Comunicadores indígenas presentes en el Festival Gabo

El grupo de comunicadores indígenas y miembros de Deutsche Welle Akademie en el Festival Gabo 2019. (Foto: Benedickt Borchers) El grupo de comunicadores indígenas y miembros de Deutsche Welle Akademie en el Festival Gabo 2019. (Foto: Benedickt Borchers)

¿Qué puede aportar la comunicación indígena al mundo? Un grupo de 10 comunicadores indígenas y comunitarios de cinco países de América Latina viajó hasta Medellín para participar en el Festival Gabo, experimentar un intercambio cultural y compartir el valor que la comunicación indígena puede sumar al "periodismo citadino".

Por Arnol Piedra*.

Servindi, 10 de octubre, 2019.- Medellín, una ciudad de flores amarillas, las mismas que acompañan a Gabriel García Márquez en muchas ilustraciones y en el billete de 50 mil pesos colombianos, se convirtió durante tres días en el punto de fuga de las salas de redacción de América debido a la congregación en el festival y el premio de periodismo más prestigioso en la región.

Como parte de un proyecto de Deutsche Welle Akademie, 10 comunicadores indígenas de Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia y Guatemala tuvieron la oportunidad de participar en la cobertura del Festival Gabo, para transmitir sus habilidades, sus formas de hacer comunicación, intercambiar su experiencia en los medios comunitarios y recolectar nuevos aprendizajes que serán llevados a la práctica en sus comunidades de origen.

Sin embargo, inesperadamente sucedió lo contrario. De entrevistadores pasaron a ser entrevistados. Entre flashes, tazas de café y aromático, e intensas caminatas, los comunicadores indígenas fueron interceptados por periodistas y visitantes extranjeros. Despertaron el interés del público por sus vestimentas tradicionales y sus lenguas originarias, símbolos indesligables de sus culturas, los cuales llevaron con orgullo al país del vallenato.

Los 10 comunicadores eligieron el nombre de Red KANQ para su colectivo. El conjunto de letras representa la inicial de cada una de sus lenguas indígenas (K de kaqchikel y kichwa, A de aymara, N de nasa yuwe, y Q de quechua y q'eqchí). El grupo participó en diferentes conversatorios en los espacios de Deutsche Welle Akademie y Radio Gabo, donde compartieron con el público sus experticias y experiencias en medios comunitarios y otros temas como el periodismo ambiental, el papel de las mujeres en la comunicación indígena y la urgencia de representatividad que tienen las lenguas originarias en los medios de comunicación.

El siguiente paso es la "carpa grande"

Esto es solo el principio y todavía hay mucho camino por recorrer, según señaló Matthias Kopp, coordinador de proyectos de Deutsche Welle Akademie en Colombia. “Pensamos que es un buen momento para traer comunicadores de pueblos indígenas a Medellín para que se escuchen sus voces. La idea es aprovechar esta ventanita para establecer un diálogo, pero tendríamos que hacer la lucha para que algún día se les dé la tarima grande (el Orquideorama) junto a los grandes periodistas nacionales e internacionales”, declaró.

Tras horas de ajetreos, largas entrevistas e inesperados aguaceros, los miembros de la Red KANQ presenciaron la noche de gala de los Premios Gabo, con la esperanza de que el tema indígena sea galardonado algún día para que las comunidades sean visibilizadas por los medios grandes. El sueño no parece lejano. Durante la ceremonia de apertura, el alcalde de Medellín Federico Gutiérrez invocó a los periodistas a trabajar por forjar sociedades más inclusivas. “Ustedes tienen el don de la palabra y el poder de los medios. Úsenlos de manera responsable para construir una sociedad mejor, contar historias incluyentes y dar voz a quienes no la tienen”.

En la VII edición del Festival, que se lleva a cabo en el Jardín Botánico de Medellín, el corazón ambiental de la ciudad, se nominaron tres trabajos relacionados con el periodismo de medio ambiente, un punto importante en la agenda de los comunicadores indígenas, quienes buscan transmitir al mundo la defensa de la Madre Tierra desde sus comunidades. Sin embargo, al final solo uno fue premiado (La sangre nunca fue amarilla de la cubana Mónica Baró Sánchez). Su investigación denuncia un caso de envenenamiento por plomo en un barrio de La Habana, que comenzó en los años 50 y apenas salió a la luz en 2006. La meta de focalizar la dimensión de la problemática ambiental todavía se ve lejana.

Al cierre del evento, Jesús Abad Colorado, quien recibió el Reconocimiento a la Excelencia Periodística, parece darle la razón a los periodistas de los medios comunitarios. El laureado fotógrafo dio un mensaje sobre la defensa del medio ambiente desde la labor informativa, en un año marcado por las huelgas climáticas y los incendios en la Amazonía. “Nosotros sin la naturaleza somos nada. La Tierra es la casa de todos, así que tenemos que defender cada árbol y cada río de este país, porque, ¿qué le vamos a dejar a las próximas generaciones?”, manifestó antes de recibir efusivos aplausos del público. 

