Servindi, 8 de mayo, 2020.- En esta edición escuche a: Miguel Guimaraes, presidente de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali y Afluentes (FECONAU)-Ucayali; Salomón Awananch, presidente de la Organización Regional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte del Perú (ORPIAN-P)-Amazonas; Gabriela Asilovichs, misionera polaca y gerente del Centro de Salud Santa Clotilde Microred Napo-Loreto y Teddy Sinacay, presidente de la Central de Comunidades Nativas de la Selva Central (Ceconsec)-Junín.
- Ronda informativa indígena al 8 de mayo de 2020 (Puede descargar el audio con clic derecho en el botón "Reproducir" y luego en "Guardar audio como")
Miguel Guimaraes, presidente de FECONAU-Ucayali
Las poblaciones de las comunidades indígenas de Ucayali, como Puerto Firmeza y Nueva Esperanza de Panaillo, reportan síntomas de Covid-19 y no existe condiciones para confirmar si están contagiadas con la pandemia, nos informa Miguel Guimaraes, presidente de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali y Afluentes (Feconau).
La preocupación es alarmante porque las poblaciones están alejadas y no existe respuesta inmediata como ocurrió con la comunidad nativa Puerto Bethel.
El presidente de Feconau lamenta que el protocolo de salud sea insuficiente para atender a los pueblos indígenas, y menos hay coordinación con las trece federaciones bases de Ucayali.
Las autoridades locales solo se limitaron con cumplir con los bonos y víveres dispuesto desde el Gobierno central.
Miguel Guimaraes emplaza a las autoridades a obrar a conciencia y con eficiencia para atender y aliviar el doloroso drama que viven las comunidades indígenas.
Salomón Awananch, presidente de ORPIAN P-Amazonas
A nivel nacional, son más de mil indígenas de la Amazonía peruana que retornan a sus regiones de origen, de los cuales 263 aguardan en las ciudades de Chachapoyas, Bagua grande y Bagua chica.
Otro grupo de 28 comuneros infectados con el Covid-19 están aislados en los distritos de Río Santiago, Cenepa, Manseriche y Condorcanqui.
Así nos informa Salomón Awananch, presidente de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Norte del Perú (ORPIAN). Awananch, lamenta que sus hermanos indígenas no cuenten con el apoyo para llegar a sus viviendas luego de cumplir la cuarentena.
En el grupo de personas que retornan a sus regiones están los llamados “caminantes” que perdieron sus fuentes de trabajo por la emergencia. El temor crece en las comunidades porque los “caminantes” no se sometieron a una prueba rápida de Covid-19 y abandonaron la caravana por falta de apoyo.
La población comunera manifiesta síntomas de la pandemia y otros son asintomáticos. Lo real es que en los centros de salud no hay medicamentos y mucho menos pruebas para detectar a posibles infectados.
Gabriela Asilovichs, misionera y gerente del Centro de Salud Santa Clotilde Microred Napo-Loreto
En la cuenca del río Napo en el Perú existe un centro de salud y tres postas para trece comunidades que carecen de personal adecuado y suficiente. La población y el personal de salud viven estos días con la duda de haber contraído el Covid-19 por el contacto con personas infectadas que repartieron alimentos desde Iquitos.
Así lo relata Gabriela Asilovichs, misionera polaca y gerente de la Microred de Salud de Santa Clotilde de la provincia Maynas, región Loreto. Ella pide dotar mínimamente a los hogares de jabón y sal para afrontar este momento crítico.
El hospital principal no cuenta con ninguna cama de cuidados intensivos y ventilador mecánico. A pesar de la precariedad habilitaron un área para pacientes Covid-19, con recursos propios garantizan oxígeno las 24 horas a pacientes con dificultad de respiración.
Gabriela Asilovichs señala que la mayoría de la población de las comunidades de la cuenca del Napo padece de hipertensión, diabetes y los niños de desnutrición. Para afrontar la situación y la crisis de la pandemia se necesita reforzar los recursos humanos de salud.
Teddy Sinacay, presidente de Ceconsec-Junín
Teddy Sinacay, presidente de la Central de Comunidades Nativas de la Selva Central (Ceconsec) pide al Estado peruano tomar en cuenta a los pueblos indígenas para coordinar y afrontar la crisis. Hasta la fecha nadie atiende el abandono en que se encuentran las comunidades.
En la Selva Central aumenta la preocupación por la reactivación económica y anuncia que habrá protestas ante el afán del Gobierno de imponer medidas que amenazan los territorios como la actividad minera y petrolera.
El dirigente asháninka informa que las clases virtuales no funcionan en las comunidades por falta de equipos electrónicos y el analfabetismo de los padres de familia. Piden que las clases presenciales se reactiven bajo un compromiso sanitario entre maestros y comuneros.
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