Servindi, 8 de marzo, 2016.- La producción agrícola deberá aumentar en un 60 por ciento en 2050 para atender la demanda global prevista para entonces. Así lo sostiene la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un informe publicado el 2015 y que señala al cambio climático como principal obstáculo a dicho crecimiento.
Según el informe, el cambio climático "ya está poniendo presión sobre los sistemas alimentarios y los medios de vida rurales de todo el mundo."
Ningún otro sector es más sensible a este fenómeno que la agricultura, recuerda el documento. En ese sentido, advierte que la respuesta que se le vaya a dar determinará cómo vamos a alimentar a las generaciones futuras.
En torno a los cultivos, en su informe de 2014, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC) advierte que el rendimiento de los cultivos ya puede estar en disminución, y que para el 2050 pueden haberse generalizado reducciones del 10 al 25 por ciento, e incluso más.
Un factor que contribuye al cambio climático, y que la misma FAO así lo ha demostrado, es el desperdicio de alimentos, los cuales liberan a la atmósfera miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI).
En la actualidad se pierde o se desperdicia una tercera parte de los alimentos que se producen. Estos representan el 8 por ciento de las emisiones anuales de GEI, explica la FAO.
Informe explica detalladamente cómo el cambio climático afecta la producción global de alimentos.
A fin de esclarecer el tema, el organismo de la ONU compartió una infografía con diez importantes datos sobre cambio climático y alimentación, y que incluyen a sectores como la ganadería y la pesca.
"Se prevé que el aumento de temperaturas reduzca las capturas de las principales especies de peces del mundo en un 40 por ciento", advierte la imagen.
Ante el desperdicio de alimentos en algunos países ya han puesto en marcha algunas iniciativas. Según el sitio web veoverde.com, Francia prohibió que los supermercados boratan comida que aún puede ser consumida. Se ha dispuesto así que los establecimientos donen esta comida a organizaciones benéficas y a banco de alimentos.
En algunas ciudades de España se ha instaurado un sistema de "neveras solidarias", las cuales acopian comida que otros dejan para que luego ésta sea tomada por aquellos que más la necesitan.
Puede revisar el informe de la FAO haciendo clic en el siguiente enlace:
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