros habían sido hasta ahora biográficos sobre grandes personajes históricos, pero para 2021 me propuse hacer la historia de un colectivo: ya no contar la historia de grandes libertadores o personajes, sino contar el aporte popular. Por eso este libro se llama Héroes Populares. Ahí desarrollo historias de personajes que han sido invisibilizados.

Por ejemplo, con los afroperuanos aparecen personajes muy interesantes. Están los cimarrones como Francisco Congo, que ya ha sido reivindicado por la comunidad afroperuana. Hay otro que se llama Ildefonso Manuel, que servía de espía para la causa libertadora. Es gente que dejó el pellejo, que muere. Y, por otro lado, en la Amazonía aparece una batalla que se llama Higos Urco, librada en 1821, donde resalta el papel de las mujeres.

Ahí está Matiaza Rimachi, una matrona de Chachapoyas (Moyobamba) que tiene un papel fundamental en esta batalla. Participa en la lucha con un grupo de mujeres. Si bien es una historia que ya es conocida a nivel local, merece difundirse a nivel nacional.

Ella tiene un perfil distinto al de las rabonas. Es una mujer que vive en el lugar y participa en la batalla, mientras que las rabonas, son ese grupo de mujeres andinas que acompañan al Ejército sirviendo de logística, enfermería, lavandería, espías. A ellas también les di un lugar especial: en la portada están como guerreras y en la contraportada están preparando la comida. Y dicen que preparan más rico que Mistura. Sin duda, es fundamental el papel las mujeres. Por esto en el libro hay muchas voces de mujeres.
 

Portada del último libro del el historiador Carlos Rojas Feria. Foto: Ediciones Altazor

- Además de las rabonas, ¿qué otras mujeres fueron invisibilizadas en la historia del Perú? ¿Está en sus proyectos dedicar alguna historieta a algún personaje femenino?

Sí. He tenido en mente y avancé un poco la biografía de Clorinda Matto de Turner. Me parece un personaje extraordinario, una mujer que entra a la política, una mujer valiente que estuvo en el Periodismo también, fue perseguida y que triunfó tanto aquí como en Argentina, donde finalmente fue exiliada. De ella avancé algunas imágenes y un texto, hice una investigación en prensa de la época, pero lo dejé porque me fueron saliendo otros proyectos. Es algo pendiente que tengo.

También tengo como proyecto hacer en mi propio formato “Las mujeres en la historia del Perú”. Es decir, contar la historia de las mujeres en la historia del Perú en historieta documental. En el libro de Cáceres yo resalto el papel de las rabonas, tanto en el papel de la mujer, como en el de su esposa Antonia Moreno de Cáceres, que fue una mujer valiente, que pierde un hijo en plena campaña, que está con el esposo padeciendo las inclemencias de andar por la sierra y costa.

Destaco el papel de las mujeres, que no solo eran enfermeras, cocineras sino también espías. Hay un hecho contado en la memoria de Cáceres de que una rabona le pasa la voz de que lo quieren asesinar, un atentado que quieren cometer por orden de Patricio Lynch, jefe de ocupación chilena. Y una rabona quechuahablante escucha y le pasa la voz a Cáceres y lo salva al advertirle de ese peligro.

Compartir la historia

- ¿Qué desafíos considera que se presentan para dar a conocer la historia a las nuevas generaciones? ¿Cuál sería la estrategia más idónea?

El reto es convertir el discurso académico, profesional, que se genera en la academia, las universidades y transformarlo en un formato ameno, digerible, entendible, visual, porque las nuevas generaciones se nutren más de lo visual. Y también haciendo que esta información sea horizontal, o sea, quitándole un poco la solemnidad al discurso. Creo que este es el reto que los que estamos en lo que es difusión de la historia a todo nivel y público, debemos tener en mente.

- ¿A través de que formato podría transmitirse la historia?

Mi propuesta va por la historieta documental, una historia con caricatura; pero también tengo en mente hacer, y ya he hecho algunos pequeños videos que funcionan muy bien con el público. Esto va acompañado, según mi propuesta, con el uso del humor, un humor que pretendo ser reflexivo, que acompañe al acontecimiento, que refuerce ideas, y como siempre digo, riéndose del poderoso, del abusivo. No nos podemos reír del que ha sufrido en la historia, sino más bien darle la vuelta a ese discurso.

El reto para dar a conocer a la historia a las nuevas generaciones es convertir el discurso académico en un formato ameno, digerible y visual, quitándole un poco la solemnidad al discurso.

- ¿Cuánto tiempo te tardó en encontrar una fórmula así (que combine la historia con las historietas y el humor)?

Es un proceso. Lo que yo tenía definido es que me encanta la historia desde niño y me encanta dibujar. Entonces, lo que hice fue juntar mis dos pasiones, convertidas después en profesión. Llegar al humor fue paso a paso. Primero estuve en una etapa más formal, de dibujo realista, pero me fui dando cuenta, al hacer algunos borradores, del impacto que generaba el humor en el lector. Hay que diferenciar ahí el humor de lo cómico: el humor es reflexivo y lo cómico es un poco el chiste por el golpe.

