La UE, peón de la estrategia de Trump: Latinoamérica y el Caribe buscan soluciones pacíficas
Por Aram Aharonian*
9 de febrero, 2019.- La Unión Europea mostró en Montevideo sus cartas belicistas e injerencistas, y bombardeó las posibilidades de una salida democrática y negociada a la crisis de Venezuela, mientras el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó amenazó con una intervención extranjera en Venezuela si el gobierno de Nicolás Maduro continúa rechazando el ingreso de la llamada ayuda humanitaria.
El tuit aguanta todo. Uno del presidente-fantasma que intenta gobernar por mandato de Washington, señaló que “el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (apócrifo, en el exilio) autoriza coalición militar internacional en misión de paz para lograr la ayuda humanitaria, con fundamento al principio de Responsabilidad de Proteger”. Un presidente autoproclamado se basa en una seudorresolución de un tribunal que no existe. Posverdad total.
El denominado Grupo de Contacto Internacional (GCI) que debatió este jueves en Montevideo un plan sobre la crisis venezolana emitió una declaración donde promueve “elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles de acuerdo a la constitución venezolana… en el menor tiempo posible”, impulsada por la Unión Europea (UE).
Ocho países del bloque europeo y cinco de América Latina se reunieron en la torre presidencial de Montevideo con el fin de “contribuir a una solución política pacífica y democrática”.
Sin embargo, el gobierno uruguayo presentó el miércoles junto a México y los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), una propuesta que no incluye un llamado a elecciones en Venezuela. El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, pidió el jueves “prudencia a la comunidad internacional”, ante la disyuntiva de “paz y de guerra” que enfrenta Venezuela.
Inicialmente convocada por México y Uruguay como un encuentro de “países neutrales”, la reunión finalmente tuvo como coanfitrión a la UE, que se unió tras el lanzamiento de un grupo de contacto internacional, al que luego se sumaron otros tres países latinoamericanos (Ecuador, Costa Rica y Bolivia). México, sin embargo, aclaró que si bien participa de la cita no integra formalmente el grupo.
“No hay ninguna diferencia entre el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela. La única diferencia son los países, el intervencionismo es exactamente el mismo. México y Uruguay convocaron a esta reunión con la idea de encontrar una salida pacífica y democrática, que no termine en la violencia civil o en alguna manifestación de violencia armada”, señaló Maximiliano Reyes, subsecretario para América Latina y el Caribe del gobierno de López Obrador.
México apuesta porque la decisión quede en manos de los venezolanos pero todo el mundo apuesta porque la decisión sea tomada en el exterior. El mecanismo de Montevideo que signamos los países del Caricom, Uruguay y México es nuevamente una opción para establecer un puente de comunicación que impida una intervención militar extranjera, una guerra civil y que conduzca todo por las vías diplomáticas”, añadió
“Lo del Grupo de Contacto de la Unión Europea es una situación completamente injerencista. Hubiésemos querido en México encontrar un lugar común pero no lo hay con estas posiciones tan extremas. Ningún extranjero tiene derecho a decidir sobre la voluntad soberana, ese el punto principal”, añadió Reyes.
La UE está en Uruguay haciendo control de daños luego de su vulgar subordinación a la política de Trump (quién públicamente los desprecia). Hay nulas posibilidades de que logren una mediación neutral, al contrario, intentan dinamitar la iniciativa de México y Uruguay, señaló G. Borges Revilla, de Operación Verdad.
“La risueña y absurda actitud entreguista de la Cancillería de Ecuador otorgando beneplácito a un señor que no representa a nadie es totalmente ilegítimo e ilegal. Uruguay por su parte deja de ser creíble porque propone una cosa junto con México y vota otra con otros países. Vivimos un tiempo de vergüenza”, señala el exvicenaciller ecuatoriano Kintto Lucas.
El canciller uruguayo Nin Novoa señaló que “No puede haber dos presidentes y dos gobiernos en un país, eso irremediablemente lleva a una escalada” de violencia. “La única solución para dirimir esto es con elecciones”, dijo para aclarar su cambio de posición. Sin embargo, aclaró que Uruguay no reconocerá al autoproclamado Juan Guaidó, “y por lo tanto ahí no hay giro, encontramos inadmisible que en un país una persona se autoproclame presidente de la República”.
