Contundente carta suscrita por 30 influyentes oenegés sostienen que está demostrado que el biodiésel a base de soja emite hasta el doble de dióxido de carbono (CO)2 que el diésel fósil.
Servindi, 10 de febrero, 2024.- Treinta organizaciones no gubernamentales (ONG) enviaron una persuasiva carta a la Comisión Europea pidiendo que elimine el apoyo a los biocombustibles de soja por provocar deforestación.
La Comisión Europea tiene una última oportunidad para incluir el aceite de soja junto con el aceite de palma en su clasificación de materia prima con alto riesgo de cambio indirecto de uso de la tierra (ILUC, por su sigla en inglés).
La decisión debe adoptarse antes de las elecciones al Parlamento Europeo de junio 2024 en el marco de las negociaciones sobre la Directiva sobre energías renovables (RED).
La carta es suscrita por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, en coalición con 29 organizaciones internacionales sin fines de lucro como T&E, WWF, Oxfam, Ecodes, Birdlife, Rainforest Foundation Norway y Ecologistas en Acción entre otras.
Para las organizaciones declarantes “tanto el aceite de soja como el de palma ya han sido identificados como importantes impulsores de la deforestación y la degradación forestal”.
En la carta piden a la Comisión que garantice la coherencia de las políticas y evite que la RED actúe como una laguna que permita la entrada a la Unión Europea (UE) de productos que impulsan la deforestación.
El Parlamento Europeo ya ha pedido una eliminación gradual inmediata tanto del aceite de soja como del aceite de palma durante las negociaciones RED.
Además, varios Estados miembros de la Unión Europea, incluidos Francia, Dinamarca, Bélgica y los Países Bajos, iniciaron esta eliminación por su propia voluntad.
La UE clasificó el aceite de palma como una materia prima con alto riesgo por el cambio que provoca en el uso de la tierra en 2019. pese a la inmensa presión comercial de los países productores de palma.
“Ahora tiene el poder de hacer lo mismo con los biocombustibles de soja”, dicen las organizaciones ecologistas.
Señalan que la Comisión, que ha sido líder mundial en la transición ecológica, no debe dar ahora un paso atrás en sus ambiciones climáticas.
“El daño medioambiental desproporcionado causado por los biocombustibles de soja y palma no puede ser ignorado por la política de la UE”.
Más bien, debe aprovechar esta oportunidad “para eliminar gradualmente los biocombustibles de soja y hacerlo de inmediato, no en 2030. Los biocombustibles para cultivos son una cura peor que la enfermedad”.
Biocombustibles y agricultura
Para ellas, todos los biocombustibles elaborados a partir de cultivos deberían eliminarse gradualmente de los objetivos de energía renovable de la UE, ya que el uso de tierras para producir combustibles es contraproducente en términos climáticos.
Aseguran que “el biodiésel a base de soja (..) emite hasta el doble de CO2 que el diésel de combustible fósil al que se utiliza para sustituir, si se tiene en cuenta la deforestación indirecta causada por la demanda de aceite de soja”.
Actualmente, los biocombustibles de soja y palma constituyen sólo un tercio del volumen de materia prima del biodiésel de la UE, pero contribuyen con dos tercios de las emisiones de CO2 del biodiésel en la UE.
Además, el biodiesel de soja ha crecido rápidamente en la UE en los últimos años. Entre 2015 y 2022, el consumo de biodiesel de soja en la Unión Europea se quintuplicó.
El dilema de la Comisión
La Comisión Europea enfrenta una fuerte presión comercial por parte de los países productores de soja, por lo que es crucial que los datos científicos que resaltan la necesidad urgente de eliminar los biocombustibles de soja y palma guíen la toma de decisiones.
Las disputas y negociaciones comerciales no deberían disuadir a la UE de tomar decisiones climáticas esenciales y alinearse con sus compromisos internacionales, indican las organizaciones suscritas a la carta.
Remarcan que la UE tomó la decisión correcta cuando clasificó el aceite de palma como una materia prima con alto riesgo de ILUC en 2019, a pesar de la inmensa presión comercial de los países productores de palma.
Ahora tiene el poder de hacer lo mismo con los biocombustibles de soja.
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