El humor es muy importante porque es un humor presentista, es decir, que juega con el presente haciendo comparaciones. Uso muchos peruanismos, muchas palabras que quedan, como “la plata llega sola”. En un momento derrotan a la defensa de Lima en Miraflores y le dicen a Nicolás de Piérola: ¡cayó Miraflores! y Piérola responde: no cayó, se desplomó. Cosas así, son palabras que han quedado dentro de la política, del deporte, que han quedado en canciones y eso sirve para enganchar al lector, porque te hacer ver la historia como algo cercano.

Pero yo por mi formación de historiador, considero que hay que hacer identidad y todo, con fundamento histórico. Mis historias están documentadas, tiene citas, es un relato histórico, pero me doy licencias en los globos y los lectores son súper hábiles para darse cuenta de eso.

Por eso, una vez que llegué al humor reflexivo, no lo solté. Publiqué mi primer libro en el año 2000 sobre Manco Inca, el gran héroe de la resistencia incaica. En la portada aparecía un inca a caballo. La gente se enganchó. Era una reivindicación por un personaje que rescata un poco la autoestima porque hay esta imagen en Cajamarca del desastre que hubo allí y mucha gente piensa que ahí quedó todo.

A veces los críticos y el público mismo te van dando forma. Aparecieron comentarios de Jorge Eslava y también de historiadores, como Pablo Macera, Elena Regalado de Hurtado, Francisco Quiroz, Waldemar Espinoza. Afortunadamente, lo comentaron bien porque dentro de todo hay un respeto a las fuentes históricas.

- Bajo su experiencia, ¿de qué forma impacta difundir la historia por medio de historietas? ¿Cuál es su evaluación?

Creo que partimos de nosotros mismos. Cuando somos niños y he conversado con muchas personas, todos tienen el recuerdo de una historieta que han leído en los años 70, años 80 y algunas clásicas. Por ejemplo, el grupo avanzada en los 60 que también tocaban temas históricos, después también hay una biografía de Miguel Grau del año 79, en la época del centenario y muchas personas, historiadores o no, tienen ese recuerdo de esa historieta que leyeron y finalmente fue parte de su infancia; y eso se replica también en los autores actuales porque van forjando en los lectores ese gusto por la historia en un formato más digerible, más amigable.

Yo lo he comprobado sobre todo porque asisto mucho a ferias de libros y me encanta el contacto con el público y he tenido muy bonitas experiencias, en Huancayo, Ayacucho. Recuerdo una vez que estaba en la Feria del Libro de Huancayo firmando libros y conversando con la gente y había un señor de serenazgo a cargo de la seguridad de la feria. Se acercaba, me miraba cómo compartía mis libros y me compró uno. Al acercarse, me dijo: ‘es para mi hijita, le puede poner su nombre’. Y le pregunto, qué edad tiene su hija: un año, me dijo. Lo que pasa es que quiero que mi hija tenga un libro autografiado de un autor. Se lo iba a guardar.
 

Carlos Rojas interactuando con el público en una feria de libros. Foto: Cortesía/Carlos Rojas

Más difusión, más historia

- ¿Considera que la celebración del Bicentenario ha tenido efectos en la difusión de historia del Perú?

Sí, se han producido bastantes trabajos, a nivel regional, sobre todo. Se han hecho muchas historias desde el punto de vista regional, local, en el norte, en la sierra, en el sur. Ha habido muchos congresos, reuniones, eventos históricos que han producido una gran cantidad de libros. Hay muchos libros sobre el Bicentenario, el aporte regional y también ha habido muchos encuentros. Ahora con el tema de lo virtual, hubo encuentros con historiadores argentinos, chilenos. Ha favorecido en ese sentido que se han planteado visiones y lo interesante es que se hubo mucho énfasis en los historiadores peruanos en resaltar el papel de las provincias. Se le ha sacado un poco la vuelta a la fecha porque se celebra la proclamación de la Independencia, pero se ha enfatizado bastante en esas historias locales.

De hecho, he pensado también en un futuro hacer una biografía sobre Juan Santos de Atahualpa, hablando de la selva porque ese personaje es clave. Lo menciono en Libertadores porque es como un precursor, previo a Tupac Amaru, es un personaje místico que tiene un halo misterioso. Fue además un hombre que puso en jaque a la administración virreinal y si bien no logro el triunfo, quedó con la imagen de un héroe invicto. Es un trabajo a futuro que de todas maneras voy a realizar, además de la biografía sobre Tupac Amaru.

- Para culminar esta entrevista, quisiera consultarle qué recuerdos o satisfacciones le dio participar en la cartilla sobre Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas que editó Servindi en homenaje a Pedro García, “Perico”, en el 2016.

Tengo los recuerdos más gratos porque recuerdo que también se trabajó con el gran artista e ilustrador shipibo Robert Rengifo, “el que pinta bonito”, que ya falleció. Fue espectacular trabajar con él y con Jorge Agurto y reivindicar a este personaje que fue Pedro García “Perico”. La experiencia de presentar este documento en Miraflores fue muy buena. Tuvimos gran cantidad de público y, además, para mi significó mucho trabajar esa cartilla porque pienso que el país tiene una deuda histórica con la Amazonía del Perú. Siempre se le ha visto de espaldas, desde la época yo diría hasta incaica. El mismo imperio incaico también desarrolló en cierto momento un prejuicio hacia la población de la Amazonía e igual pasó en la época virreinal y también en la República. Es un territorio enorme, muy rico en cultura y tradición. Fue una gran satisfacción participar ahí.

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