Además dijo estar preocupado por la “intransigencia de Guaidó” que dice “no a las elecciones” y “no al diálogo”. También reconoció que en Venezuela existe una necesidad real de medicamentos, pero alertó que el tema de la crisis humanitaria puede ser un argumento similar al esgrimido por EEUU antes de atacar Irak, cuando alegó que ese país tenía armas químicas que nunca existieron. ¿No será que acá tampoco la crisis humanitaria sea como la plantea EEUU y atrás vengan los fusiles?”, preguntó
Los países que siguen presionando al gobierno legítimo de Venezuela, están llevando a que finalmente el autoproclamado e ilegítimo Juan Guaidó sea detenido, porque está promoviendo la violencia y llevando al país a una guerra civil. Hasta hora, la presión solo llevó a que el gobierno venezolano estudiara convocar a nuevas elecciones legislativas.
Lograr la neurosis militar
Las condiciones de vida de los venezolanos se han deteriorado en los últimos años como como efecto de la crisis económica, derivada de sanciones económicas y embargos decretados por EEUU y la Unión Europea, junto a graves errores en las políticas macroeconómicas y de la ineficiencia en la gestión pública del gobierno de Maduro.
Con las decisiones del gobierno estadounidense de embargo del sector petrolero y apropiación de activos venezolanos, el deterioro de las condiciones de vida se multiplicará de forma exponencial, coinciden los analistas. Los afectados, obviamente, no serán los gobierno, sino la población, especialmente en su alimentación y salud. Un bombardeo de ablandamiento, pero sobre la población civil.
La estrategia del gobierno de EEUU ya fue expuesta por Trump y Tony Schwartz en 1987, en su libro El arte de la negociación: “Apunto muy alto y luego sigo presionando, presionando y presionando”. De modo que “el bombardeo de ablandamiento “es parte de la estrategia.
“Una de las claves para pensar en grande es la concentración total. Casi como una neurosis controlada, una cualidad que he notado en muchos empresarios de gran éxito. Mientras algunas personas se paralizan con la neurosis, otras son impulsadas por ella”.
Fuente de la imagen: VTV
Y esta es, precisamente, la estrategia que aplica a las Fuerzas Armadas Bolivarianas al someterla a la disyuntiva de hacer o no frente a una intervención militar: rendirse ante un ejército extranjero que la conmina a cambiar el gobierno y a deponer a Nicolás Maduro. La paradoja de la ayuda humanitaria es manejada hoy como detonante de la violencia. La soberanía está tratando de ser vulnerada con un show llamado operación humanitaria”.
El objetivo de la estrategia trumpista es que los oficiales se “paralicen”, lo que facilitaría una “rendición por neurosis”. Por ahora, la etapa es de imponer la neurosis. El goteo de militares hacia la oposición no se ha dado como lo programaron en Washington y lo aseguraron exmilitares y dirigentes políticos de la oposición.
En Venezuela circulan millares de armas, en manos civiles, de narcotraficantes, de paramilitares. En las amplias fronteras con Colombia y Brasil se conforma un ejército paralelo integrado por mercenarios, paramilitares y desertores de la Fuerzas Armadas venezolanas, con la tarea de emplazar a los soldados a dejar pasar la caravana.
Víctor Álvarez, exministro, se pregunta: ¿Y si se niegan, qué ocurrirá? ¿Qué pasa si un francotirador dispara primero? ¿Si finalmente los militares se voltean esto garantiza un país pacificado? ¿Cómo responderán los colectivos armados? ¿Se convertirán en una fuerza subversiva capaz de desestabilizar al nuevo eventual gobierno?
Diálogo y acuerdos
El analista Leopoldo Puchi señala que, son opciones negativas para el país tanto que se produzca una capitulación por neurosis de la Fuerzas Armadas, como una intervención militar o que continúe por un largo período el empobrecimiento. Lo sensato es construir un camino distinto al de las opciones señaladas, por medio de negociaciones.
En este sentido, el intercambio de notas diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela para estudiar la creación de oficinas de interés abre un compás. De igual modo, son positivas las iniciativas del Caricom ante la ONU para un diálogo y la convocatoria de una conferencia por México y Uruguay. Ya vimos cómo manipuló la Unión Europea el anuncio de un grupo de contacto por reunido el 7 de febrero en Montevideo.
Para que sea fructífero eso diálogo, dice Puchi, debe comenzarse por convenir una cohabitación de largo plazo, para posteriormente acordar una consulta electoral que bien pudiera ser realizada bajo la forma de relegitimación de poderes u otra modalidad, con garantía electorales y levantamiento de las sanciones.
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*Aram Aharonian es periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Tele sur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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