Mujeres afrodescendientes combaten el racismo

Foto: Luis Arroyo / ONU. Foto: Luis Arroyo / ONU.

Mujeres afrodescendientes enfrentan el racismo, la xenofobia y la discriminación en México mediante su trabajo comunitario.

Servindi, 22 de marzo, 2024.- En México, unas 2.5 millones de personas se reconoce como afrodescendiente, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 

Los estados con mayor concentración de población afromexicana son Guerrero, Estado de México, Veracruz, Oaxaca y la Ciudad de México.

El racismo afecta a las mujeres de manera diferenciada, pues se superpone al machismo que impera en el mundo. Lo mismo si es que se encuentran en condición de migrantes. 

Asimismo, es necesario proteger sus derechos ante las secuelas de la esclavitud y el colonialismo que siguen “destruyendo vidas y mermando oportunidades”.

Joseline Morales, Gladys y Kathleen son mujeres afrodescendientes que fueron entrevistadas por ONU México en el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) y el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial (21 de marzo).

Esta última fecha se conmemoró este año bajo el lema: “Un decenio de reconocimiento, justicia y desarrollo: Aplicación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes”.

 

 

Estas son las historias de las entrevistadas: 

Joseline Morales: 


Foto: Luis Arroyo / ONU

Abogada, trabaja en defensa de los derechos afro desde la comunidad de Iztapalapa, Ciudad de México. Recalca lo difícil que es en México reconocer el racismo, ya que está presente desde las bromas hasta en los insultos. 

Es en ese contexto que relata cómo es ser mujer afromexicana:

“(Dicen que) olemos mal, somos flojos, no somos inteligentes. Te minimizan (…) Por verme piensan que no hablo español o dicen: ‘mira, esta gente ya nos está invadiendo’. O cosas de temas sexuales; la exotización hacia las cuerpos de las mujeres negras también es mucha. Piensan que las mujeres negras vienen a prostituirse o a hacer trabajo sexual (…) Hay mucha gente que no puede creer que yo sea abogada”, cuenta Joseline, quien se identifica como una mujer afromexicana y afrodiaspórica, hija de madre mexicana y padre beliceño.”

Joseline enfatiza cómo decir “Sí, soy negra, con orgullo” ha sido una fuente de fortaleza para ella. Destaca su cabello y sus rasgos faciales como parte de su identidad. 

Joseline trabaja de manera activa para dar visibilidad y dignidad a la población afrodescendiente a través de actividades culturales, difusión de información y educación. 

Esto cobra aún más importancia dado el aumento de personas procedentes de Haití que han llegado a la Ciudad de México.

Gladys de León Trinidad:


Foto: Luis Arroyo / ONU

Originaria de la República Dominicana, reside en México desde el año 2000. Se graduó en Negocios Internacionales y actualmente se desempeña como cantante, además de ser madre.

Gladys expresa su dolor ante el trato discriminatorio que ha experimentado durante sus 24 años en México debido a su origen.

Ha vivido numerosas situaciones amargas en la calle, en la escuela, universidad y en el trabajo, que le resultaron humillantes.

En su vida laboral, enfrentó celos profesionales y situaciones humillantes, como intentos de desacreditarla frente a sus superiores. 

A pesar de los desafíos, Gladys encontró fuerza y empoderamiento en el amor propio y el orgullo de su identidad. 

Reconoce que México es un país encantador, pero señala que aún persisten actitudes arraigadas en la cultura y la visión hacia personas extranjeras, especialmente las de origen afrodescendiente.

Gladys aspira a un México mejor para todas las personas migrantes y afrodescendientes, y cree firmemente en la importancia de aceptarse y amarse a uno mismo como base para proyectar seguridad y dignidad en la sociedad.

Kathleen Murrain:


Foto: Luis Arroyo / ONU

Traductora, intérprete e integrante del Movimiento de los pueblos por la paz y la justicia. Es originaria de Bogotá, Colombia, con dos de residencia en México.

Kathleen considera que la risa es una poderosa herramienta para afrontar situaciones difíciles, como el racismo, la discriminación o la xenofobia.

Anima a las personas a encontrar el humor en esas situaciones, y sugiere que es mejor reírse de lo ridículo que sentirse minimizado. 

Reconoce que puede ser difícil, pero enfatiza la importancia de aprender a sacarle provecho al humor.

Además, Kathleen se dedica a visibilizar las historias de personas afrodescendientes alrededor del mundo, no solo resaltando las malas experiencias, sino también los grandes aportes de esta comunidad. 

Destaca la riqueza cultural y los logros significativos que han contribuido al mundo, como la música, la medicina y otros campos.

Su objetivo principal es mejorar las condiciones para las futuras generaciones, para que no tengan que enfrentar las mismas dificultades y estén preparadas para responder de manera positiva ante el racismo y la discriminación

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