Historias de comunicación indígena

Marileny Choc en un conversatorio junto a Matthias Kopp de Deutsche Welle Akademie y el profesor Selnich Vivas de la Universidad de Antioquia. (Foto: Benedickt Borchers)

Muchos de los miembros de esta red de comunicadores indígenas tienen historias particulares de cómo se enrolaron en el oficio. Todo parte de la necesidad de sus comunidades.

“Me dediqué a la comunicación porque no había nadie que nos podía representar en los pueblos amazónicos. Nuestras voces son apagadas por las persecuciones políticas y la criminalización hacia los líderes indígenas, además no hay mujeres que se arriesguen. Mis abuelos me enseñaron a ser una mujer guerrera y a defender nuestra cultura e identidad”, manifestó Eslendy Grefa, comunicadora kichwa amazónica de los Lanceros Digitales, un medio comunitario de la Amazonía ecuatoriana. 

“En un inicio en nuestra comunidad no habían comunicadores que comuniquen desde nuestras lenguas originarias, eso fue lo que me motivó a ser comunicador. Inicié haciendo programas en lengua kaqchikel y hoy participo en espacios donde desarrollamos la edición de contenidos en kaqchikel en Wikipedia, no dejando atrás los medios análogos, ya que todavía hay una brecha digital muy fuerte en Guatemala”, señala Uskam Camey, un activista por la defensa de las lenguas mayas. 

Por otro lado, Marileny Choc, comunicadora q'eqchí de Radio Sayaxche en Petén, en la frontera norte de Guatemala, encontró la oportunidad de desarrollarse en el mundo de los micrófonos. “Gracias al apoyo de Deutsche Welle Akademie y el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica (IGER), me hicieron la invitación para participar en la radio y lanzar programas educativos. Fue así como me involucre más en los medios y he ganado experiencias que me permitieron aprender más sobre el área rural. Esto me permitió involucrarme más con mi cultura y conocer los desafíos de los medios comunitarios”.

Marileny es, quizás, quien tiene una de las historias más impactantes del grupo por haber sufrido discriminación en su país por ser mujer e indígena, incluso por parte de otras mujeres, quienes le dijeron que nunca viajaría en avión ni que llegaría lejos. Durante uno de los conversatorios, vistiendo corte y güipil, las prendas tradicionales de su comunidad, habló sobre la verdadera riqueza: “Cuando digo que tengo riqueza, la gente piensa que hablo de riqueza material, pero la mejor riqueza que tengo es mi idioma y mi cultura”, manifiesta y provoca eufóricos aplausos y la admiración del público.

Al final Marileny encontró su vocación para promover derechos humanos a través de la radio. Ella alcanzó su sueño y fue la más entrevistada del grupo durante el Festival. “Ya le duele la cara de tanto flash”, bromea un compañero, despertando risas y alegría en el grupo. 

Las mujeres de la Red KANQ participaron en diferentes conversatorios de Radio Gabo, compartiendo sus experiencias en medios comunitarios. (Foto: Benedickt Borchers)
"Empoderar a los medios es una constante lucha"

Eslendy Grefa, comunicadora kichwa amazónica de Ecuador, una de las más entrevistadas del grupo. (Foto: Benedickt Borchers)

¿Cómo se pueden empoderar los medios indígenas y comunitarios para que sean más visibilizados? Fue uno de los principales aprendizajes que tuvo la Red KANQ durante los tres días del Festival. Sus protagonistas cuentan sus conclusiones.

“Para empoderar nuestros medios comunitarios debemos buscar alianzas y estrategias para llegar a nuestras comunidades, y lograr así alcance nacional e internacional. De este modo, nuestros medios serán más reconocidos y viables para el fortalecimiento de nuestra lucha”, señala Eslendy de Ecuador. 

Para Uskam de Guatemala empoderar viene de la voluntad y el compromiso con las lenguas indígenas para luego aprovechar las herramientas tecnológicas. Además, propone algo muy innovador: “Es necesario compartir este aprendizaje en los medios comunitarios, organizar este tipo de eventos o festivales en nuestras propias lenguas y premiar a los mejores contenidos en comunicación”.

Los comunicadores de la Red KANQ tuvieron un espacio para producir contenido sobre el Festival Gabo para sus medios comunitarios. (Foto: Benedickt Borchers)

Finalmente, Yenny Paucar, una radialista aymara de la región de Puno en Perú, habla del empoderamiento como un intenso proceso de lucha. “No quiero ser pesimista, pero empoderar nuestros medios es una constante lucha. Por ejemplo, si las mujeres estamos en los medios es porque no nos han regalado nada. Esta lucha es para ganar espacios y que se nos visibilicen a los indígenas como sujetos de derecho y como personas que podemos opinar y crear ese desarrollo que los países anhelamos”.

