Piura enfrenta una vez más la amenaza a sus derechos esenciales de salud, seguridad y propiedad, debido al incumplimiento de las responsabilidades de las autoridades públicas.
Por Luciana Zunino
Servindi, 27 de marzo, 2024.- El miércoles 27 de marzo la Asociación Civil Inundación Nunca Más presentó una denuncia ante la Defensoría del Pueblo por actuación irregular de un conjunto de instituciones públicas.
Entre ellas, la Autoridad Nacional de la Reconstrucción con Cambios (ARCC), la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), el Gobierno Regional de Piura (GORE-Piura) y la Contraloría General de la República (CGR).
La acusación les imputa no haber ejecutado ni supervisado el cumplimiento del “Plan Maestro Integral para el Control de Inundaciones y la Gestión de Transporte de Sedimentos de la Cuenca del Río Piura”.
Fidel Torres, secretario de organización de la citada asociación, comenta a Servindi que actúan en sinergia con otras organizaciones civiles, como Vigilia Ciudadana.
La Asociación –explica Torres en entrevista con Servindi– demanda garantías para que las entidades competentes cumplan con la obligación de ejecutar obras para controlar el caudal del río Piura durante las lluvias y prevenir así otra inundación en la ciudad.
Advierten que la falta de implementación del Plan Maestro, cuyos estudios comenzaron en 2018 y se entregaron en noviembre de 2022, representa una amenaza grave.
A pesar de haber firmado un contrato de asesoría en junio de 2020, al 31 de enero de 2024 aún no se ha iniciado ninguna de las obras estructurales fundamentales.
Foto: Agencia Andina.
Cuando se gestiona el desastre y no el riesgo
Torres explica que, por la naturaleza del ecosistema piurano –bosque seco–, es sabido que periódicamente llueve intensamente y florece el verde.
“Si la ocupación urbana es coherente con la lógica ambiental de la zona, el desarrollo humano debería florecer junto al ecosistema”, menciona.
En 2017 el río Piura avanzó hasta a 3.500 metros cúbicos por segundo y la región se inundó, o sea, con menos de 1,000 metros cúbicos que en las lluvias del 97-98.
En aquella década las lluvias no inundaron la región, pero sí derribaron cuatro importantes puentes, con el río Piura corriendo a 4 500 metros cúbicos por segundo.
El secretario agrega a lo anterior que, en 2023, con 2.000 metros cúbicos por segundo en el río, Piura se inundaba.
“Esto significa que, en un cuarto de siglo, Piura no solamente ha seguido vulnerable, se ha hecho 200 por 200 por ciento más vulnerable” enfatiza Torres.
En este punto es importante recordar la diferencia entre fenómenos y desastres naturales. Los primeros suceden sin intervención humana, pero cuando estos afectan a la sociedad civil por falta de medidas de prevención, se convierten en desastres.
El secretario de la organización civil recalca que parte de la planificación es tener en cuenta las posibilidades de que una fuerza externa pueda afectar el modo de vida de las personas.
Así lo explica Torres en su documento Institucionalidad y responsabilidad ciudadana ante el cambio climático: Inundaciones en Piura en el que indica:
“Las lluvias no son la causa de los desastres, sino el progresivo incremento de una vulnerabilidad social-económica construida, por una institucionalidad que gesta el recurrente daño de infraestructura, pérdida de vidas, bienes y salud, como una condición de permanente incertidumbre que imposibilita la planificación del desarrollo sustentado en la gestión integral de sus cuencas, adaptado al cambio climático”.
Entonces, gestionar el riesgo es convertir o reducir la vulnerabilidad de un espacio frente a fuerzas externas, en este caso lluvias intensas, que pueden afectar lo construido por el ser humano.
“Siempre hay una posibilidad de que la fuerza sea tan intensa que afecte lo diseñado, construido y planificado, pero otra cosa es que la construcción, planificación y diseño de obras sean inconsecuentes con el entorno, sobre todo conociendo la existencia periódica de estas lluvias”, reiteró el secretario.
En 2017 se creó la ARCC, pero otra vez, después de siete años, los factores críticos para controlar las inundaciones en el río Piura no solo siguen presentes, sino que han aumentado.
Esto ha dejado a la población aún más vulnerable que en 2017, como se evidenció en el verano de 2023.
Foto: Agencia Andina
Desidia de las autoridades
El Plan mencionado anteriormente es fundamental dentro del enfoque de gestión de riesgos de desastres, que se planteó desde 2010 a través del Programa para reducir la vulnerabilidad ante el aumento de caudales por lluvias extremas en la cuenca del río Piura.
El propósito de dicho Plan era reducir la vulnerabilidad de la cuenca del río Piura mediante la regulación de sus crecidas, para prevenir pérdidas humanas, daños materiales y ambientales, y proteger el desarrollo sostenible de la región.
Siete años después, en 2017, Piura experimentó una inundación sin precedentes “como consecuencia de la negligencia del Estado por el ilícito administrativo de no implementar un Programa que contaba con código SNIP” en referencia al Sistema Nacional de Inversión Pública en el Perú.
Es responsable de evaluar la viabilidad de los proyectos de inversión pública en el país, con el fin de que se asignen recursos de manera eficiente y se logren los objetivos planteados.
Tener un código SNIP implica que el programa ha sido analizado y autorizado para su ejecución, cumpliendo con celeridad ciertos criterios y estándares establecidos por el gobierno.
Vale resaltar tres puntos clave que menciona Torres están pendientes para controlar el río, a los que le siguen otros de importancia secundaria. Estos forman parte del Plan Integral de Control del Caudal del Río Piura
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Reservorios temporales para laminar al río: “Esto quiere decir como sangrarlo en su camino a la ciudad y hacia el Bajo Piura”, explica el secretario.
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Encauzar bien el río para quitarle rugosidades, o sea, todo tipo de obstáculo que pueda generar pérdida de velocidad y por lo tanto un incremento del nivel del agua en el cauce del río.
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Gestionar cómo derivar la salida del río al mar.
“El documento para ejecutar estos pasos se entregó en noviembre de 2022. Solo se necesita comenzar a ejecutarlo. Mientras no se resuelva el tema del control del río, aunque hayan gastado 4,400 millones en nuevas pistas, veredas, hospitales y colegios, si vuelve a llover como en 2017 todo se va a desbaratar”.
Así concluye Fidel Torres, quien también recuerda que las inundaciones coinciden con las epidemias de dengue.
Es así, que Piura enfrenta una vez más la amenaza a sus derechos esenciales de salud, seguridad y propiedad, debido al incumplimiento de las responsabilidades de la ARCC, ANI, GORE-Piura y CGR.
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