Servindi, 20 de noviembre, 2023.- Un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) revela que los gobiernos planean aumentar la producción de combustibles fósiles en un alarmante 110 por ciento para 2030.
El informe refuerza la necesidad de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles tal como lo viene impulsando un grupo de estados-nación, ciudades y personalidades.
La proyección calculada supera el límite de 1.5°C para el calentamiento global y compromete seriamente el cumplimiento de las metas climáticas a menos de un mes de la cumbre climática de la ONU o COP28.
Son 17 de 20 países que han prometido alcanzar “emisiones netas cero” y emprender iniciativas para reducir la huella de carbono en la producción de combustibles fósiles,
Sin embargo, ninguno se ha comprometido a reducir la extracción de carbón, petróleo y gas de manera coherente con el límite de 1.5°C. Más bien, continúan apoyando el desarrollo de combustibles fósiles.
El informe elaborado por el PNUMA, el Instituto de Estocolmo para el Medio Ambiente, Climate Analytics, E3G y el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible detalla información sobre los planes gubernamentales.
Se observa que estos conducirán a un aumento en la producción global de carbón hasta 2030, y de petróleo y gas hasta 2050. Entonces, es claro el peligro de la brecha de producción global.
Ello amenaza la transición energética eficaz, considerando la necesidad de que los países desarrollados se comprometan con reducciones más ambiciosas y apoyen a aquellos en la transición lejos de los combustibles fósiles.
El informe se presenta tras el reporte de Perspectivas Mundiales de la Energía 2023 de la Agencia Internacional de Energía, que predice el punto máximo de la demanda de combustibles fósiles.
Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles
Para abordar esta discrepancia en la producción, un grupo de Estados-nación lidera la búsqueda de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
Este tratado tiene como objetivo poner fin a la expansión de carbón, petróleo y gas, y trazar un plan global para eliminar los combustibles fósiles en consonancia con el objetivo climático de 1.5°C
Además, garantiza una transición justa para trabajadores, comunidades y países. Este es liderado por ocho estados-nación: Vanuatu, Tuvalu, Tonga, Fiji, Niue, las Islas Salomón, Antigua y Barbuda y Timor-Leste.
Cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud, el Parlamento Europeo, 101 premios Nobel, más de 700 parlamentarios en 83 países.
Asimismo, de 2.100 organizaciones de la sociedad civil, 3.000 científicos y académicos y casi 100 ciudades y gobiernos subnacionales, incluido el más reciente. el Estado de California, la quinta economía más grande del mundo.
“Los líderes mundiales ya no pueden apartar la vista de la verdad innegable: para alcanzar el objetivo de temperatura de París necesitamos una eliminación gradual controlada y equitativa de la producción de combustibles fósiles. La gente habla de una transición, pero no es una transición si el problema se está ampliando, y la ONU hoy lo deja claro: el agujero en el que nos encontramos es cada vez más grande.
La crisis climática es una crisis de combustibles fósiles, y la proliferación de infraestructuras de combustibles fósiles es uno de los mayores riesgos de seguridad del siglo XXI. Poner fin a la proliferación de nuevos proyectos de combustibles fósiles y planificar su eliminación gradual es la demostración definitiva de verdadero liderazgo climático.
La ciencia nos está gritando hoy, podemos ver los impactos en todo el mundo y el caso del mercado es cada vez más claro. Por amor a nuestros hijos, los gobiernos deben negociar un plan global vinculante para gestionar esta transición a través de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles”.
Alex Rafalowicz, director ejecutivo de la Iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
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