Fuente de la imagen: REPAM.
Servindi, 4 de enero, 2024.- Una investigación “seria y creíble” piden comunidades nativas respecto a la muerte del sacerdote católico de origen keniano Josiah K'Okal, hallado sin vida colgado de un árbol en el estado Monagas, Venezuela.
La policía descarta que se trate de un homicidio y estudia la hipótesis del suicidio, según reportó el diario Últimas Noticias, de línea oficialista, y cita supuestos testimonios sobre una probable depresión que sufría el religioso.
Sin embargo, la comunidad indígena del pueblo Warao en Venezuela no está convencida de la versión oficial debido a que el religioso había denunciado el trafico de indígenas en este país.
Por tal motivo exige se “aclaren las circunstancias de su muerte” mediante una investigación “seria y creíble”.
La Agencia para las Obras Pontificias Misioneras (Fides) informó que el religioso fue visto por última vez el 1 de enero en que saludó a los habitantes del poblado de Janokosebe en un tramo de la autopista nacional.
El sacerdote recorría en bicicleta la zona, un medio de transporte que usaba habitualmente ya que “solía hacer actividad física” por su pasado como maratonista en Kenia.
El religioso se desplazaba sin su documento de identidad ni su teléfono desde la casa que la congregación Misioneros de la Consolata tiene en la localidad venezolana de Tucupita (noroeste), en Delta Amacuro.
Su cuerpo fue encontrado colgado de un árbol el 2 de enero por habitantes de la localidad de Boca de Guara, en el vecino estado Monagas, de acuerdo con una minuta de la militar Guardia Nacional.
De Kenia a Venezuela para servir a los demás
K'Okal nació en Kenia el 7 de septiembre de 1969 y llegó a Venezuela tras ordenarse sacerdote en 1997. Nacionalizado venezolano, llegó a ser superior de la delegación de los Misioneros de la Consolata.
Desde 2006, se dedicó a estudiar la cultura y la lengua de los warao y en 2022 terminó una maestría en Antropología en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Ecuador.
Tenía 54 años de edad, de los cuales 30 de profesión religiosa y 26 de sacerdocio.
Recordación de una obra de servicio
Las Obras Misionales Pontificias de Venezuela afirman que el padre K’Okal “se hizo apóstol y hermano del pueblo Warao, con quienes vivió la mayor parte de su vida sacerdotal”.
“Siempre atento a sus necesidades y compañero de sus luchas. Nos quedamos con el mejor recuerdo de un misionero alegre que supo acoger a todos para ofrecer consuelo y cercanía” indica en un mensaje.
El Consejo Indigenista de Brasil (CIMI) lo destaca como “una de las personas con mayor trayectoria en el trabajo con el pueblo Warao, contribuyendo mucho en Brasil con grupos pastorales y agentes”.
También , el CIMI valora su capacidad de dar a conocer la realidad del pueblo Warao, el contexto de su movilidad a Brasil y ayudó con propuestas de trabajo con el pueblo Warao en Brasil.
La REPAM escribió en una nota: “su intenso proceso de encarnación y compromiso con estas comunidades y realidades circundantes le llevó a colaborar a mayor escala en el equipo de coordinación internacional del Núcleo de Pueblos Amazónicos de la REPAM”.
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