Servindi, 21 de febrero, 2021.- El 1 de febrero las fuerzas armadas realizaron un golpe de Estado en Myanmar (Birmania) y detuvieron a los principales líderes políticos, entre estos a la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
El jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, tomó el control de todos los poderes del Estado y también arrestó al presidente Win Myint y a los gobernadores de diferentes regiones.
De esta manera se interrumpió el frágil proceso de transición democrática iniciado en 2011, luego de que este país viviera bajo una dictadura militar durante casi 50 años, entre 1962 y 2010.
Los militares justificaron el golpe debido a un “enorme fraude electoral” en las elecciones parlamentarias de noviembre de 2020, donde ganó ampliamente la Liga Nacional para la Democracia (LND), que está en el poder desde 2015.
Luego del golpe de Estado los militares declararon el estado de emergencia y anunciaron que reformarán la comisión electoral y convocarán a nuevas elecciones "pluralistas, libres e igualitarias".
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llamó enérgicamente al regreso a la democracia y pidió la liberación inmediata de la líder del partido depuesto, Aung San Suu Kyi, y de todos los detenidos arbitrariamente.
¿Cómo han vivido los activistas indígenas los primeros momentos del golpe? ¿Cuáles son sus llamados a la acción y sus esperanzas para el futuro?
El Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA) nos comparte un vídeo que recoge los testimonios de los activistas indígenas que se acercaron a esta organización para difundir sus voces.
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Aung San Suu Kyi, lideresa del partido Liga Nacional para la Democracia / Foto: Martín Divisek - EFE
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