Yenny es hija de Rosa Palomino, la principal referente de la comunicación aymara en el Perú y conductora del programa Wiñay Panqara, que en castellano significa "Siempre floreciendo", un espacio que ya lleva 21 años en el aire y que todavía debe ser alquilado a una radio comercial, puesto que el gran reto sigue siendo contar con una señal propia. “Es legítimo que los medios comunitarios en Perú accedan a frecuencias en las mismas condiciones que una radio comercial, tal como se ha hecho en Bolivia. Esto definitivamente va a apoyar la democratización del acceso a la información”, sostiene Luis Salazar, radialista quechua del Centro de Producción Radiofónica (CEPRA) en Cochabamba y activista del software libre.

Diálogos interculturales

El grupo de comunicadores celebró diferentes ceremonias espirituales de sus pueblos. Estos espacios fueron el centro de diálogos interculturales. (Foto: Benedickt Borchers)

La interculturalidad estuvo presente en los tres días que duró el Festival Gabo y en los momentos de convivencia del grupo de 10 comunicadores, quienes tuvieron tiempo de compartir sus cosmovisiones, participar en ceremonias de agradecimiento a la Madre Tierra y visitar algunos de los atractivos de la Ciudad de las Flores como la Comuna 13, la Plaza Botero y la Universidad de Antioquia como ícono de documentación de la memoria histórica del conflicto armado en Colombia.

Sin embargo, la mayor expresión de interculturalidad se dio entre las dos corrientes de comunicación que luchan y conviven a la vez en nuestros países: la comunicación indígena y la comunicación “citadina”. Siendo el Festival Gabo un punto de encuentro de referentes del periodismo y académicos: ¿qué aprendizajes se llevaron a casa los comunicadores indígenas? “Aprendí mucho de mis compañeros, a ser humilde, a dejar que las ideas fluyan, a ser un poquito más arriesgada en la investigación para que la información resalte”, expresó Eslendy de Ecuador. 

Fabiana Condorí, comunicadora aymara de CEPRA en La Paz, rescata también lo aprendido de sus compañeros. “Yo podría aplicar los emprendimientos que compartimos estos días, por ejemplo, la compañera Marileny de Guatemala incentiva la cultura de su pueblo a través de la radio, y a mi también me gustaría trabajar pequeños formatos radiales sobre el tema”.

Finalmente, ¿qué le puede enseñar la comunicación indígena a los periodistas de la ciudad? “Le podemos enseñar mucho a la academia, desde la humildad; a mirar a todos lados. Les diríamos que abran sus ojos y miren más a los pueblos indígenas”, opina Yenny de Perú. 

Por otro lado, Luz Dary Cuetia, comunicadora nasa de la emisora Voces de Nuestra Tierra del Consejo Regional Indígena del Cauca (Colombia), resalta la importancia de estar en el lugar de los hechos y la verificación de la información: “Podemos enseñarles a los periodistas de la ciudad que deben llegar al lugar de las noticias. La invitación desde los medios indígenas es que lleguen donde están los pueblos indígenas y donde está la base, y que no informen lo que no es”.

Matthias Kopp de la Deutsche Welle Akademie coincide también con estas enseñanzas de la Red KANQ a los medios citadinos. “Los comunicadores indígenas no dejan de involucrar en su comunicación al bosque, a la tierra o al agua. Esto es un aprendizaje muy valioso para los occidentales, ya que estamos viendo como nuestro estilo de vida está dañando al planeta y cada vez nos damos cuenta que no podemos seguir así. Me parece muy importante el diálogo con los pueblos indígenas para buscar nuevas formas de vida”, finaliza.  

El viaje continúa

El Festival Gabo en Medellín fue solo la primera escala para la Red KANQ. Tras el cierre de una semana llena de aprendizajes y saberes para estos comunicadores indígenas, los esperan nuevas experiencias en Cusco (Perú) y Ciudad de Guatemala (Guatemala). El grupo viajará a la histórica capital del imperio incaico para participar en el Encuentro Internacional de Comunicación Indígena, para después ir a la cuna de la civilización maya, donde se realizará el Festival Latinoamericano de Lenguas Indígenas en Internet. La ruta del conocimiento ya está empacada en cada una de sus maletas.

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*Arnol Piedra es miembro del equipo de Servindi y periodista especializado en temas culturales. También es uno de los 10 comunicadores que estuvo en Colombia como parte del proyecto de Deutsche Welle Akademie. 

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