CooperAcción, 5 de febrero, 2018.- El 2 de febrero se celebró en el mundo el Día de los Humedales. Perú tiene actualmente 13 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional (los llamados “sitios Ramsar” por la Convención Ramsar de 1971), los mismos que ocupan una superficie de 6,784,041 hectáreas.
Sin embargo, no se sabe con exactitud cuántos humedales existen en el Perú. Hace cuatro años, el Gobierno puso en marcha un inventario nacional de humedales, pero aún no se conocen sus resultados, lo que da cuenta del escaso interés del Estado por estos ecosistemas.
Los humedales costeros forman parte del corredor biológico del Pacífico y constituyen una de las reservas de biósfera más importantes del planeta. Los humedales son considerados como “los riñones” del planeta por sus importantes funciones ecosistémicas: limpian el agua, absorben CO2, proveen de agua a comunidades aledañas, regulan el ciclo hidrológico; además, albergan gran biodiversidad de aves migratorias.
Por si fuera poco, proveen de junco y totora a artesanas y artesanos locales, quienes encuentran en esta actividad una oportunidad económica sostenible y preservan así sus saberes ancestrales, historia y cultura.
Pese a ello, los humedales costeros del Perú enfrentan un conjunto de amenazas, tanto por actividades industriales que contaminan el agua (como las granjas de pollos que muchas veces utilizan el agua de estos ecosistemas), por la inversión inmobiliaria y la desordenada expansión urbana, e incluso por el desinterés de las autoridades locales que los utilizan como botaderos municipales.
Hace pocos meses, (...) el propio Ministerio del Ambiente “desafectó” –esto es, le retiró la categoría oficial de Zona Reservada- al humedal del Puerto Viejo, en Cañete. Cuando un humedal es desafectado, corre el alto riesgo de desaparecer
Cuando un humedal es “secado” o desaparece, las aves hacen un esfuerzo doble para llegar al humedal más próximo para descansar, alimentarse y retomar energías. Este factor reduce su calidad y tiempo de vida e incrementa la posibilidad para la disminución de su población. Por consiguiente cuando desaparece un humedal se pone en riesgo la biodiversidad y se altera su ruta natural.
Pese a ello, son pocos los esfuerzos del Estado para protegerlos. Hace pocos meses, por ejemplo, el propio Ministerio del Ambiente “desafectó” –esto es, le retiró la categoría oficial de Zona Reservada- al humedal del Puerto Viejo, en Cañete. Cuando un humedal es desafectado, corre el alto riesgo de desaparecer.
¿Qué podemos hacer para proteger los humedales?
Compartimos aquí una lista de acciones que cada uno puede impulsar desde su comunidad:
- Visitarlos y hacer que más gente conozca los humedales, principalmente niños y jóvenes.
- Difundir la importancia de los beneficios y servicios ambientales y ecosistémicos que los humedales brindan al distrito, al territorio, a la comunidad y al planeta.
- Organizar comités de vigilancia ambiental del humedal.
- Desarrollar acciones de recuperación: jornadas de limpieza, diagnóstico de contaminación, mapeo de la biodiversidad y señalización ambiental.
- Mapear aliados y desarrollar articulaciones para la recuperación, manejo y conservación del humedal con: universidades, colectivos ambientales, operadores turísticos, escuelas, entre otros.
- Sensibilizar a la comunidad sobre el cuidado del ecosistema: no tirar basura, no tirar desmonte, no “ganarle terreno” al humedal.
- Planificar: elaborar participativamente planes de recuperación y manejo.
- Hacer incidencia en tomadores de decisiones locales para que la protección del humedal entre en agenda pública y se emitan normas locales de protección (el caso de Chancay es un buen ejemplo a seguir).
- Monitorear y vigilar permanentemente los humedales y reportar y difundir los avances de su proceso de recuperación.
- Fomentar investigación científica con aliados sin perder de vista el encuentro con los saberes locales.
- Incluir en la currícula educativa local la importancia de los humedales para el desarrollo urbano sostenible.
- Visibilizar a las comunidades que dependen del humedal (artesanas tejedoras, extractores, pescadores) para que formen parte del proceso de recuperación y manejo.
- Sistematizar y difundir la historia de cada humedal.
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