Instituto del Bien Común: 25 años trabajando por el cuidado de los bienes comunes –como el bosque, el agua, la cultura y los territorios comunales– junto con las poblaciones indígenas del Perú.
Servindi, 8 de noviembre, 2023.- “Al momento de la creación de IBC, los territorios comunales en el Perú eran bienes comunes prácticamente invisibles para la sociedad nacional y altamente amenazados“ explica Renzo Piana, director ejecutivo del Instituto del Bien Común (IBC).
Ello ocurría a pesar de su enorme importancia para la supervivencia y el bienestar de 55 pueblos indígenas en el Perú y la conservación y manejo sostenible de los ecosistemas de los cuales dependemos todos los peruanos, prosigue Piana.
“Considerable esfuerzo institucional fue canalizado a poner, literalmente, a las comunidades en el mapa y contribuir a su seguridad jurídica, a la preservación de su cultura y a la protección de los grupos indígenas más vulnerables”, añade Piana.
Este esfuerzo se ha materializado en la georreferenciación de 2731 comunidades nativas y la generación de 21 mapas temáticos sobre Perú, tres atlas de comunidades nativas y áreas protegidas, tres directorios de comunidades nativas y campesinas y 12 publicaciones cartográficas.
Richard Chase Smith, cofundador y actual presidente del IBC, se refiere a la motivación detrás de la creación de la organización en 1998 que nace respondiendo a la preocupación por el futuro de los bienes comunes en el Perú.
“Un grupo de ocho personalidades de las ciencias sociales y exactas, el derecho y la empresa construyen la misión del IBC y respaldan su creación y acompañan su desarrollo a lo largo de este cuarto de siglo”.
Smith menciona, entre los fundadores a personalidades como Frederica Barclay, Alfredo Ferreyros, Laureano del Castillo y María Teresa Oré.
Smith señala que uno de los objetivos centrales fue construir un modelo de gobernanza colaborativa de los bienes comunes en grandes paisajes amazónicos.
Por esa los primeros pasos se refieren a la investigación sobre las prácticas tradicionales de gobernanza de bosques y pesquerías vigentes en comunidades amazónicas.
Complementariamente, el IBC fue pionero en el desarrollo de investigación científica sobre las pesquerías amazónicas, que revisten gran importancia para el bienestar de las poblaciones locales.
En la segunda década del IBC, se va dando en la práctica la aplicación de este modelo en la gestión de grandes paisajes cuyo ordenamiento territorial y gobernanza impulsa de la mano con comunidades locales, buscando asegurar el ordenamiento territorial y la conectividad ecosistémica y cultural.
Margarita Benavides, subdirectora del IBC, destaca la experiencia del establecimiento del Gran Paisaje Indígena Putumayo Amazonas, al noreste de Loreto, que comprende un mosaico de 4,12 millones de hectáreas.
El área se compone de territorios saneados de comunidades nativas y 6 áreas de conservación y uso sostenible, tres de las cuales ya han sido creadas en el interfluvio del Amazonas y el Putumayo.
Específicamente ella son el Área de Conservación Regional (ACR) Putumayo Amazonas, el ACR Maijuna Kichwa (impulsada por comunidades y NCI) y el Parque Nacional Yaguas..
Asimismo, Benavides se refiere a la importante contribución del IBC al reconocimiento y modelo de gestión participativa de la Reserva de Biosfera Oxapampa, Asháninka Yánesha, con cerca de 1 millón 800 mil ha, ubicada en Pasco.
Huapapa. Foto: IBC
Información socioambiental
En materia de generación de información socioambiental empleando tecnología de punta, Renzo Piana expresa: “Con el tiempo, nuestro trabajo va ganando en complejidad y alcance, trascendiendo las fronteras nacionales”.
Ello se hizo posible a través de la construcción de redes y alianzas que generan información cartográfica y análisis socioambiental apuntando a informar decisiones de alcance regional y global.
Piana se refiere principalmente a las alianzas con la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) y MapBiomas Network.
De esa colaboración resulta la generación de 13 mapas temáticos, dos atlas de presiones y seis colecciones de mapas sobre la dinámica de cambio del uso del suelo.
Para concluir, Piana subraya que el camino recorrido en estos 25 años, se ha caracterizado por innovaciones conceptuales y tecnológicas.
El trabajo ha sido animado por “la convicción de que el impacto y la solidez de toda iniciativa de cuidado de los bienes comunes depende del trabajo cercano con las comunidades y organizaciones locales para la construcción conjunta y el logro de los objetivos compartidos”.
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